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En Twitter: @alroca01
jenos-pizza-eltiempo.pngComo he dicho antes, el 99% de las veces que recibo un domicilio de pizza lo hago sin bañarme. Así es mi relación con ella (la pizza). Pero, también como lo he dicho, lo disfruto no saben cuánto.

Hace un par de semanas me invitaron a celebrar el Día del Bloguero, que no tenía ni idea que existía, y Jeno’s Pizza amablemente me lo hizo saber y con mucha altura. Me bañé y salí de mi casa rompiendo mi tradición.

En el camino recordé mis días de universidad y recapitulaba el tema de mi dieta. Primero estaba el sándwich y luego la pizza. Por allá en 1999, un pedazo de pizza y una Coca Cola no superaban los 2.000 pesos. Era el combo ganador para el hueco del almuerzo, pero las pizzas, en realidad, no eran tan buenas. Gordas, de masa pesada e ingredientes recalentados, la pizza de estudiante hacía parte de mi vida. Así y todo, esa época me trajo buenos recuerdos y me hizo valorar aún más la invitación del Día del Bloguero.

Y la razón no tiene mayor misterio: ese día me tragué, literalmente y con gran gusto, una pizza de ingredientes frescos, masa delgada y crocante, y recién salida del horno. Para qué más.

 Esta es la dicha de tener un blog y que Jeno’s me invite a celebrar. ¡Qué fortuna! Pero para la próxima, no me baño.

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