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A propósito de la alegría que nos embarga porque nuestra Selección Colombia clasificó a Rusia 2018 publicamos esta historia, incluida en nuestro libro ‘Historias de Pacotilla’, próximo a salir al mercado. En ella contamos, para que nunca se nos olvide, lo que verdaderamente pasó con Colombia en USA 94, y que ojalá, nunca jamás suceda.


Hace 23 años, (a diferencia de otras veces en las que fui seleccionado en el carrusel e interrogado y esculcado sigilosamente), entré a Estados Unidos, para usar una frase de cajón, «Como Pedro por su casa». (Según Expresiones españolas para Erasmus en apuros, se dice que alguien está «Como Pedro por su casa» cuando llega a un sitio nuevo o desconocido y sin embargo enseguida se mueve por él como si lo conociera perfectamente. También se usa cuando alguien tiene mucha confianza y se comporta con toda naturalidad, saltándose a veces la prudencia que se supone que hay que tener ante lo desconocido). Y aunque ese país no me era desconocido, (ya había ido varias veces), sí me sentía como si estuviera en el mío.

Con mi peluca del pibe Valderrama y mi camiseta de la Selección Colombia, pasé inmigración con toda confianza y naturalidad, mientras que los oficiales gringos me decían felicitándome, muy amables y en español «Oh Colombia, Colombia, yeah, campeón, campeón, yeah».

Y es que eso era lo que pensaban todos, no solo los americanos, sino también medio mundo, Hasta Pelé. ¡Que Colombia iba a ser campeón del mundo! Ese favoritismo, y esas palabras del Rey, fueron, en mi concepto, la maldición.

Ahora los periodistas nos movemos con un equipo técnico compacto y sofisticado, en ese entonces, quienes viajamos con TV PRENSA, de Álvaro Sandoval, prestándole servicios a un noticiero con nombre de empresa de taxi, tuvimos que trasladar tanto equipo que los demás colegas de otros países nos veían y no entendían cómo los colombianos hacemos de todo y todo, modestia aparte, tan bien hecho.

En USA 94 en NBC de los Ángeles - foto personal

En USA 94 en NBC de los Ángeles – foto personal

Rápidamente convertí mi habitación de hotel en una sala de edición para enviar a Colombia cada detalle de lo que ocurriera con nuestra selección, y con nuestra oficina en NBC, nos dedicamos 24 horas a trabajar en eso, y por eso, puedo dar fe y testimonio de lo que pasó.

Todos estábamos concentrados en el mundial menos los jugadores. Se los encontraba uno tarde de la noche en los pasillos o lobby del hotel, siempre fuera de sus habitaciones, y rodeados de periodistas, empresarios, admiradoras, parecían más bien estrellas de cine antes de una gala de los premios Oscar que deportistas concentrados para ganar un partido.

Los entrenamientos eran ‘una recocha’. (Recocha, según asiHablamos.com significa desorden, alboroto, relajo’). Y eso era exactamente lo que se hacía tanto en el hotel como en la práctica. Muy pocas veces los vimos, como se dice popularmente, ¡metidos en el cuento! Siempre estaban pensando en el flash de la cámara, en la pose, en la entrevista, en el autógrafo, en la admiradora, y siempre cerca, ‘pegachentos’ como chicles, los empresarios, y como diría Iván Mejía, «Los cometeros».

Nuestro primer rival, Rumania, si tomó las cosas en serio, el grupo aislado totalmente de la prensa, en lo suyo, concentrado, incluso su técnico ordenó tapar con cortinas negras el sitio de entreno y las ventanas de los cuartos de hotel.

Estados Unidos, nuestro segundo contendor, también tomó medidas para que sus jugadores estuvieran apartados de todo lo que los sacara del mundial.

Nuestra sede los Ángeles, y los dos primeros partidos en el mismo estadio, el Rose Bowl, fueron idénticos. Colombia jugó tan mal que cuando los periodistas llegábamos al hotel, el mismo de la selección, los colegas de otros países nos miraban decepcionados, igual los hinchas, no solo colombianos, sino extranjeros, quienes confiaban en nuestro buen desempeño. A mí particularmente ¡me daba vergüenza!

Pero lo triste es que ellos, me refiero a los jugadores de la Selección, no sentían eso, ¡Vergüenza! y seguían pavoneándose y abriendo sus alas como pavos reales.

Como dice la hermosa Dianita Ángel, talentosa actriz colombiana, excelente cantante, madre joven y muy, pero muy futbolera. «¡Estoy de acuerdo! Por eso no entiendo por qué le hicieron un homenaje en una ‘novela’ de un canal nacional a una Selección ¡tan vergonzosa! Mi hijo se volvió fan de la novela y yo le expliqué que esos jugadores habían sido los más desordenados, faltos de disciplina… algunos con nexos con el narcotráfico… etc. Eran muy talentosos, pero un desastre total. ¡Los de ahora son unos jugadorazos! Se merecen muchas cosas buenas. ¡A ellos sí hay que hacerles novela, película, documental y todo!».

En ese mundial del 94 hubo muchos errores, tanto fuera como adentro de la cancha.

Afuera, la prensa conviviendo con ellos, al igual que los hinchas, empresarios, cometeros y demás. La indisciplina para concentrarse en el hotel y la ‘mamadera de gallo’ en la práctica o entrenamiento.

Adentro, la mala táctica, la falta de entrega, de compromiso, de ganas, de amor por la camiseta.

Y afuera y adentro, el favoritismo y ganar los partidos sin jugarlos.

