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Esta semana mientras veía un noticiero de una canal local de mi país, una nota inició hablando sobre lo que será tendencia en este 2018 en Colombia, a propósito de las diferentes jornadas electorales que tendremos. Curiosamente para hablar de las tendencias se refirieron inicialmente a lo que estaban trinando algunas de las figuras políticas más representativas a nivel nacional, curiosidad que empieza a darle relevancia a lo digital.

Durante el noticiero hablaron de política, economía, salud, entre otros temas de interés para los ciudadanos, lo que me motivó para compartirles lo que será tendencia en 2018 en cuanto al marketing digital político, o la llamada Política 2.0.

      1. Del Big Data al Small Data

Hace un par de años y debido al éxito mediático de grandes campañas electorales como la de Obama y Trump, que hicieron uso magistral de los grandes datos, el concepto de Big Data se volvió famoso en los equipos digitales de los candidatos políticos. Estos datos tenían propósitos como predecir el comportamiento electoral, potenciar la comunicación e interacción digital entre el usuario y el candidato y finalmente dar elementos interesantes para la personalización de los mensajes que se compartirían en canales digitales.

Debido al cambio en el comportamiento digital de muchos usuarios, que cada vez quieren interactuar de forma más “humana“ y cercana y teniendo en cuenta que actualmente los canales digitales representan aún una porción muy baja en el total de votos, se volvió importante el uso del Small Data, esa búsqueda de pequeños datos que contribuyan con la estrategia de marketing y que nos ayuden a entender mejor la forma como los cibernautas interactúan.

En una campaña lo ideal debe ser contrastar los grandes datos que recopilamos en redes sociales, sitios web, aplicaciones, u otros canales digitales, como: número de interacciones, tráfico, descargas, con los los tonos de comunicación de los usuarios, las palabras que utilizan, los contextos en que participan, las costumbres digitales que evidencian, entre otros.

      2. Los bots para automatizar procesos

Es claro que muchas personas tienen asociado en su cabeza la palabra bot con cuentas falsas en Twitter u otra red social y en parte tienen razón, pero si les dijera que podemos optimizar procesos en Facebook, con respuestas automáticas enfocadas en obtener comunidad ¿Les sonaría como algo malo? Probablemente no, y eso es precisamente un bot en Facebook, un programa que combina diferentes tecnologías para automatizar tareas e interactuar de forma automática con usuarios.

Uno de los grandes errores que tienen los perfiles en redes sociales de los candidatos políticos, especialmente Facebook, es que no responden ni comentarios, ni mensajes directos. Con los bot podrían automatizar ciertos procesos como: algunas respuestas por DM (mensaje directo), obtención de tráfico al sitio web del candidato, distribución de contenidos de campaña, optimización de las interacciones de los usuarios en los contenidos publicados, entre otros.

     3. Generación de experiencias microsegmentadas

En una época donde los usuarios buscan principalmente contenidos en redes sociales con los cuales se identifican o les generan valor, los políticos deben hacer el ejercicio de entender este comportamiento y publicar más que promesas o agendas políticas. Mi consejo es que enfoquen sus acciones digitales en brindar experiencias donde los cibernautas se involucren y se sientan partícipes.

Hoy en día será más importante construir grupos pequeños de activistas segmentados, que llenar las redes sociales de cifras sin sentido, así se logrará contar con audiencias definidas y con mayor nivel de viralidad.

En este sentido probablemente el uso de influenciadores para visibilizar más un mensaje político también tome una importante relevancia. Eso sí, no cualquier persona con un número significativo de seguidores servirá para la campaña, es importante que estas personas sean compatibles con los valores y mensajes del candidato y tengan una influencia real en los nichos de ciudadanos en los cuales quiera fortalecerse.

Estas tendencias son simplemente algunas de las acciones que debemos tener en cuenta en una estrategia de marketing digital político, no son las únicas, también es importante prestarle atención a otras que aunque ya tienen algunos años, aún son relevantes, como la publicidad micro segmentada, el storytelling, preocuparse primero por la agenda ciudadana, antes de la agenda política y el uso de activistas digitales, sólo por mencionar algunas.

Para finalizar, piensa desde dos perspectivas, ¿Seguirías a un candidato que en digital no te engancha desde el contenido? ¿Si fueras el estratega de una campaña, realmente tu candidato necesitaría de una estrategia digital, o en definitiva mejor que siga enfocándose en acciones de tierra? Porque canales digitales mal gestionados, por muy populares que sean entre los usuarios, pueden llegar a ser totalmente contraproducentes para una campaña.

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