Escuchar y analizar. Son dos palabras que cada día cobran mayor importancia en un país tan polarizado como el nuestro. Todos creemos tener la razón, pero nunca sabremos si realmente es así, si no escuchamos a los demás y analizamos lo que ellos dicen y los hechos que nos rodean mutuamente.
En Colombia estamos llegando a la literal construcción de muros entre unos y otros, solo porque no compartimos lo que los demás dicen, o piensan, o hacen. Y esa separación nos está llevando a un punto de no retorno. La polarización es el verdadero enemigo y debiéramos unirnos contra ella.
Para hacerlo, lo primero que tenemos que saber es que nos encontramos en medio de una batalla que, como todas, tiene como su primera víctima a la verdad.
Es muy difícil saber quién está diciendo lo que es cierto y es muy fácil dejarnos llevar por los memes de TikTok o los mensajes de Instagram, los que se publican en X, en Facebook, o lo que se dice en la radio, en la prensa, en la televisión, en los podcast y hasta en las imágenes de Youtube.
Antes podíamos aconsejar que los mensajes de las redes sociales fueran comprobados en su veracidad con los medios de comunicación, para tener mayor certeza. Pero ya no se puede.
Desafortunadamente algunos de esos medios manipulan la información, ocultan unos hechos que no les convienen a sus intereses y destacan o ‘fabrican’ otros que les favorezcan.
Entonces, en este caso, hay que decir que cada persona debe seleccionar muy bien el medio de comunicación al que le va a creer. El que piense que es veraz e imparcial en medio de la confrontación.
Cuando alguien le diga algo sobre la realidad nacional, compruebe que sea verdad antes de decírselo a un tercero. Porque podría estar reproduciendo un rumor o un mensaje premeditado por otras personas para hacer daño o para favorecer a alguien o a algo.
Para comprobar un hecho que le estén contando o que algún medio presentó, consulte varias fuentes. No se quede con lo primero que le dejaron ver. Y analice. Recuerde que ‘analizar’ es una de las palabras clave. Y eso implica preguntarse, sobre todo cuestionar, entre otras cosas, por qué están diciendo eso, a quién favorece, a quién perjudica, qué efectos tiene, quién lo dice, que intereses tiene.
Pero más allá de conocer si algo es cierto o no, los colombianos debemos trabajar en derribar el muro que hemos ido construyendo entre nosotros. Y aquí es en donde viene la segunda palabra clave: Escuchar.
Si cada uno de nosotros habla y habla, defiende sus conceptos, sus convicciones y no escucha a los demás, siempre estará equivocado. Porque por más ignorante que sea su contradictor, siempre tendrá algo que valga la pena analizar. Algo que puede aportar.
Si nos proponemos escuchar lo que nos quieren decir los demás, por más que no estemos de acuerdo con ellos; si escuchamos sus razones o su interpretación de los hechos, así no los vayamos a aceptar; si analizamos lo que nos dicen, habremos dado un gigantesco paso para derribar los muros que ya están dividiendo a amigos, familias y a un país entero, cuando se habla de lo que pensamos de la realidad nacional.
Nadie tiene la verdad absoluta. Por ello debemos seguir esas dos palabras de oro: Escuchar y Analizar.
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