A propósito de ganar, cuando ‘caminando y sin esfuerzo’ paseamos a Suiza, y al llegar el bus a la concentración, ya no en los Ángeles sino en San Francisco, me olvidé de mi condición de periodista, y sin groserías, les grité de todo, al único que le di la mano fue a un jugador que ahora es técnico, («Listo papito, si es ya, es ya»), quien sí dejó hasta la última gota de sudor en la cancha. ¿Por qué ese último partido se ganó tan sobradamente? Eso es lo que ‘más piedra’ nos dio a todos. Y lo peor, casi entramos como mejores terceros. Hubiera sido una vergüenza.

Contra USA en el Rose Bowl - foto personal

Contra USA en el Rose Bowl – foto personal

Aún me acuerdo lo que le gritábamos a nuestro arquero detrás del arco en el primer partido. «Estás muy salido Oscar, Hagy te lo va a meter», ¡y dicho y hecho! Y en el segundo partido, «Pará bien la defensa Oscar, están perdidos, nos lo van a meter», ¡y dicho y hecho!.

El favoritismo y la falta de humildad nos metieron un autogol, o mejor un golazo de camerino, como el que le metimos a la competencia de nuestro noticiero, (aún existe en el Nuevo Canal Uno y con nombre de tres letras), cuando aprovechando que los dos primeros partidos se jugaron en el mismo estadio, y por orden de mi jefe de entonces, Darío Fernando Patiño, (orden a la que me opuse tajantemente por ética, pero que debí cumplir por subordinado), se hizo un reel de entrevistas a la salida del Rose Bowl cuando se perdió con Rumania, y con preguntas inducidas, se lograron respuestas como si fueran tomadas a la salida del segundo partido contra Estados Unidos, como reacciones a una posible derrota, que para desdicha de Colombia así ocurrió. Este reel se envió por fibra óptica, antes de jugar con USA, y salió al aire inmediatamente terminó el partido ‘chiviando’ a nuestro enfrentado y a su director, de nombre turco, que pese a gastar millones en satélite y helicóptero para tener todo en vivo y en directo al final del partido, no entendía cómo la competencia abría noticiero con testimonios de los hinchas en las afueras del estadio. ¿Quién sería el periodista? ¡Averígüelo Vargas! (Pero eso se los contaré con detalles en otra crónica).

Retomando el tema, esta selección de las que les hablo, es muy diferente a la que jugará este mundial ‘Rusia 2018’. La del 94 era talentosa pero inmadura, la del 2018 es talentosa y muy madura. Afortunadamente Pekérman aísla bien los jugadores de la prensa, empresarios y cometeros. ¡Mete al equipo en el cuento! Tiene la autoridad como filosofía y un alto grado de motivación para el grupo. Para él ¡perder nunca es ganar un poco!

Ojalá la prensa no les vaya a lavar el cerebro como en el 94, donde fuimos testigos de la falta de profesionalismo de jugadores y cuerpo técnico. Que el Rey Pelé no nos dé como favoritos y juguemos en Rusia humildes, calladitos la boca, concentrados, y encaremos este reto con seriedad. Esto en cuanto a la Selección se refiere, y que nosotros los periodistas, hagamos nuestro trabajo responsablemente, sin interferir en la concentración de los jugadores y del cuerpo técnico.

Para cerrar, les cuento otra anécdota, al salir de USA, luego de quedarnos hasta el final del mundial, pues teníamos compromisos de trabajo con otros canales latinos, pasamos inmigración cabizbajos, sin pelucas, sin camisetas amarillas. Los gringos, poco amables y en inglés, nos decían «Oh Colombia, Colombia, yeah, disappointing, disappointing, yeah» que significa, palabras más, palabras menos, ¡Colombia decepcionante! o ¡Paquete chileno!, y ahora sí, nos esculcaron, como en ningún otro viaje, y para usar otra frase de cajón, nos dijeron ¡if I saw you I do not remember!, que significa, en colombiano castizo, ¡Si te vi no me acuerdo!


No se olviden de nuestras obras sociales amigos lectores:

Perdieron sus piernas en campo minado y el gobierno los ‘reparó’ con doscientos mil pesos

http://blogs.eltiempo.com/la-sal-en-la-herida/2017/06/05/perdieron-sus-piernas-en-campo-minado-y-el-gobierno-los-reparo-con-doscientos-mil-pesos/

A mano armada le robaron su silla de ruedas de motor y el triciclo de su microempresa. Ayuda urgente

http://blogs.eltiempo.com/la-sal-en-la-herida/2017/03/07/a-mano-armada-le-robaron-su-silla-de-ruedas-de-motor-y-el-triciclo-de-su-microempresa-ayuda-urgente/

Ayuda económica urgente para Julianita y sus quimioterapias contra el cáncer

http://blogs.eltiempo.com/la-sal-en-la-herida/2017/01/09/ayuda-economica-urgente-para-julianita-y-sus-quimioterapias-contra-el-cancer/

Óscar se aferra a la vida con el amor de su novia y su mamá. ¡Ayudémoslo!

http://blogs.eltiempo.com/la-sal-en-la-herida/2017/01/23/oscar-se-aferra-a-la-vida-con-el-amor-de-su-novia-y-su-mama-ayudemoslo/

Misión cumplida ¡Josmer ya tiene su silla de ruedas de motor! pero ahí no para la ayuda

http://blogs.eltiempo.com/la-sal-en-la-herida/2016/12/29/mision-cumplida-josmer-ya-tiene-su-silla-de-ruedas-de-motor-pero-ahi-no-para-la-ayuda/

Estas son nuestras obras sociales que requieren de su apoyo urgente

http://blogs.eltiempo.com/la-sal-en-la-herida/2017/01/20/estas-son-nuestras-obras-sociales-que-requieren-de-su-apoyo-urgente/

Ayuda al Prójimo

http://angel-anonimo2.webnode.es/


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