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* El sonido del motor me es familiar al iniciar la marcha normalmente. De inmediato, mientras las revoluciones van subiendo y piso a fondo, el sonido cambia, pero sigue siendo conocido. En bajas revoluciones, suena como un Opel (les suena el Corsa?), mientras que al exigirlo pisando a fondo, buscando las máximas rpm, me recuerda inmediatamente al Chevrolet Swift 1300.

La economía de consumo con su reducido tamaño externo y amplio interior, el agradable diseño general, y la agilidad que le permiten su tamaño y máquina, son los principales atributos con los que cumple perfectamente el más pequeño de la gran familia Chevrolet, el Spark, el cual pudimos analizar detalladamente durante los tres días que estuvo en nuestras manos.

Lo aguardará siempre una conducción placentera rápida y eficaz en los densos ‘tacos’ que hacen parte de algunas ciudades Colombianas, algo obligatorio en un auto cuya vocación es eminentemente urbana. Es una delicia poder ‘colarse’ y meterse con tranquilidad, en espacios donde muchos ni sueñan entrar. El Spark, es un gran amigo de los espacios pequeños donde aparcar no será una tediosa sucesión de maniobras. Nuestra ‘auxiliadora’ es la dirección hidráulica, de serie en la unidad de pruebas, la versión GO!

Su utilización no se ciñe únicamente a las ciudades, pues salvo por el reducido espacio del baúl  -algo que aunque con algunas diferencias, es muy normal en casi todos los autos de su categoría-tamaño-,  se puede confiar en el perfectamente al desplazarse por carreteras llanas o con inclinaciones importantes, típicas de nuestra geografía.  

De su motor de 1 litro siempre habrá una respuesta sobresaliente en casi toda la gama de revoluciones, algo en lo que ayuda el buen desarrollo escogido para los cambios de marcha tirando a cortos a pesar de su torque y potencia de 9,3 kgm y 65 caballos respectivamente. No vale la pena llevarlo hasta el corte de inyección sobre las 6500 rpm, en ningún cambio. En primera, si acaso hasta las 6000, para en segunda lograr la mejor aceleración cambiando a 5300-5500.

De ahí en adelante el régimen que se logra con facilidad son las 5000, hasta en la cuarta marcha, donde nos puede llevar fácilmente hasta los 120 kilómetros por hora, para, al insertar la quinta, quedarse e inmediatamente bajarse de ese número, todo esto con 4 ocupantes a bordo. Y digo quedarse y bajarse, puesto que a pesar de haberse firmado la ley que permite éste tope en las vías apropiadas, aún no se ha implementado en ninguna carretera hasta cuando los gobiernos locales lo decidan. Por ahora a 80. 

Por encima de las 5000 rpm,  las vibraciones se dejan sentir muy poco en el timón, pero más en los pedales. Igual, no vale la pena superarlas pues considero que su régimen ideal de trabajo es entre las 2000-2500 y 5000 rpm.

Una vez dentro de la cabina nos encontramos con un ambiente agradable por diseño, acceso, y sensación de buen espacio. No se sacrifica la habitabilidad pudiendo transportar cómodamente a 4 personas, inclusive hasta las más altas sobre los 1,85 metros de altura en los puestos traseros. El espacio es igual de bueno adelante en altura, y guarda un buen espacio para las piernas tanto delante como atrás. Son muy bonitas las telas que hacen parte de las sillas, y en toda la cabina se encuentran plásticos con un tono gris medio, duros, de calidad aceptable.

La posición de manejo no tiene peros con una buena alineación del conjunto timón-pedales-silla, y es destacable que después de recorrer una cantidad considerable de kilómetros, no nos castiga ni con una mínima dosis de cansancio a pesar de ser una silla corriente, sin grandes soportes laterales, o lumbares que se encuentran en autos más caros. Se sentará a conducir en la silla que encontrará en cualquier auto de la competencia.

El control de cambios tiene una adecuada precisión y rapidez salvo al insertar la quinta marcha; además, aparece un impedimento ergonómico: siempre al insertar segunda o cuarta, el brazo del conductor con el codo, golpeará la parte derecha de la silla, debido a que la palanca de cambios está un poco más atrás de lo deseado.

Los testigos habituales del check engine, freno de mano presión de aceite etc se ubican al frente del conductor, mientras que los habituales velocímetro tacómetro e indicador de combustible análogos de bonito diseño, se encuentran ubicados altos en el centro del tablero, lo cual hace que luzca más moderno y agradable.

Alrededor de la cabina encontramos varios porta vasos y guanteras, inclusive 2 en forma de bandejas adelante, enfrente del piloto y copiloto respectivamente. Los controles de la calefacción y ventilación funcionan bien, están al alcance, y un buen flujo de aire el cual puede ser helado si se acciona el aire acondicionado, terminan por complementar un grupo que trabaja de manera sobresaliente.

La silla trasera es abatible en su totalidad, incrementando al doble o algo más el espacio de carga. La visibilidad es muy buena, en especial por el gran ángulo que abarcan los espejos laterales permitiendo maniobras tranquilas y rápidas apoyadas por el buen radio de giro al virar, pues el auto hace una ‘u’ donde usted cree que no podrá, y lo saca de apuros. 

