10 consejos para evitar que un cachaco sea detectado en Cartagena
Hace poco terminó la temporada alta y fueron muchas las noticias tendencia sobre turistas colombianos del interior que fueron tumbados por los vendedores ambulantes en las playas de Cartagena. Si se aprovechan de los que somos más bogotanos que la changua, imagínense lo que puede pasar cuando taxistas, vendedores y comerciantes en general identifican un acento extranjero en un turista. Pero como yo llevo años viajando a la ciudad heróica, ya cogí experiencia y no me dejo «dar en la cabeza» por costeños que se quieran aprovechar de mi. También por eso hoy me atrevo a dar unos tips estratégicos para que evite ser detectado como un cachaco indefenso y no sea presa fácil del vivo que busque aprovecharse de usted.
1. LAS MEDIAS BLANCAS
Nunca, jamás, no cometa ese pecado mortal. No se usan medias blancas con tenis ni con chanclas, ni con sandalias, es más ¡NO SE USAN MEDIAS! de ningún color. Además de verse horrible y antiestético se está delatando fácilmente y será presa fácil de los vendedores apenas cruce la calle ahí en Bocagrande y toque la arena de la playa ¡le caerán como chulos!
2. LA PINTA DEL AVIÓN
Desde que está bajando las escaleras del Boeing 737 puede ser detectado; recuerde que a la salida del aeropuerto lo esperan una jauría de taxistas que estarán sedientos por darle en la cabeza. Por eso la pinta del viaje es muy importante, tiene que parecer costeño y mimetizarse entre los que son de allá y llegan a su tierra. Una camisa vaporosa, un pantalón de dril (no de jean), unas gafas oscuras finas y no de cinco mil (que le meten a diez mil al cachaco) para disimular el sudor en los ojos y un sobrero o cachucha pa’ disimular el despeluque por la sancochada que está sintiendo debido al «fogaje» que siente apenas se baja del avión.
3. LA IMPORTANCIA DEL PROTECTOR SOLAR
Nadie le está diciendo que se exponga al sol de manera que quede rojo como un camarón, pero debe escoger bien qué tipo de protector solar va a usar. No debe tomar como opción las presentaciones que vienen en crema, los costeños saben que si va a la playa como con una mascarilla, usted no es de allá. Protéjase pero opte por bloqueadores en spray que se disimulan un poco más en la piel.
4. EL CAMBIO DE MONEDA
Sepa usted que los costeños cobran no en pesos sino en «barras». Por eso mientras esté en Cartagena haga de cuenta que está en el exterior y que está manejando una moneda diferente como el dólar o el euro. Pregunte siempre cuántas barras vale cada cosa. Si comete el error de decir la palabra PESOS, usted ya está perdido mi hermano.
5. LA ESTRATEGIA PARA TOMAR TRANSPORTE PÚBLICO
No cometa la ingenuidad de coger el taxi frente al hotel donde se esté hospedando; salga y camine un par de cuadras y ahí sí saque la mano. No le haga caso al taxista que le pasa al lado y le pita para que usted pare el taxi, ese fijo tiene intenciones de mándarselo a la yugular. Si por el contrario está pelao’ y toma bus hacia el centro histórico, sepa que se paga el valor del pasaje cuando se vaya a bajar, no hay timbre y debe gritar en costeñol… ¡ey primo, parada!
6. EL AIRE ACONDICIONADO
No exija aire acondicionado apenas tome el taxi en el aeropuerto, recuerde que la idea es pasar desapercibido entre los cartageneros. De no seguir esta recomendación, la carrera le puede salir hasta un 50% más cara de lo normal. Sea macho, ¡aguante hasta llegar al hotel! Así sienta que le caen gotas de sudor por la espalda.
7. EL COSTEÑOL
Si no sigue esta recomendación no sirven de nada las otras. Prepárese para hablar comiéndose las S, para no decir harto sino bastante, para no decir rabieta sino cachimonda y para decir muchas veces «porque ajá» cuando no quiera explicar «una mondá», pero debe decirlo con sabrosura o la careta se vendrá abajo.
8. EL LICOR
Olvídese que usted va a tomar, lo que va a hacer durante los días que esté en la heróica es a ¡mamá’ ron! Eso independientemente de que tome cerveza, whisky, aguardiente o ron. SIEMPRE va a mamá’ ron y debe decirlo como alardeando como haciendo ver que usted es un macho pa’ beber. Así el libreto será más creíble y le venderán el licor más barato.
Una recomendación es que pida en la playa la cerveza costeñita que ellos tienen para consumo interno pero al turista le venden de las otras marcas porque a esas les pueden sacar más ganancias. Pero es común verlos a ellos reunidos después de una jornada laboral doblando el codo con botellas verdes.
9. LA DEPILADA
Los cachacos tenemos mayoritariamente una ventaja sobre los costeños y es que ellos son lampiños; pero cuando jugamos de visitantes esto se puede volver en contra. Más si después de los cuarenta nos empiezan a salir pelos en sitios extraños como las orejas y la espalda. Por eso tres días antes de viajar hay que quitar todo rastro de vellosidad para aparentar ser de allá. Si se le olvidó depilarse y lo hace sobre el tiempo, las partes coloradas de la cera lo delatarán y perderá la platica del spa.
10. LA IMPORTANCIA DE SABER COMER PESCADO
Todo lo del pescado es comestible, lo único que se debe dejar son las espinas. Si usted es de los que les da asco chupar el interior de la cabeza, que además dicen que es muy nutritivo, afrodisíaco y lo deja a uno como si hubiera donado sangre (con el puño hacia arriba) se va a delatar. Es indispensable comer pescado como lo hacen los costeños, masticando por un lado y sacando las espinas por el otro. ¡El plato debe quedar limpio!
P.D: Espero que les sirvan estos tips para que cuando vayan a Cartagena ahorren «barras». Les dejo un video con recomendaciones gastronómicas la última vez que estuve por allá.
Importante agregar y lo digo por experiencia propia, si en la playa le ofrecen un masaje en las piernas con aceite de coco, al final terminará pagando por separado el masaje para la muslo, el masaje para la rodilla, el masaje para la pierna, el masaje para el tobillo, por cada pierna…., si le ofrecen hacerle trenzas, al final pagará por cada trenza y cada chaquira, si le ofrecen un almuerzo con pescado, (posta significa una porción del pescado, no el pescado entero). Póngase serio y diga no gracias, con firmeza para quitarse de encima al vendedor que puede estar una hora detrás tratando de venderle.
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