Publicado originalmente en nuestra revista Ciencia Legible.
Hace 21 años, Colombia sufrió una grave tragedia a causa del movimiento de la tierra: el terremoto del Eje cafetero. Veinte años después, ¿cómo va el país en este tema?
Colombia, el país del Divino Niño, del aguardiente y la aguapanela, el de las tres cordilleras que se levantan en los Andes, y el único de Suramérica que cuenta con dos océanos, es un territorio sísmicamente activo. Pero, ¿qué significa ser sísmicamente activo? ¿Por qué hay partes del mundo que lo son y otras que no? ¿Qué riesgo representa esto para los colombianos?
Placas Tectónicas
Así como un balón de fútbol se puede dividir en distintos polígonos unidos por costuras, la Tierra se divide en distintas placas tectónicas que están en constante movimiento (Figura 1). Básicamente, las placas tectónicas son grandes pedazos de roca, o lo que en geología llamamos corteza [aquí va un globito: ¡la corteza de los océanos tiene una composición diferente a la de los continentes!], que alcanzan a tener un espesor de hasta más o menos 70 kilómetros (km), y que conforman el caparazón de la Tierra. Debajo de las placas tectónicas se encuentra el manto, el cual -contrario a lo que nos muestran en las películas, que dicen que está compuesto por lo que vemos salir de los volcanes de Hawaii- es roca sólida sometida a grandes presiones, y que en escalas muy grandes de tiempo y bajo condiciones específicas, se mueve o, como dicen los geólogos, fluye. Como encima del manto están flotando las placas, estas se mueven.
Pero, ¿por qué es importante saber acerca de placas tectónicas? Bueno, volvamos al principio de este artículo. Que en Colombia tengamos la Cordillera de los Andes, se debe a nuestra posición en la Tierra. La Cordillera de los Andes se forma principalmente por el encuentro frente a frente de varias placas tectónicas: la Placa de Suramérica; la Placa de Nazca, que relativa a Suramérica se está movimiento hacia el este, y la Placa del Caribe, cuyo movimiento todavía se intenta entender [¡Sí! En geología existen aún muchísimas cosas por estudiar y comprender!] (Figura 2). Al encontrarse estas tres placas tectónicas [y muchos otros bloques -es decir pedazos de rocas significativamente grandes en superficie- que las conforman], la corteza se deforma, se arruga. Existen diversas maneras de «arrugarse», pero lo que produce que las cordilleras se ‘levanten’ -es decir que tengamos esas montañas tan bellas que nos dan el mejor café de todos- en geología se llaman esfuerzos compresivos [de comprimir -como cuando uno comprime un acordeón vallenatero-].
La cordillera de los Andes es entonces un resultado principalmente de los esfuerzos compresivos que causa la relación de convergencia, o encuentro, entre la Placa Suramericana y la Placa Nazca. ¿Alguna vez han escuchado hablar del Cinturón de Fuego del Pacífico? Bueno, este cinturón de fuego – o en inglés popularmente llamado «Ring of Fire» [Johnny Cash a la cabeza]- es una serie de volcanes alrededor del Océano Pacífico (Figura 1). Es en este “cinturón” en donde se encuentra una cadena casi continua de grandes volcanes, por ejemplo el Nevado del Ruiz o el Galeras, que se conocen por sus fumarolas y por que están activos. Pues adivinen qué… todos estos volcanes se forman porque la corteza que sostiene al Océano Pacífico se está metiendo debajo de los continentes, y hace que ésta atraviese una serie de cambios de temperatura y presión o termodinámicos, y se derrita parcialmente, lo que activa el vulcanismo. Entonces queridos lectores, así como lo leen, los océanos se nos están metiendo por debajo de los pies.
Resumamos en este momento lo que sabemos. La Tierra se divide en placas tectónicas, y ¡Colombia está situada en un punto en donde tres placas tectónicas se encuentran! Como el movimiento de la Tierra no respeta horarios ni fronteras, este encuentro ocurre 24/7, y los efectos de esto incluyen la presencia de volcanes y la ocurrencia de sismos en nuestro territorio.
La sismología criolla
Como lo cuenta la coordinadora de la Red Sismológica Nacional de Colombia, Viviana Dionicio en el podcast Shots de Ciencia en colaboración con @geology4eva, “los sismos son rupturas que ocurren debajo de la superficie, debido a los movimientos entre placas tectónicas”. También existen sismos menos profundos que son causados por fallas en la corteza. Esto quiere decir que la corteza también tiene zonas en donde, literalmente, ‘falla’ y se quiebra. Estas rupturas y los movimientos que ocurren en estas, se relacionan a la magnitud que pueda tener un sismo. Debido a nuestra posición en la Tierra, en Colombia ocurren sismos a diario, pues recordemos que estamos en un punto perfecto, para que las fuerzas de la Tierra hagan que esta se mueva. Mucho.
