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Lo entiendo perfectamente.
Esa inclinación por preocuparnos por la comida.
Si la comida es orgánica, si los pesticidas nos van a matar, si el azúcar es el enemigo. 

Me pregunto si lo que realmente ocurre es que la preocupación es un mecanismo para solucionar otro tipo de preguntas.

Es la ansiedad de no saber. ¿Vamos a estar bien?
¿Nos vamos a enfermar? ¿Será insoportable?

La preocupación con la comida nos enferma. Los humanos con vidas largas no hablaban sobre preocuparse con la comida como una medida protectora. Hablan sobre disfrutar y ralentizar la vida.

Creer que la comida debería ser perfecta es una trampa.
Podemos elegir lo mejor posible, y soltar.

Porque no sabemos qué pasa después. Pero preocuparse a cada bocado es una receta de fracaso.

No hay un súper alimento que nos salve de no saber. 

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I worried a lot. Will the garden grow, will the rivers
flow in the right direction, will the earth turn
as it was taught, and if not how shall
I correct it?

Was I right, was I wrong, will I be forgiven,
can I do better?

Will I ever be able to sing, even the sparrows
can do it and I am, well,
hopeless.

Is my eyesight fading or am I just imagining it,
am I going to get rheumatism,
lockjaw, dementia?

Finally I saw that worrying had come to nothing.
And gave it up. And took my old body
and went out into the morning,
and sang.”

Mary Oliver

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