El día de hoy conmemoraremos como cada año el día del
trabajo que se convierten en un gran puente, o mejor, un verdadero día de la
pereza, como ejemplo de labor y constancia en un país donde el 90 % trabaja
para llenar las arcas y conglomerar las riquezas de ese 10% poderoso y
latifundista por esencia que domina las masas de ésta ignorante e indiferente
nación.
Como pasa con una gran cantidad de
fechas conmemorativas, poco sabemos del hecho histórico que le dio origen. Sin
embargo, el 1º de Mayo puede servirnos no sólo para recordar a aquellos obreros
de la historia, sino también -y más que nada- para
traer a cuenta que
ha pasado más de un siglo desde aquel entonces y los trabajadores del mundo
siguen sin gozar los derechos que les corresponden. Es más, ni
siquiera el derecho de trabajar existe hoy en la mayor parte de los países del
llamado ‘tercer mundo’.
El 1º de Mayo de 1886 fue convocada una huelga general en EEUU, en reclamo por la
reducción de la jornada de trabajo a ocho horas diarias (ocho horas de trabajo, ocho horas de recreación y cultura, ocho horas de descanso).
Las condiciones laborales de la clase obrera eran deplorables. Niños,
mujeres y hombres eran explotados en
jornadas de hasta dieciocho horas diarias sin descanso semanal y con remuneraciones ínfimas. La Revolución Industrial avanzaba
con su tecnología y su
injusticia, y con ella EEUU
comenzaba a crecer como país industrializado atrayendo a miles de obreros de Europa que buscaban mejores condiciones de
trabajo. A mediados
del siglo XIX se formaron las grandes Ligas de Ocho Horas en las principales
ciudades manufactureras. En su IV Congreso, realizado el 17 de octubre de 1884,
la Federación Norteamericana del Trabajo, de origen anarquista, aprueba una
moción por la que se resolvía que «la duración legal de la jornada de
trabajo desde el 1° de Mayo de 1886 sería de ocho horas’ recomendando a todas
las organizaciones sindicales que trataran de hacer
promulgar leyes con ese contenido en todas las
jurisdicciones. Esta resolución despertó el interés de todas las organizaciones y durante
esos dos años se acrecentó la combatibilidad y solidaridad de los trabajadores. El 1° de Mayo de 1886, la
Unión Central Obrera de Chicago convocó a sus agremiados a un mitin y a una huelga
general para exigir que la jornada laboral fuera de ocho horas. Chicago era
entonces la segunda ciudad de
los EEUU. Aquel 1° de Mayo, trabajadores de distintas fábricas acudieron al
llamado y más de 200.000 obreros participaron en alrededor de 5.000 huelgas.
A groso modo, podríamos decir que lo
anterior se resume en el resurgimiento de la clase obrera y su importancia para
el desarrollo económico de los países a pesar de ser mal valorada, reflejado en
los salarios y malas condiciones laborales, a pesar de que en el caso
colombiano la legislación y jurisprudencia en el tema ha sido bastante
complaciente en el tema no obstante permanecer grandes vacios en torno a las
garantías y protecciones de las que deberían gozar actualmente los trabajadores
del país.
Es claro, que los últimos años los
índices del desempleo han ido bajando, pero la realidad demuestra que muchas
personas han pasado del desempleo a la informalidad y los niveles de formalidad
de empleo en el país hasta el momento no generan índices de crecimiento
significativos en comparación con el crecimiento de la economía, pero eso no
significa que no hay donde trabajar, porque en muchas oportunidades la pereza,
la mediocridad y las exigencias cuando no se tiene nada sobresalen en muchas
personas.
¡¡¡¡ Protestas y mas protestas y todo
sigue igual en un país donde la indiferencia y los intereses creados superan la
unión y el compromiso serio y responsable !!!!
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