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Escultura «La Poesía» de Marco Tobón Mejía Foto Alma Castro

Pareciera que siempre del otro lado de la poesía está la atrocidad. Dualidad que incluso aparece en lo que atañe al día destinado para la celebración del oficio poético…

Los pongo en antecedentes. En 1948 el Partido Nacional, dominado por afrikáners (descendientes de colonos blancos), ganó las elecciones en Sudáfrica. Acto seguido se comenzó a instalar en la región una política de segregación racial conocida como el apartheid. Fue entonces cuando la vida de una mayoría negra terminó regulada por las políticas establecidas por una minoría blanca. Esta legislación establecida regía las zonas donde los negros podían vivir, trabajar, restringía en general el ejercicio de sus libertades civiles y hasta les imponía la lengua que debían hablar.

En la década de los 50’s se empezaron a montar organizaciones negras de protesta. El Congreso Nacional Africano, ANC –por sus siglas en inglés-, fundado en 1912 y al cual perteneció Don Nelson Mandela, y el Congreso Pan Africano, PAC –siguiendo igual la nominación en inglés- fundado en 1959, fueron dos de las más destacadas.

Para un lunes como hoy pero hace 56 años, el lunes 21 de marzo de 1960, el PAC convocó una gran marcha pacífica en demostración de rechazo a las políticas establecidas, que entre otras cosas les restringía además el libre movimiento y los obligaba a portar un “libro de referencia’, una especie de pasaporte que permitía, o no, el tránsito por determinadas zonas. El objeto de la marcha era movilizarse masivamente hasta la estación de policía y entregarse de manera voluntaria a las autoridades, pues en un ejercicio de desobediencia civil la gente del PAC había incitado a la comunidad a no seguir haciendo uso de los “libros referencia”.

A las 10:00 de la mañana de ese aciago lunes entre 5.000 y 7.000 personas se encontraban reunidas frente a la estación de policía del municipio de Sharpsville. El ambiente resultaba pacífico y festivo al punto de que solo 20 agentes de policía se encontraban en la estación. No obstante, los policías empezaron a ponerse nerviosos cuando un nutrido grupo de manifestantes empezó a quemar sus documentos. Pues semanas antes, en Cato Manor, nueve oficiales de policía habían sido asesinados por una turba. La fuerzas estatales decidieron entonces emplear un recurso que había resultado efectivo en anteriores manifestaciones y, con el ánimo de dispersar el grupo, enviaron aviones de combate para que sobrevolaran lo más cerca posible de la multitud. Al tiempo fueron ubicando una escuadra de vehículos blindados haciendo frente a la muchedumbre. A la 1:15 de la tarde, y por motivos que aún hoy no resultan claros, abrieron fuego contra los manifestantes…

Según testimonios de una Comisión de Verdad y Reconciliación, conformada en 1998 para esclarecer los hechos: “La policía Continuó disparando incluso cuando la multitud se había vuelto a correr, y la mayoría de los muertos y heridos recibieron disparos por la espalda”. Las cifras oficiales son de 69 personas muertas, 8 de ellas mujeres y 10 niños. Y de 180 personas heridas, 39 mujeres y 19 niños. En conmemoración a esta masacre, la masacre de Sharpsville, la UNESCO decidió que el 21 de marzo se conmemore el “Día internacional para la eliminación de la discriminación racial”.

Al tiempo la UNESCO [según resolución de la 30 reunión de la Conferencia General adoptada el 15 de noviembre de 1999], decidió proclamar el 21 de marzo como el “Día mundial de la poesía”, recubriendo así a esta fecha de una doble significación: de un lado se conmemora la sangre de niños corriendo por la igualdad y baleados por la espalda. Del otro se hace el reconocimiento, y de alguna manera la exigencia, de la poesía como un instrumento “de despertar y de expresión en la toma de conciencia”. De hecho todo el documento de la resolución está atravesado por una visión de la poesía como un “medio para la reflexión” o como “movimiento a favor del reconocimiento de los valores ancestrales”. La poesía como memoria perenne y a la vez reflexiva, la poesía como un “arte que permite a la sociedad en conjunto recuperar y afirmar su identidad”. Como un ejercicio revolucionario y emancipador tal cual la primavera.

Así pues, en un solo día se reúnen estas dos causas.

Para finalizar les comparto las cinco funciones de promoción que la UNESCO se propone cumplir con este ejercicio de la proclamación:

  1. Fomentar los esfuerzos de los pequeños editores que tratan de entrar en el mercado del libro publicando cada vez más obras de poetas jóvenes.
  2. Fomentar la vuelta a la oralidad, o, mejor dicho, al espectáculo vivo, pues hoy en día los recitales de poesía atraen cada vez a más gente.
  3. Fomentar el restablecimiento del diálogo entre la poesía y las demás artes –el teatro, la danza, la música, la pintura, etc.- y con los temas de actualidad como la cultura de la paz, la no violencia, la tolerancia, etc.
  4. Fomentar la asociación, con motivo del Día Mundial de la Poesía, de todas las artes y de la filosofía, que está muy próxima a ella, para que vuelva a tener vigencia lo que escribió en su diario el pintor Delacroix: “no hay arte sin poesía”.
  5. Fomentar la imagen de la poesía en los medios de comunicación social para que deje de tenerse al arte poético por trasnochado y se considere que es un arte que permite a la sociedad en conjunto recuperar y afirmar su identidad.

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Al respecto de la imagen que acompaña esta entrada: En 1896, cuando José Asunción Silva moría, Don Marco Tobón Mejía estaba llegando a Medellín para iniciar allí sus estudios de escultura. En 1931 está recibiendo la medalla de oro que lo distingue como el mejor del Salón de París celebrado en aquel año. Recibe además del gobierno francés, por sus méritos artísticos, la condecoración como Caballero de Arte de la Legión de Honor. Irónicamente lo que casi no recibe, por parte del gobierno colombiano, fueron contratos, los cuales se les otorgaban en su mayoría a escultores extranjeros. Por esta razón Tobón Mejía nunca concretó su proyecto de monumento funerario ideado para recordar la memoria del vate bogotano Don José Asunción Silva. Monumento del cual lo único que sobrevive es esta escultura que hoy 21 de marzo les compartimos y que, de manera adecuada para la fecha, se llama: La Poesía… Si están en Bogotá y quieren verla, se la encuentran en el Museo Nacional justamente al lado de “La Soledad”

Observación: ya había publicado una versión de esta nota el 21 de marzo del 2008, pero verán ustedes, hay cosas que uno no se debe cansar de repetir.

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