El periodista que hacía a sus fuentes hablar con muertos
Solo en Colombia, el país del realismo mágico, un personaje que tiene mucho de folclor ha logrado, desde el oficio periodístico, hacer que sus fuentes hablen con los muertos. Suena insólito, pero en mi ciudad natal, la dulce y preciosa Santiago de Cali, esto sucedió hace algún tiempo.
El mundo del deporte tiene matices, colores, olores. Muchos de los futboleros escuchamos radio, especialmente en esos momentos donde las posibles contrataciones para los equipos van a llegar. Y ahí aparecen los periodistas deportivos, quienes escudriñan en sus fuentes hasta lo más profundo para conocer los movimientos del “mercado de pases”.
Hablan con todo el mundo, y en Cali, al parecer, para pedir una referencia, un periodista deportivo que goza de cierto reconocimiento logró que un personaje hablara con un muerto. Sí, un muerto. Para no enredarme en la descripción del caso, les comparto aquí el link con el audio de este episodio, pero el tema es muy sencillo: desde el 2006 hasta el 2007, Omar Labruna fue el DT del Deportivo Cali; en pleno periodo de contrataciones, y para pedir referencias sobre un posible refuerzo para el conjunto verdiblanco, dijo al aire el periodista en cuestión que había contactado al señor Labruna y que este le había contado que Omar Pastoriza conocía a un posible refuerzo paraguayo que interesaba. Lo bonito (o curioso) de esta historia es que José Omar Pastoriza había muerto dos años atrás. Al aire, y en medio de una carcajada monumental, el director del programa, Mario Alfonso Escobar, mejor conocido como el Dr. Mao, le pidió al periodista que le contactara con este médium para hablar con su mamá. Lo único que atinó a decir este señor, al ser cogido en tan flagrante mentira fue: “tráteme serio”, e intentó evadir el tema dando explicaciones muy flojas.
Suena aislado y chistoso, pero no lo es. Este periodista, en días pasados, por medio de su Twitter (al que no tengo acceso porque me bloqueó cuando le recordé el episodio del difunto), entregó una noticia como propia sin dar siquiera el crédito, es decir, se apropió del trabajo de otro. Algo que no es fortuito. Para su mayor desgracia, a quien le hizo esto fue a un famoso personaje español quien juiciosamente trabaja temas de cifras y estadísticas deportivas, y las difunde a través de su cuenta @2010MisterChip.
Inmediatamente, al ver cómo alguien se adueñaba de su investigación, el señor Alexis Tamayo hizo la denuncia en su cuenta de Twitter. Sin embargo, el célebre periodista borró el trino. Pero ya el daño estaba hecho y el pantallazo de la “fechoría” apareció. La información difundida era el cálculo de cómo quedaría la clasificación de selecciones de la Fifa, algo para lo cual se necesitan bases de datos y mucha información, es decir, mucho trabajo. Con solo mencionar al autor se habría resuelto todo éticamente…
Pero no borres el tuit genio! Que el mundo entero sepa q eres un lince calculando el Ranking FIFA. Esa captura rica! pic.twitter.com/iHbsidaJOe
— MisterChip (Alexis) (@2010MisterChip) septiembre 1, 2015
Luego de quedar en evidencia, el periodista se excusó diciendo que le habían enviado esa información. Pero me pregunto entonces, ¿si así hubiera sido, no debió darle el crédito al que se la mandó?, ¿no era esa excusa una aceptación de que se apropiaría de una información ajena(así no fuera de Mister Chip)?, ¿Por qué, si no había falta, borró el trino?
Quedan algunas preguntas referentes a la ética periodística, a la responsabilidad de un comunicador y a la reacción que tenemos como consumidores y como sociedad tras los hechos acá rememorados: ¿Debe haber alguna sanción por parte del gremio o de los medios hacia alguien que, de forma evidente, ha intentado informar con mentiras? ¿Por qué una persona que ha cometido graves faltas hacia el oficio periodístico sigue gozando de credibilidad entre la gente (sí, inventar diálogos, más con muertos, o tomar información ajena sin siquiera citarla para que pase como propia es muy grave)? ¿Debe haber sanción social?
Hay personas con la habilidad de un “Lince” (como lo llamó Mister Chip) para sortear sus errores. Por lo pronto, y recordando la frase de este periodista deportivo cada que un director técnico enfrenta malos resultados,»se tiene que ir», me pregunto si ante sus «imprudencias» alguien se lo ha dicho o si en algún momento lo ha considerado.
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