Una de las cosas más complicadas para mi, a la hora de escribir, es el hecho de darle un título al texto y, como soy medianamente complicado para esas vainas pequeñas de la vida que carecen de la menor importancia para todos, menos para mi, pues me dedico a mirar al vacío blanco de la pantalla mientras en mi cabeza retumban letras que se mezclan en palabras tratando de darle un título a un texto que aún no nace.
Y es que últimamente he tenido en mi cabeza una pregunta que aunque me deja dormir tranquilamente, aparece esporádicamente pero a buen volumen diciendo: ¿Estamos haciendo todo al derecho o al revés? Me refiero a todo, a cada decisión tomada, a cada paso dado y cada caloría ingerida… ¡A todo!
Es que vea, si nos ponemos a pensar en todas las situaciones que siempre hemos vivido desde la política hasta la marca de arroz que toda la vida hemos comprado en el mercado, bien vale la pena detener nuestro agite y preguntarnos si lo hemos hecho de la forma correcta. Esto, partiendo de la premisa complicadísima que dice que todo en la vida tiene una manera correcta y otra incorrecta de hacer las cosas… Es ahí donde le repito la pregunta personalmente: ¿Ha hecho las cosas de la forma correcta?
Hablemos de cosas básicas como cambiar su dieta y dejar atrás alguna comida que lo hacía muy feliz porque alguien le dijo que era malo para la salud o simplemente lo leyó por ahí y tomó esa decisión tan dura como beber jugo sin azúcar, huir de la carne, o cerrar la boca ante un postre de chocolate. Y aunque se ha sentido muy bien, ¿cree usted que hizo lo correcto?
Estamos viviendo tiempos difíciles, y muchas veces nuestras propias decisiones ayudan a que las cosas se pongan peor, pero seguimos insistiendo en ello porque así nos sentimos seguros y eso lo asociamos por algún sortilegio seguramente equivocado con que es lo correcto. Deberíamos entonces comenzar a pensar que no todo lo seguro está bien para nosotros, la seguridad es una cosa pero que siempre sea lo correcto es otra cosa muy diferente.
Las redes sociales, aparte de informar entre más mentiras que verdades, ayudan a que de repente cambiemos conceptos que quizás siempre estaban bien para nosotros pero que son incorrectos, creemos todo lo que leemos y lo asociamos de nuevo con lo correcto porque estamos convencidos que la verdad es lo correcto, y aunque sabemos que es así le otorgamos ese poder a cualquier cosa que nos llega en las redes con la plena confianza de la verdad creyendo que hacemos lo correcto, por ejemplo, al replicar un contenido mentiroso o ayudar a darle visibilidad a cualquier «influencer» haciendo show con la excusa de que eso no se puede ni se debe ocultar como escarmiento a sus actos. ¿Pero es lo correcto? se ha preguntado ¿qué pasaría si no lo hacemos? piénselo un momento.
Pero definitivamente hay un tema que, creo yo, es el que tiene al mundo completamente dividido y es la política. ¿Qué es lo correcto de este tema tan polémico que causa tanto conflicto? Pues no sé… De repente elegir bien, de repente no creer ciegamente, no confiar completamente, pero de verdad no sé. Creo que en este tema sí deberíamos convencernos en que la mejor opción es hacer todo al revés, de repente eso es lo correcto y quizás nos quite un poco de odio, nos volvamos más empáticos y hagamos lo correcto por primera vez en la historia.
Lo cierto es que hacer lo correcto siempre será subjetivo y nadie tiene por qué hacer juicios al respecto, después de todo tenemos que equivocarnos para aprender a hacerlo correctamente.
Gracias por leer.
Pineda.
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