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pesebre

Me gusta diciembre. Me gusta la Navidad. Me gustan las novenas. Sé que es una época del año en la que es fácil desesperarse con el tráfico, los tumultuosos centros comerciales, el afán por comprar y los gastos excesivos. Pero más allá de todo eso, más allá de las estrategias comerciales que nos despistan del verdadero sentido de esta época y más allá de la facilidad que tenemos para fomentar una visión más negativa que positiva de la vida, diciembre es un regalo que vale la pena recibir si sabemos cómo hacerlo y nos preparamos para ello.

Se trata de una oportunidad para reconocer esa luz que somos y comprometernos con nuestra verdad. Así que tenemos dos caminos: escuchar al ego y ver todo como una malvada estrategia del comercio, o escuchar a la chispa divina y vivir estas fechas con la devoción que se merecen. Justamente las novenas nos ayudan a conectarnos con el verdadero propósito de la Navidad.

Aquí van cinco razones que explican por qué me gustan las novenas.

  1. El número 9 tiene un profundo significado místico. Nos dispone para algo que está por nacer. Así que los nueve días de la novena en realidad son una preparación para el espíritu. Es un camino que recorremos para estar listos y recibir la luz de Cristo en nuestros corazones.
  2. No creo que sea importante seguir el texto tradicional de la novena. No resonar con él está bien. Lo importante es tomar conciencia y durante nueve noches crear nuestros propios ritos, meditar y prepararnos para la hermosa energía de renovación que llega el 25 de diciembre. Si te invitan a una novena tradicional acéptalo, trata de quedarte con lo importante y comparte con gusto.
  3. Las novenas familiares son una oportunidad para compartir y enfocarnos en dar y en recibir. Que rico poder ver a tíos, primos o amigos que casi nunca vemos, y poder hacerlo en un contexto distinto que nos permita disfrutar con alegría y comprensión. Es una oportunidad para ver en nuestra familia, que son los maestros más cercanos que tenemos, un espejo de lo que nos molesta y valoramos de nosotros mismos.
  4. Las novenas nos permiten comer postres que se han reservado para esta época del año. El dulce es muy importante, olvídate de las calorías y deja que tu cuerpo goce sin necesidad de excederse. Agradece un buen arroz con leche, una natilla, una torta. El hecho de que sea una época en la que se consume tanto dulce me recuerda la necesidad de ser más dulce conmigo misma y con los demás.
  5. Las novenas nos conectan con la alegría del nacimiento de Cristo, símbolo del nacimiento de una nueva conciencia, del nacimiento de la luz en mí. Me recuerdan ese camino que Jesús vino a enseñar: el amor, el perdón y la alegría.

¡Felices fiestas!

 www.laventanavioleta.com

@laVvioleta

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