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Giovanni Acevedo Giovanni Acevedo: Escritor aficionado, columnista de opinión, asesor político.

 Giovanni Acevedo: Escritor aficionado, columnista de opinión, asesor político.

 

Solo es necesario vivir, trabajar, estudiar, o tener la necesidad de cruzar chapinero en función de cumplir con nuestras responsabilidades de cualquier índole, para conocer tan solo un poco el estado de las vías, el tráfico y la falta de señalización de esta zona de la capital. No se necesita ser petrista, ni de izquierda, ni oler feo ni fumar marihuana. Chapinero es el ombligo de Bogotá, y para el pesar o la fortuna de esta localidad, se ha convertido en el corredor principal de los bogotanos aguantando en promedio un millón quinientas mil personas por día. Chapinero es un punto de encuentro económico, político, social y cultural, además de ser la sala de la capital es un importante sector turístico con museos, restaurantes internacionales, tiendas de ropa, joyerías, museos, clubes sociales, centros comerciales… Chapinero cuenta con tres importantes vías; la carrera séptima por supuesto, la carrera 15 que comienza en la calle 72 y termina en la calle 100 si nos limitamos a la jurisdicción de esta localidad, un tramo de la circunvalar, la carrera 13 que soporta todo el comercio propio entre la calle 69 y la 39, y la carrera 11. Estas son las “grandes arterias” que conectan el norte con el sur en esta zona, y las tiene el ombligo de Bogotá. Por ellas pasan los que van al centro y viven en el norte, los que deben cumplir citas laborales, los que van a comer en la G, los que van a rumbear en la T, los que quieren hacer compras en Andino o en la zona comercial de la carrera 13, los maricas de Lourdes y los maricas del Mozo, (que no son los mismos). Todos debemos,  además de soportar el tráfico denso, los atascamientos, a los señores buseteros y los taxistas que insisten con esmero en conservar el título de “Malparidos”, los ciclistas que no entienden para que les construyeron la cicloruta, los huecos, los peatones imprudentes, además de soportar esta infinidad de percances que se han convertido en parte de nuestros días, debemos soportar a Petro, nuestro alcalde. No quiero aquí, terminar escribiendo sobre los jardines que nunca construyó, ni las basuras cero, ni la maquina tapa huecos, ni la inexistente intervención vial, ni… He decidido esperar tranquilamente a que su periodo termine y que Bogotá tenga la oportunidad de contar con un alcalde preparado, decente, tranquilo, con un caballero. Ya sabemos que en Bogotá no manda Petro, aquí mandan los taxistas, los buseteros, los vendedores ambulantes, y todos, a punta de paros. Entonces no es claro, por lo menos para mí, porque, como, en qué momento, con qué justificación, con qué razón, Petro decide quitar el contraflujo de la séptima y convertir la carrera 11 en una vía de doble sentido.

Sé que Petro no es un tontarrón, pero no sé por qué le gusta equivocarse insistentemente.

Desde el próximo martes 6 de enero, la carrera séptima dejará de ofrecer el reconocido contraflujo que funciona así hace más de 40 año. Esto quiere decir que se conservaran los sentidos norte-sur en la hora pico, de 5 a 8 pm. Y la carrera 11 habilitara el carril oriental desde la calle 82 hacia el norte, el carril occidental desde la calle 100 seguirá siendo hacia el sur hasta La calle 63, en donde el tráfico se desvía y sigue su recorrido hacia el sur pero por la carrera 13. Según Petro, y sus asesores, todos muy guapos y prestigiosos, esta sería la solución a los continuos embotellamientos que debemos sufrir los bogotanos todos los días del año. Petro dice que se le debe dar prioridad a la bicicleta, al peatón, al bus y a él, a los carros particulares no, porque los que van en carro particular son feos, son gente oligarca. Seguramente el tramo que inauguró hace pocos meses de la carrera 11 y que partió en dos un  batallón del ejército, lo motivó para tomar la mejor decisión de su deprimente alcaldía. La lógica de Petro y sus amigos, es que hacia el sur es mayor el flujo de pasajeros, son más los usuarios de transporte público que necesitan llegar a sus casas en el sur, por eso para él es importante que la carrera séptima conserve el doble sentido y que todo el tráfico que va hacia el norte lo haga por la carrera séptima, la carrera 15 y la autopista y la NQS.

Mapa de la carrera 11 para el 2015 - Giovanni Acevedo

CLIC sobre la imagen para verla ampliada.

Mapa trancon hacia el norte 2015 - Giovanni Acevedo

IMAGEN No 2: CLIC sobre la imagen para verla ampliada.

En esta imagen se puede ver cómo va a funcionar el tráfico con las modificaciones que rigen desde el 6 de enero. Los más de 3.200 carros que utilizaban la carrera 11 hacia el sur ahora podrán usar la avenida séptima, mientras que los casi 5.000 que utilizaban toda la carrera séptima hasta la calle 92 deberán hacerlo solo por el costado oriental y algunos (los que puedan) podrán buscar la carrea 11 hacia el norte pero desde la calle 82. En esto se debe tener en cuenta el número de semáforos y las vías que se conectan al trayecto. La carrera 15, la carrera 11 y la 9 desembocan en la calle 11, (ver imagen No. 2),  en donde hay un semáforo, las salidas son la séptima, la 15 y la 9 hacia el norte, todas con semáforos, recuerden que la 9 que viene por chapinero se une con la NQS que viene del occidente de la ciudad. La carrera 11 se une en la calle 116 con la avenida novena que ya viene con el flujo de chapinero con el de la avenida NQS. También, además de todo esto, el estado de las vías definitivamente es una razón más para que el tráfico no solamente se congestione reduciendo la velocidad a menos de 10 kilómetros por hora, sino que ocasiones accidentes  y deterioro a los carros. La calle 100, y los semáforos que sobre la séptima y los dos carriles de la carrera 11 costado sur norte, funcionarán como tapones para todo el tráfico alargando la línea de carros y reduciendo significativamente la velocidad de los carros, los buses y las motos.

Las bicicletas son una opción, por supuesto, para los que no hagan trayectos largos o por zonas peligrosas, para los que no carguen nada pesado o aparatos costosos como computadores por ejemplo, para personas en condiciones físicas aptas, en ropa cómoda. Para todos ellos, solamente existe la cicloruta de la av 19, y algunos trayectos intermitentes por la av 15,  pero antes de la calle 100. El problema de la movilidad en Bogotá no puede seguir siendo tratado con decisiones aligeradas y “revolucionarias”. El progresismo exige medidas visionarias, alternativas reales y eficientes para los ciudadanos. Esperemos, y una vez el ritmo capitalino retome su compás, los colegios comiencen a funcionar, las oficinas a operar y los universitarios a estudiar, a ver cómo es que Petro y sus asesores manejan el tráfico con validez.

Bogotá necesita nuevas vías y mantenimiento a las que ya están en funcionamiento, Bogotá necesita un alcalde decente.

Giovanni Acevedo
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