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A Latinoamérica le llegó el momento de afianzar un desarrollo sostenible. La región está viviendo unos niveles de prosperidad que no se veían hace ya varias décadas, y la prosperidad parece que, por primera vez, esta empezando de manera incipiente a beneficiar un sector más amplio de la población. Salvo algunos casos particulares, los niveles de empleo de ingreso per capita, de salario y capacidad de compra están aumentando en toda la región, dejando un poco atrás ese fantasma de la recesión y de la acumulación de las riquezas en unos pocos, sin dejar de reconocer que la distribución de la riqueza en la región es uno de los mayores retos para el futuro.
La oportunidad esta ahí entonces para afianzar este proceso de crecimiento, y hacerlo de una manera SOSTENIBLE. A diferencia de lo que los países desarrollados hicieron, acabando con sus propios recursos naturales, Latinoamérica tiene que crecer teniendo presente dicho ejemplo y sus consecuencias. Un crecimiento acorde con las condiciones de la región, que proteja y explote eficientemente y de manera renovable en lo posible nuestros recursos, que proteja lo que tenemos para las generaciones venideras y sobretodo, que asuma su responsabilidad como la fuente de estabilidad del ecosistema mundial, es parte de lo que la región debe planear, ojala de manera conjunta. Países como Costa Rica, Chile, Brasil, Uruguay y Colombia han dado algunos pasos iniciales hacia ese camino de sostenibilidad y protección de los recursos y el ecosistema que poseemos. Lamentablemente los esfuerzos aun son pocos y la anarquía y corrupción en el manejo de estos recursos aun prevalecen en la mayoría de las naciones.
No se trata, como dicen los opositores del desarrollo sostenible, de frenar la máquina del desarrollo económico para proteger el medio ambiente. Está demostrado que técnicas sostenibles para explotar y mantener los recursos naturales como bosques, reservas pesqueras, fauna, minerales, entre otros, en un estado sostenible, son incluso más rentables que hacerlo sin cuidado y respeto por el medio ambiente. Las dificultades que la China y la India están experimentado hoy debido al desarrollo y explotación indiscriminada e irresponsable de sus recursos les van a costar cientos de miles de millones de dólares en el futuro, y solo para remediar sus efectos.
Nuestra región siempre ha sido considerada privilegiada en cuanto a recursos naturales, naturaleza, clima y diversidad se refiere. La realidad es que a nivel regional debemos promover el desarrollo de políticas que controlen y promuevan el uso adecuado de estos recursos, su protección frente a los avances de multinacionales internacionales cuyo único interés es suplir las necesidades de los países desarrollados, el desarrollo de convenios que permitan la explotación y conservación conjunta entre Latinoamérica y el mundo desarrollado para poder aprovechar su tecnología y eficiencia en el manejo de dichos recursos, entre otras acciones, con el objeto de evitar que recorramos el camino que hoy están sufriendo la China, India o el sudeste asiático, y el que ya recorrieron las naciones desarrolladas del mundo. La tendencia es que nuestro ritmo de crecimiento se acelerará y con ello nuestro apetito y el del mundo entero por nuestros recursos. Este es el momento para diseñar e implementar la manera de seguir creciendo, pero de manera sostenible. Latinoamérica tiene la oportunidad de liderar una nueva forma de desarrollo en el concierto mundial, y ahora mas que nunca parecemos tener los recursos para hacerlo. Pongamos en marcha el proceso para que ese horizonte de desarrollo sostenible sea una realidad.
 

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