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Existen sorpresas agradables, que uno se encuentra buscando opciones nuevas y refrescantes, gastronómicamente hablando. Resulta que hace unos meses salí a la Sabana de Bogotá por el occidente, buscando un sitio para almorzar con mi hijo. A él el tema de la fritanga como que no le entusiasma mucho, tampoco es muy amante de los cortes de carne madurados y eso me ponía en aprietos para conseguir algo que nos gustara a los dos; así que tuve que recurrir a la búsqueda en Instagram de restaurantes en Cota. Me aparecieron varias opciones, pero como se trataba de darle gusto al chino, me llamó la atención uno llamado Uki. Aunque su nombre no decía mucho, en las fotos se veía que tenía variedad en la carta. Al llegar al sitio, en todo el corazón del pueblo, me iba como asustando porque en principio parecía más un lugar para comer postre y tomar tinto. Local de dos pisos en donde en el primero, se ve gran cantidad de tortas como red velvet, chocolate, milky way, torta de almojábana, etc.

Al preguntar, nos invitaron a seguir al segundo nivel que era donde nos atenderían para mirar la carta y poder escoger el plato de nuestra elección. En ese momento me empecé a sentir más a gusto. Pedí de entrada un ceviche de camarones, acompañado con chips de arracacha y galleta soda. Ya empezaba a darme cuenta que este restaurante superaba mis expectativas, porque la guía para escoger y la atención personalizada por parte de su chef, Ángela Mora, estaban haciendo agradable la experiencia.

Otras opciones de entradas eran ceviche peruano, ensalada capresse, ensalada de burrata, queso asado, sopa de tomate con maíz, aguacate sour cream y totopos, piperada vasca (papas richi salteadas con pimentón morrón, chorizo y huevo poché) y unos nachos con queso, caraotas, guacamole, pico e gallo, sour cream y carne desmechada.

El ceviche que pedí, y que normalmente no me antoja a excepción de que esté frente al mar, me encantó. La única forma en la que me gusta la arracacha es frita, en chips, y me parece que pegaba muy bien con la copa de camarones. Mientras tanto, mi hijo, aún sin elegir, se debatía entre las 35 opciones de platos fuertes que incluyen arroces, pescados y mariscos, carnes y aves, pastas y ensaladas en generosas porciones. También tenían 9 opciones de crepes de sal entre los que se destacaban lomo de res, pollo chipotle, pollo al curry, frutos de mar y camarones. Finalmente se decidió por una pasta pomodoro burrata, que lleva albahaca y tomates secos, y yo no me pude resistir a la panceta de cerdo en salsa de soya, coco, aguacate y huevo poche (ver foto).


Al terminar y dejar el plato limpio, me dije ¡tengo que escribir de esto! Es Uki Cocina y Pastelería una joya por descubrir. Los habitantes de Cota son privilegiados al tener en sus calles un sitio al nivel de los mejores restaurantes de alta cocina en Bogotá. No es frecuente encontrar este tipo de sitios en pueblos de la sabana cundiboyacense. Uno va más por piquetes, fritangas, carnes al carbón y ese tipo de comidas que identifican los restaurantes campestres de fin de semana a las afueras de la ciudad. Pero Uki no es eso. Ellos apostaron, inicialmente, porque así nacieron, por una pastelería y repostería diferente y de altísima calidad; y posteriormente, Ángela Mora, chef y dueña de la marca, se lanzó a lo que era una apuesta arriesgada: un restaurante a manteles en un pequeño pueblo. Y lo logró, porque su restaurante no tiene nada que envidiarle a los quedan ubicados en la zona G, la zona T o el parque de la 93. Con menos infraestructura por supuesto, pero con mucha «sustancia», pasión, amor y, sobre todo, calidad en su menú.


Y aún faltaba el postre, que se suponía era lo más fuerte del restaurante. Pues no decepcionaron. Me comí la mejor milhoja que he probado en mi vida. Una que se arma en el momento de pedirla, con las láminas frescas que se van entrelazando con el arequipe y que adornaron con hierbas aromáticas. Mi acompañante en esta agradable experiencia pidió una torta de almojábana, postre típico de la región, y también quedó satisfecho.

Pasado un mes, les compré una torta para una celebración de quince años que se celebró en la familia, y los asistentes quedaron descrestados con el sabor de la torta red velvet que escogí. Tengo que regresar pronto, ojalá a desayunar, porque es otra opción que tienen, pero valió la pena cada peso que pagué. Y también el tiempo que me llevó escribir estas líneas, porque el Restaurante Uki es de esas gratas sorpresas que uno no se espera encontrar. De igual manera, tengo pendiente visitar Gdays Pizza, la nueva apuesta de la chef, que ahora incursiona con comida de este tipo en el centro de Cota con sabores de pizza como roastbeef, del huerto, chicken curry y una mexicana de cochinilla pibil.

RESTAURANTE UKI COCINA Y PASTELERIA
Calle 13 No 4-05 Cota Cundinamarca
Instagram: @Ukicocinaypasteleria

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