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Antanas Mockus es uno de los intelectuales más importantes para la historia del país. Su legado es inconfundible. Su avance en el entendimiento de los problemas le aportó mucho a la sociedad. Sin embargo, en este episodio ha puesto en riesgo su trayectoria y credibilidad.

La irreverencia de Mockus y sus acciones simbólicas referentes a la paz como lenguaje de oposición a la violencia, marcaron la historia de Bogotá y de Colombia. Mockus no es cualquier político. Y justamente por su peso debería entender que su presencia y participación en la política no tiene que ser exclusivamente desde el Congreso. 

Mockus fue mi candidato en las elecciones del 2018 para el Senado. Voté por él sin dudar porque creo que la estrategia de la pedagogía que promueve el profesor en un país convulsionado por la violencia, puede contribuir a encontrar un poco de tolerancia y a que se generen escenarios en los que, como dice él, la palabra y el simbolismo sean la única forma de combate. Eliminar la violencia para pasar a la civilidad. La vida es sagrada. Yo vine porque quise. 

Pero, lo cierto es que Mockus, que representa al político ideal: uno que se mueve solo por sus convicciones, que se toma en serio el respeto por el otro, por escuchar al otro, por generarle al otro un espacio para que pueda controvertir y exponer sus argumentos, y que no hace política con ajedrez, obnubilado por acumular poder y pagar favores una vez elegido, falló. 

El senador se inscribió como candidato al Senado  el once de diciembre del 2017 y fue elegido segundo senador más votado del país el once de marzo de 2018. Mockus era aún el representante legal de Corpovisionarios el 10 de noviembre de 2017 cuando su centro de pensamiento celebró un contrato con la Agencia para la Paz y el Posconflicto de Cundinamarca. Ese mismo mes Corpovisionarios suscribió otro convenio con la UAESP. 

La ley es específica. El artículo 179 del régimen de inhabilidades e incompatibilidades para congresistas establece que no podrá ser congresista quien seis meses antes de la elección haya intervenido en la gestión o celebración de contratos con entidades públicas en interés propio o en el de terceros. 

Corpovisionarios, siendo Mockus representante legal, celebró un contrato y un convenio en noviembre de 2017. Un mes después Mockus se inscribió como candidato y cuatro meses después fue elegido congresista. El tema de fondo aquí es el incumplimiento de la ley. 

Aunque los abogados demandantes, entre ellos Juan José Abuchaibe, tienen en sus hojas de vida polémicas historias; haber sido cercanos al PIN y Opción Ciudadana, partidos con abundante historia parapolítica, y ser amigos del exgobernador preso de la Guajira, Kiko Gómez, el tema de fondo sigue siendo el incumplimiento de la ley. 

La ley es específica. El artículo 179 del régimen de inhabilidades e incompatibilidades para congresistas establece que no podrá ser congresista quien seis meses antes de la elección haya intervenido en la gestión o celebración de contratos con entidades públicas en interés propio o en el de terceros» 

En el Consejo de Estado se presentaron dos demandas elaboradas por los mismos abogados. Una por pérdida de investidura que falló la sección primera en favor de Mockus y otra de nulidad de la elección que le quitó la curul al senador y fue resuelta por la sección quinta. En esa contradicción fue interpuesta la tutela redactada por Humberto De la Calle y Rdorigo Uprimny argumentando un tema de forma y otro de fondo. 

El de forma tiene que ver con el principio de non bis in idem, el pilar jurídico por el que todos los ciudadanos tienen derecho a no ser juzgados dos veces por el mismo hecho, y, el de fondo, además de las garantías para el derecho al ejercicio de la política, es que Corpovisionarios delegó la celebración de contratos y las funciones propias de Mockus como representante legal al director ejecutivo de la entidad desde el 2006. 

Esa delegación existe y es veraz. Pero no es suficiente. Mockus fundó a Corpovisionarios en el 2000 con el propósito de convertirse en un centro de pensamiento para cambiar la cultura y la forma de entender los conflictos entre los individuos. En el 2006, con su delegación, sus seguidores argumentan que toda función en la gestión y celebración de contratos fue entregada a otra persona. Pero ese hecho no borra que se trata de la Corporación fundada por Mockus, y que las entidades públicas que contratan con Corpovisionarios lo hacen, en esencia, porque se trata de la fundación de Mockus, exalcalde de Bogotá, excandidato a la Presidencia, e ícono de la civilidad en todo el país. 

Mi pregunta puntual es: ¿Acaso las entidades estatales o cualquier organización contratarían a Corpovisionarios si Mockus no fuese una figura elemental en su estructura? La respuesta es obvia, pero aún más, los asesores del senador debieron aconsejarle, cuando se conoció de sus intenciones de aspirar al Congreso, que tenía que renunciar de toda forma a la corporación por lo menos seis meses antes de la elección, porque, de lo contrario, si la entidad contrataba con el Estado, Mockus no podría ser congresista. El otro camino era no contratar con el Estado. Pero lo hicieron. 

El derecho es un mar de posibilidades para la interpretación de lo que es correcto y lo que no lo es de acuerdo a lo que está escrito en la ley. Como no se trata de cualquier político, Mockus debería entender que hubo un error. Aceptarlo y reconocerlo dejaría intacto su legado. En cambio, los argumentos caprichosos para mantener el poder deslegitiman su imagen y calan en su historia. 

El precedente quedará en firme: los políticos cuyos imperios económicos han logrado gracias al clientelismo y a contratos inmerecidos con el Estado-no digo que este sea el caso de Mockus- delegarán en adelante la representación legal de sus empresas y dirán que nunca participaron en la gestión de contratos cuando quieran aspirar.  

Mi pregunta puntual es: ¿Acaso las entidades estatales o cualquier organización contratarían a Corpovisionarios si Mockus no fuese una figura elemental en su estructura? La respuesta es obvia, pero aún más, los asesores del senador debieron aconsejarle, cuando se conoció de sus intenciones de aspirar al Congreso, que tenía que renunciar de toda forma a la corporación por lo menos seis meses antes de la elección»

Mal mensaje para la ciudadanía que admira a Mockus por su irreverencia y mensaje de legalidad y convivencia. 

En otros temas: La magistrada Dóris Méndez del Consejo Nacional Electoral pertenece al Partido Liberal y fue elegida para investigar el testimonio del empresario Andrés Sanmiguel que vincula a altísimos funcionarios del Partido Liberal en posibles sobornos de Odebrecht. ¿No va a declararse impedida por sentido común?

Dóris Méndez. No se les olvide. 

 

@santiagoangelp

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