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Durante tu campaña te vendiste como el genio urbanista. Te auto rotulaste visionario, gerente, incluso doctor. Llegaste precedido de una cantidad de elogios nunca antes vista. Es por lo mismo que causa tanta frustración que mientras muchos esperaban de ti genialidades tu única propuesta para solucionar el eterno problema del transporte sea aumentar el pico y placa y meternos el uso de la bicicleta por los ojos.

Que la bicicleta esto, que la bicicleta aquello. Qué vaina pa cansona tú con ese tema, sólo te faltó salir moviendo tus caderas en el vídeo de Carlos Vives y Shakira. Y lo digo en serio, y seguro de que no es ningún disparate pensar que pudiste haber contemplado la posibilidad.

En ningún momento durante tu campaña, y mientras le dabas palo a tu antecesor que daba gusto, nos dijiste que tocaba esperar tiempo, un año mínimo a que calentaras y estiraras tus músculos de gerente para empezar a hacer algo bueno por esta ciudad. Todo lo contrario, dijiste que con tu llegada inmediatamente esto iba a cambiar, que se iba a poner bueno. Que ibas a empezar a hacer obras como loco, a acabar con los atracos y la inseguridad. A propósito de inseguridad, ¿has escuchado cuántos atracos masivos se han presentado en el SITP últimamente?, ¿no te da oso?

Nos convenciste de que con tus inigualables dotes de administrador y tu infinita capacidad para gerenciar ibas a arreglarlo todo en un santiamén. Que gerentes tan buenos como tú en el mundo solamente existían dos, tú y tu reflejo en el espejo. Gerencia, gerente, gerenciar, cuántas veces repetiste lo mismo, que fijación tan grande la tuya con ese término y sus derivados.

Guiado por tu ego, sobredimensionaste tu figura. Como a nivel nacional el calificativo ya tenía dueño, te vendiste como el mesías de la capital. Regaste la idea de que para salir del caos esta ciudad necesitaba de un urbanista, un administrador, y un gerente, y que obviamente el único que reunía esos tres requisitos eras tú.

Hasta pena debería darte salir ahora con tremendo chorro de babas, o venir a decirnos que los problemas de una ciudad no se arreglan de la noche a la mañana, y no porque este último argumento carezca de sentido, todo lo contrario, sino porque cada que alguien de la pasada administración se atrevía a insinuar lo mismo tú eras el primero en calificarlo como excusa.

Recuerdo que ese fue tu caballito de batalla, según tú absolutamente todos los problemas de esta ciudad eran por culpa de la improvisación, de la falta de gerencia y de ejecución de tu antecesor.

Por todo lo anterior y al ver hoy como esta ciudad sigue igual o peor de lo que la dejó ese al que no te cansaste de llamar inepto es inevitable que surja la pregunta ¿qué pasó señor genio?, ¿o prefieres que te llame señor gerente?, ¿en dónde está tu aclamada ejecución? ¿Qué has hecho por esta ciudad?, aparte de culpar de todo a la administración pasada, claro está.

Quienes votaron por ti te eligieron para que hicieras vías, te pusieras pilas con lo del metro y mejoraras ese sistema de transporte tan malo que te inventaste -copiaste para ser más exactos-, no para que deliraras con una ciudad llena de venados o con gente nadando y barquitos cruzando por el río Bogotá. Con esta situación tan grave, y esos problemas tan serios que tenemos ¿no te da pena salir a desvariar, ponerte a hablar payasadas?

¿Cuéntame, qué pasó con esa ciudad soñada de la que hablabas mientras estuviste en campaña?

Hoy, cual chavo del 8, te quejas porque no te tienen paciencia y porque la gente puso en ti unas expectativas inmensas, irrealistas. Eso sí, con todo respeto, pero esas fueron las expectativas que con tal de ser elegido nos vendiste. No nos culpes si te pedimos milagros, nos vendiste milagros.

Más bien aprovecha que estás en la rosca y, por lo que más quieras, haz algo por esta ciudad. Mira que a ti el Concejo y los medios de comunicación sí te quieren, los primeros no te truncan las propuestas, y los segundos, a lo que antes le llamaban improvisación ahora le llaman idea audaz. Es más, tan casados están contigo estos últimos que como una forma de darte una mano han optado por referirse a ti como el alcalde incomprendido, pretendiendo con esto hacernos creer que tus propuestas son tan geniales y visionarias que a los ciudadanos nos cuesta trabajo entenderlas.

Tan así será lo que te adoran y que eres uno de los suyos que el gobierno con tal de no verte caer puso su chequera a tu entera disposición. Mira no más, la ciudadanía habló de revocarte y al día siguiente anunciaron no sé cuántos billones para ampliar la séptima y la autopista. Eso sí es poder, eso sí es tener relaciones al más alto nivel.

Volviendo al tema, ¿hasta cuándo piensas insistir con lo de tu transmilenio?, que cosa pa mala y pa cruel ese servicio, que falta de consideración la tuya con la pobre gente. ¿No te da pesar verla  viajar toda estripada y  asfixiada? ¿No te afecta ni tantico tu ego de urbanista, ofrecernos ese servicio tan inhumano e ineficiente?

“Lo que pasa es que las administraciones pasadas no constru…” no Peñalosa, déjate ya de excusas, lo que pasa es que desde el principio debiste aceptar que esa no era la solución de transporte que necesitaba esta ciudad, fue un sistema cortoplacista, mal proyectado y que simplemente se quedó pequeño. El tamaño de las estaciones es prueba fehaciente de ello.

Algo más, quisiera saber en tu infinita genialidad ¿qué presumiste que iba a pasar con los indigentes una vez los sacaras de ese antro en el que estaban?, admítelo, aunque necesaria, fue una medida incompleta y desorganizada. Imagina que tu antecesor hubiera salido con ese mismo chistecito de regar indigentes por toda la ciudad, los medios se lo hubieran comido vivo, le hubieran dado una solfa mediática que ni te cuento, contigo en cambio se hicieron los de la vista gorda. Acéptalo, como acepta también que no eres ninguna lumbrera.

Tan sólo un arrogante y un consentido del poder, al que le magnifican hasta el más mínimo acierto y le perdonan todos sus errores, mientras que los ciudadanos seguimos igual de mal o peor.

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