A destacar la dirección hidráulica la que curiosamente, se siente algo más dura de lo deseado en parado, que al circular: nada que incomode, simplemente a veces nos olvidamos de las tradicionales hidráulicas como la que nos ocupa, en lugar de aquellas ‘peso pluma’ electro hidráulicas o eléctricas, las cuales en la marcha no transmiten ninguna información sobre lo que ocurre entre el pavimento y las ruedas, no sabemos hacia que dirección exacta apuntan éstas. Y con el carro detenido, se siente como si el estuviese levantado. Prefiero la ‘más deportiva’ del Spark, la que informa y transmite; entre gustos……..

Las suspensiones son silenciosas y de corto recorrido al pasar sobre reducidas irregularidades, en especial las traseras. Tienen una puesta a punto curiosa pues al pasar sobre pequeños huecos se sienten más de lo normal sin que por eso sean incómodas y es en éstas situaciones donde se percibe claramente la rigidez estructural de la cabina, algo habitual en los vehículos actuales, para permitir un buen ajuste con el paso de los kilómetros, y una sobresaliente protección en caso de accidente. Al pasar sobre huecos más grandes se siente como aumenta el recorrido de las ruedas al extenderse y comprimirse, pasando con buen confort sobre los huecos.

No es un auto deportivo, y como nadie está exento de tener que maniobrar bruscamente en una situación de emergencia, o de tener que viajar rápidamente por tortuosas carreteras de montaña, buscamos sus límites en esas situaciones coyunturales. En curvas cerradas de montaña tomadas a buen ritmo, la cabina poco se inclina, y el subviraje aparece fácilmente haciéndose notar en el timón cuando se gira, pues el vehículo tiende a seguir derecho con sus llantas patinando.

Igualmente, si se frena suavemente en plena curva, la cola se asomará de forma pronunciada, producto de la falta de agarre lateral de las llantas. Los amortiguadores bien calibrados actúan inmediatamente, retienendo las potenciales oscilaciones e inclinaciones. El frenado, por parte de los cauchos, es mejor que su agarre lateral, y se sienten potentes con un pedal de tacto normal, bien dosificables al final del recorrido, pues no es fácil bloquear las llantas ante la ausencia del ABS.

Por encima de los 110-120, el viento lateral se deja sentir como ruido sobre la cabina y como agente que perturba la estabilidad pues en recta nos desvía mínimamente, casi sin tener que corregir la trayectoria; también transmite una ligera sensación de falta de aplomo, de ir bien pegado a la carretera. Las causas inherentes, su bajo peso, reducido tamaño, y distancia entre ejes.

En general su comportamiento dinámico es adecuado y sólo en situaciones ocasionales, se presentan estas pequeñas carencias. Teniendo en cuenta su concepción urbana y práctica, estamos al mando de un buen chasis, el cual pienso que mejoraría su comportamiento poniendo un centímetro más de llantas a lo ancho sobre el piso, ojalá con un labrado más sofisticado.

Sus líneas externas son atractivas, con áreas de lámina y vidrio bien proporcionadas. En el frente sus luces expresan un ‘rostro’ simpático y moderno, rematando la zona trasera con unos bonitos stops redondos bien ubicados.

La economía de consumo es sobresaliente, en promedio tuvimos 55 kilómetros por galón en ciudad  -con un manejo más tranquilo se pueden superar-,  y fácilmente sobre los 70 circulando a 80 kms/hora constantes en quinta velocidad. Hay que pisar demasiado tiempo a fondo durante varios kilómetros, con todo el peso, para que disminuyan esas destacadas cifras.

El GO equipa un buen aire acondicionado, dirección hidráulica, vidrios eléctricos delanteros, bloqueo central, y un simpático techo corredizo mecánico el cual levanta únicamente en la zona trasera y nos permite disfrutar parcialmente de la agradable sensación de estar mucho más en contacto con el medio ambiente, de sentir más libertad.

Algo que se hecha de menos no sólo en éste auto sino en muchos del segmento  -por no decir en todos-,  y en algunos de las categorías superiores, es la ausencia de los 2 airbags frontales y los frenos abs, lo que en países que no están gravados con los impuestos que nos toca pagar en Colombia, van montados de serie o por lo menos son opcionales pero con unos precios asequibles, algo a lo cual por ahora desafortunadamente, estamos lejos de acceder mientras nuestros dirigentes y legisladores tengan estos temas en el olvido.

La seguridad en ninguna marca ni modelo de automóvil debe ser una exclusividad. Y los mencionados impuestos, no le permiten a Chevrolet ni a ninguna marca en Colombia, montar tan importantes elementos desde las gamas más bajas los cuales día a día evitan accidentes y salvan vidas alrededor del mundo. De nuevo, toc toc en sus puertas respetados políticos.¿porqué no incentivar la seguridad reduciendo los impuestos con alguna fórmula, para los vehículos que equipen tan importantes elementos?

El Chevrolet Spark me dejó una agradable sensación. Es un gran ciudadano, ágil, simpático y económico, lo cual hará que esté en la mira de muchas personas jóvenes y solteras, o de familias que apenas empiezan. Tiene muchos aspectos a favor, a los que se unen la reputación de durabilidad y confiabilidad de la que dan fe los taxis con miles de kilómetros recorridos en las adversas e inclementes condiciones que a diario enfrentan en todas nuestras poblaciones.

* Agradezco la amable disposición de Ketchum conexiones y de GM Colmotores representante constructor y distribuidor de los vehículos Chevrolet en Colombia, al suministrarme el vehículo para la prueba.

Correo italianties@yahoo.com

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