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En Twitter: @alroca01
losturcos-eltiempo-foto.pngMi padre trabajó en el CAM durante trece años. Cuando lo visitaba en la oficina, aún pequeño, recuerdo que varias veces entramos a Los Turcos, que estaba a solo unas cuadras. Hoy no podría hacerlo, porque a algún genio se le ocurrió que para que Cali avanzara era necesario borrar su historia de décadas.

Con seguridad pasó lo mismo cuando otro genio pensó que tumbar el edificio que estaba entre La Ermita y el teatro Jorge Isaacs haría de Cali una ciudad más ‘futurista’. Solo es ver las fotografías de Otto Moll en 1964, en la última edición del Boletín Cultural y Bibliográfico de la Biblioteca Luis Ángel Arango, para darse cuenta de que lo que había era un edificio hermoso, de verdad hermoso, y lo que hay hoy es un adefesio de cemento con pinta medio traqueta.
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Años después llega la noticia de Los Turcos y me da tristeza que el de la idea haya sido Jorge Iván Ospina, un tipo que me cae bien. Así me lo dijo en una escueta conversación vía Twitter, aunque su idea inicial no haya sido la desaparición del restaurante, sino una reubicación en la plazoleta que se va a construir y que se llamará Jairo Varela. 

Seamos sinceros, el edificio de los Turcos no era el más lindo de Cali. Tampoco. Pero se trataba de conservar una tradición, un referente geográfico dentro de la ciudad y un espacio cultural, porque hasta Andrés Caicedo tuvo que ver ahí.

Pero bueno, este es el adiós del café-restaurante, cuyo nombre tiene una historia maravillosa: «Aquí no había sino gamines, hippies y yo con dos policías limpié toda la calle y armé el Café. Luego se reunían los libaneses, sirios y palestinos; turcos no había, si mucho algunos cinco, pero la gente empezó a decir que era el Café de Los Turcos» . Y así lo bautizaron. Esta entrevista a Yaneth Zarzur, quien fue su propietaria desde 1977 hasta 1990, la leí en El País de Calidonde además explicaron que en sus inicios se llamó Café Bolívar.

Mañana, 21 de julio de 2013, el edificio será destruido por una implosión y le dará paso a la Plazoleta Jairo Varela, a quien deberían ya dejarlo de joder. Deseo de corazón que este nuevo espacio no termine convertido en dormidero de indigentes y hogar de atracadores, como casi siempre en este país.

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