El recorte al presupuesto al deporte es paradójicamente una de las realidades que trae el posconflicto con las Farc. Una paz esperada por todos que de hecho nos obliga a cada uno a amarrarnos (obvio, no a los políticos sino a la ciudadano del común) aportar un granito de arena para dejar atrás la dureza de la guerra con esa guerrilla.
No me cabe en la cabeza criticar el proceso en sí mismo, sino las fórmulas que propone aplicar Coldeportes, en cabeza de una persona como Clara Luz Roldán que de hecho mostró en su primera luz que no le importa si hace cosas políticamente incorrectas como llevar a Dilian Francisca Toro a Río de Janeiro con la delegación colombiana. Del desayuno sabremos cómo es el almuerzo y muy temprano lo mostró la directora.
No obstante, al conocerse que habrá recortes al presupuesto del deporte fue cuando surgió la más politiquera de las respuestas de la nueva directora, que me indica que asume el cargo con la pura intención de impulsarse en política y no de aplicar en realidad políticas públicas para el deporte. Es obvio que no habrá dinero para todo lo esperado, pero que de entrada muestre el hambre de aceptación demuestra que tiene poca capacidad de gerencia y gestión.
Roldán sin dudarlo afirmó que los deportistas de alto rendimiento no perderán su respaldo, en un presupuesto que se sustraerá de infraestructura y demás políticas. Ahí es donde el propio baloncesto se ve golpeado como un coscorrón a un recién nacido. El tema es demasiado sencillo: sin desarrollo deportivo desde las bases no habrá futuros deportistas de alto rendimiento.
Lo clave para los dirigentes es quedar bien. Un campeón ahora es valor político. El futuro que lo resuelvan otros.
Cualquiera con dos dedos de frente se da cuenta que sin apoyo a los intercolegiados, que sin infraestructura para deportes como el baloncesto, que sin una base para hacer una detección de talentos, que sin un apoyo real y una fiscalización real a las regiones con atletas con biotipo y capacidad como Cauca, San Andrés, La Guajira, Chocó y los Llanos Orientales, entre otras, esos futuros talentos se perderán. Lo que importa es aplaudirnos con lo que hay ahora y quedar bien ante los medios.
«Todos necesitan el mismo trato cuando soy una medalla de oro a cuando solo tengo un sueño por conseguirla».
Sorprende que nadie chistara, pero como el inmediatismo para muchos prima sobre la proyección y el trabajo organizado pues la respuesta de Roldán fue más que oportuna. La mayoría de deportistas colombianos de los Juegos Olímpicos cargan detrás suyo una historia de vida con duros momentos, propios de la realidad del país. Ellos fueron proyectos a futuro y por eso obviar la necesidad de invertir desde abajo es clave.
https://www.youtube.com/watch?v=fjaLXgBxIgE
No seamos ciegos y esperemos que tanto los directivos de Coldeportes, Comité Olímpico Colombiano y la Federación Colombiana de Baloncesto entiendan que en el deporte se tiene que trabajar en serio. Ahora sí muchos podrán entender por qué no la quisieron hacer abanderada, pero ella sí es una de nosotros.
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Lo mismo de siempre con nuestros deportistas, solo promesasas.
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