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Sin importar que gane Messi, Cristiano o Lewandowski, siempre queda una duda con estos premios ¿qué significa ser el mejor?
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A pesar del año atípico que vivimos y que muchas competencias estuvieron suspendidas por más de un trimestre, la FIFA mantuvo su tono de “el show debe continuar” y decidió entregar sus premios The Best. La gala se hizo de manera virtual, con un plató central sin público. La británica Lucy Bronze y el polaco Robert Lewandowski fueron votados como mejor jugadora y jugador del año 2020. También entregaron mejor entrenador de fútbol masculino (Jurgen Klopp) y femenino (Sarina Wiegman), mejor arquero (Manuel Neuer) y mejor arquera (Sarah Bouhaddi), mientras que el Puskas al mejor gol se lo llevó Heung-Min Son, del Tottenham, tras una corrida hermosa ante Burnley. Todo fue una celebración al fútbol.
Pero siempre queda un sabor raro en la boca cuando entregan estos premios. A diferencia del premio al máximo goleador o al portero menos batido de un torneo, el premio al mejor futbolista, al mejor entrenador, al mejor gol es un tema de gustos y votos en los que la polémica no cesa. Eso le viene bien a la FIFA, que copa las portadas de la prensa durante unos días y los periodistas podemos debatir sobre los resultados. Es un acontecimiento divertido en torno a un espectáculo como el fútbol.
Precisamente por eso, no hace falta ponerle demasiados kilos al galardón. Como el Ballon d’Or, premio que tuvo por menos de una década el sello de la FIFA pero siempre ha pertenecido a la revista France Football, The Best es un reconocimiento que permite ver la opinión de un público reconocido en el tema (jugadores, entrenadores y periodistas). No es la última palabra en el fútbol. Con eso no digo que los ganadores carezcan de méritos para recibir el título de los mejores, pero su trono puede ser sometido a prueba sin ningún problema.
Es importante analizar esto, sobre todo, porque ninguno de los premios explican de manera clara los criterios para elegir al mejor. ¿Qué significa ser el mejor futbolista para la FIFA? ¿Por qué casi siempre lo ganan jugadores ofensivos? ¿Por qué los arqueros compiten por otro premio? Por la manera en la que están distribuidos los premios, las respuestas a estas preguntas pueden generar distintas respuestas implícitas en el sentido común de la audiencia. Eso no debería ser así. Existen bastantes argumentos para considerar a Lewandowski como el mejor delantero centro del año, pero sin criterios unificados es imposible saber si es mejor o peor que su compañero Thiago Alcántara o que rival Kylian Mbappé.
Y claro, explicar criterios no es un blindaje si luego los capitanes y entrenadores de cada selección, así como un periodista de cada país votan en su libre albedrío. Sin embargo, sí servirían para que espectadores y votantes supieran el enfoque del premio. Así, por lo menos, entenderíamos qué quiere decir la FIFA cuando habla del mejor en algún aspecto del juego.
Pero, aparte de eso, el sistema de votación no es claro. Las personas preguntaron ayer en redes por qué en el premio al mejor once titular no estaban los ganadores a mejor arquero y arquera. En el once masculino aparecía Allison y no Neuer, mientras que en el femenino estaba Christiane Endler en vez de Bouhaddi. La respuesta no es complicada: el premio al mejor arquero y a la mejor arquera tienen sistemas de votación diferentes al de mejor once titular. Aunque es una decisión polémica, el verdadero problema está en no dejar claro cada premio y la manera de elegir al ganador.
Es divertido ver este tipo de premios y debatir con colegas y personas cercanas alrededor de ellos. No seré yo el que arruine una celebración al buen fútbol. Sin embargo, la gala de The Best se beneficiaría si sus premios fueran votados a partir de una definición o criterios. Considero a Klopp mejor entrenador que a Hans-Dieter Flick, pero este recogió un equipo en mal momento y lo ganó todo en 2020. ¿Qué importa más ahí? No lo sé.