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La lesión de James, el mal momento de Falcao y el tropiezo de grandes clubes como el Bayern München y el Real Madrid tienen una explicación.

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Rusia 2018 fue hace cuatro meses. De aquel lluvioso 15 de julio en Moscú queda el recuerdo y la foto de la Selección de Francia levantando la copa. Tras un corto mes de descanso para los jugadores participantes, empezaron las ligas y, con ellas la fatiga post-Mundial. Los grandes equipos, en los que se encuentran varias estrellas de la Copa del Mundo, muestran un rendimiento atípico al de otros años.

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La Liga en España tiene algunas sorpresas. Los tres equipos con más jugadores mundialistas, FC Barcelona, Atlético de Madrid y Real Madrid, sufren para hacer la tarea. Al club azulgrana le cuesta jugar bien durante tres partidos seguidos y, aunque es líder del torneo, encajó el fin de semana pasado 4 goles en su casa, situación que no ocurría desde 2003. Con el Atlético sucede algo parecido. Es tercero, pero no ha conseguido la regularidad que caracteriza a los equipos de Diego Simeone y hace tres semana fue goleado 4-0, lo que no pasaba desde que el argentino dirige al equipo colchonero. Y en el Real Madrid la situación tiene nombre de crisis. Después de ganar 3 Champions seguidas, los blancos llevan tres técnicos en 2018, siete lesionados en la actualidad y, aunque solo están a cuatro puntos del líder, son sextos en la tabla. El bache lo aprovechan equipos como el Espanyol o el Alavés, cuarto y quinto en la clasificación española.

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Cargado de mundialistas, el Bayern München también llora el guayabo del Rusia. Desde 2013, el club bávaro ha dominado la Bundesliga alemana. Este año, sin embargo, tuvo un inicio de equipo de media tabla y, ahora que marcha quinto, ve cómo el Borussia Dortmund se va quedando con la punta. Por el momento, la distancia entre los líderes amarillos y los rojos es de 7.

Peor es el caso del Mónaco en Francia, que después de dos buenos años se encuentra en descenso directo. El equipo de Radamel Falcao no gana desde agosto y tuvo que despedir al técnico que le dio la liga francesa hace dos años y lo puso en semifinales de Champions.

Con Paris Saint-Germain la situación es engañosa. El que lo ve jugar en su liga local dirá que es una locura meterlo en la fórmula. Ha ganado 13 de 13 partidos jugados y en el proceso ha anotado 38 goles. Sin embargo, a la hora de medirse con los grandes de Europa en la Champions, el PSG solo ha ganado un partido de cuatro y está a punto de quedar eliminado.

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De la ecuación solo se salen Manchester City y Juventus, que salvo un par de tropiezos, juegan bien y mantienen la regularidad. Sin embargo, la tendencia de esta primera mitad de la temporada invita a reflexionar. En todos los clubes antes mencionados, cerca de la mitad de la plantilla (si no más) juega constantemente para sus selecciones y rara vez tiene tiempo para descansar. No es extraño que futbolistas como Messi o Cristiano se estén tomando un descanso de los compromisos internacionales. Entre más partidos haya, más disfruta el aficionado, pero vale la pena pensar, entre torneos de pretemporada, ligas, copas, torneos continentales y de selección, dónde está el punto límite para un deportista de élite. Basta con mirar la temporada de James, que se lesionó otra vez.

Foto: Bayern München

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