El terremoto del Eje cafetero
En la historia de Colombia tenemos registro de numerosos sismos. Este año, 21 años después del sismo del 25 de Enero de 1999, el cual ocurrió a las 13:19 y tuvo un epicentro [o su localización en superficie] en Córdoba, ubicada a 16 km de Armenia, Quindío. Este sismo tuvo una magnitud de momento ML de 6.3 , y un hipocentro [su localización en profundidad] a 15 km de profundidad, relativamente superficial. El terremoto fue seguido por un segundo sismo [o réplica] de magnitud 5.8 ML [Si quieren saber más sobre lo que significa magnitud escuchen el episodio “La tierra está viva” de Shots de Ciencia]. Aunque este sismo no fue generado por la subducción de la Placa de Nazca con Colombia -sino por el sistema de fallas superficiales que existe en esta zona dada su profundidad-. Este sismo ocasionó grandes pérdidas para la capital de Quindío y varios municipios aledaños en donde hubo muertos, heridos y miles de viviendas afectadas. Según el Servicio Geológico Colombiano (SGC), fue la ciudad de Armenia la que sufrió el mayor número de pérdidas : “800 muertos, 2.300 heridos, más de 30.000 viviendas afectadas, cerca del 75% de las escuelas y colegios con daños y más de un millón de metros cúbicos de escombros“.
La historia del sismo en el ‘Eje-cafetero’ despertó un sentimiento de alerta en la población que se encuentra en espacios de vulnerabilidad o ‘amenaza’ por causas de terremotos, que son prácticamente todos los grandes centro urbanos que se encuentran en las cordilleras y cerca a ellas. Hace 21 años, la tragedia del Eje cafetero generó un gran malestar en los colombianos, pues la misma población, los dirigentes y las edificaciones no estaban preparadas para un evento como este. La reconstrucción de la ciudad conllevó a que diferentes actores de la sociedad tuviesen que trabajar juntos por la reconstrucción de las zonas afectadas, y la educación en sismología fue clave en este proceso.
Aunque ni la geología ni la sismología puedan predecir los sismos con día de la semana, fecha exacta, hora precisa, éstas ciencias cuentan con muchas herramientas para estudiar las zonas del planeta en donde los terremotos pueden ocurrir. No importa sin son tan grandes como el de hace 21 años en el Eje Cafetero o tan imperceptibles como el movimiento de un pelo. Dado el registro que se tiene de los sismos que ocurren a diario y la existencia de lo que se denomina como ‘sismicidad histórica’, Colombia cuenta con mapas de amenaza, donde se describen las áreas que pueden ser más vulnerables a los efectos de un sismo. Por ejemplo, existen lugares más vulnerables en donde una vivienda no debería estar construida dado a la forma de la Tierra [geomorfología] que hay alrededor. Estas herramientas están al alcance del público por parte del SGC y un consejo geológico, es utilizarlos para conocer mejor las rocas que conforman este país.
Para más información sobre los terremotos en Colombia y en caso que ustedes lleguen a sentir uno, pueden hacer click en la página del SGC y llenar la encuesta que se encuentra en la esquina inferior derecha donde dice “¿Sintió un sismo? Repórtelo”
Saber de qué está compuesta y cómo se mueven las entrañas de la Tierra es una forma de apropiarnos y ser más conscientes de dónde estamos parados. Conocer un poco más de ella es de gran importancia para la sociedad y para que los gobiernos de todos los países desarrollen e implementen buenas practicas en la construcción y edificación de viviendas. Así que no está mal mirar al cielo, pero con los pies bien plantados en la Tierra.
**Carolina Ortiz-Guerrero y Lina Perez-Angel son geólogas colombianas que actualmente hacen su doctorado en Florida y Colorado, Estados Unidos, respectivamente. Ambas tienen un proyecto bacanísmo que se llama @geology4eva. Aquí cuentan buenas historias y datillos curiosos sobre nuestro planeta tierra.
Son 21 años.
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Toda la razón, gracias, ya lo corregimos
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Muy bien escrito y presentado. Algo que no he entendido es porqué la cordillera oriental carece de volcanes. Me encantaba el montañismo, y recuerdo que la experiencia en la Cordillera central vs. Oriental era totalmente diferente: En la central, termales, volcanes, azufre. En la oriental era otro cuento.
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