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@NataliaGnecco

UWC Colombia

Hablar de paz en Colombia se ha convertido en un tema complicado, pero existe un proyecto que cada día toma más fuerza y es la creación de una escuela que reunirá a 50 jóvenes colombianos representativos de nuestra diversidad geográfica y socioeconómica, junto con 150 jóvenes de 75 a 80 países del mundo, con miras a contribuir al presente y futuro de nuestro país. Andrew Mahlstedt, PhD y Director de proyecto UWC Colombia trabaja en pro de una institución enfocada a la participación y el diálogo en torno a la compleja diversidad presente en las experiencias humanas.

UWC, United World Colleges, Colegios del mundo unidos- es un movimiento educativo global que hace de la educación una fuerza para unir a las personas, las naciones y las culturas por la paz y un futuro sostenible. Andrew cuenta que los colegios UWC existen desde 1962 y poseen una gran diversidad: estudiantes de 75-80 países, desde los más adinerados (la princesa de Bélgica estudiará en un UWC el próximo año) hasta los más pobres, de todas las razas y religiones. Esto obliga a los jóvenes a cuestionar la forma cómo ven el universo, las suposiciones y prejuicios que tienen con respecto al otro. El resultado son ciudadanos del mundo, profundamente empáticos y comprometidos.

UWC

Aunque parece una tarea titánica, la idea de traer este tipo de institución a Colombia le nació a Mahlstedt después de una conversación con su padre, quien trabajó en el país de 1998 hasta el 2008, como uno de los impulsores clave del Plan Colombia, por eso agrega emocionado: “fue interesante ver cómo alguien que estuvo involucrado en momentos difíciles y conflictivos en la historia reciente de Colombia, consideró que un colegio UWC podría ser un factor positivo para el futuro del país. Yo estuve aquí en 1999 y pensaba: cuando este país esté a salvo, será verdaderamente una de las naciones más poderosas y extraordinarias del mundo. Hay mucho potencial y un colegio UWC puede aportar al desarrollo de dicho potencial”.

La admiración que profesa Andrew Mahlstedt por Colombia es evidente y su idea de darle vida a UWC es tan contagiosa, que tomé unos minutos de su apretada agenda para que nos explicara más a fondo sobre este increíble modelo educativo.

Andrew Mahlstedt

Andrew: ¿qué beneficios brinda la educación impartida por la UWC frente a los modelos de educación tradicional?

El grupo de edad en el que nos enfocamos (16-19 años) tiene algo especial. Nuestros estudiantes son casi adultos, pero lo suficientemente mayores para comenzar a lidiar con los complejos problemas sociales y globales que definen nuestro tiempo. Además, lo suficientemente jóvenes para que sus valores y ética estén todavía abiertos al cambio. Vivir en un centro educativo rodeado únicamente de personas en este rango de edad aumenta el nivel de madurez y el potencial de complejidad productiva en las discusiones comunitarias y académicas.

¿Qué opinión tienes frente al modelo de educación en Colombia?

Si bien esto no es necesariamente exclusivo de Colombia, lo que he visto aquí es que hay muchos programas de calidad enfocados ayudar a personas de escasos recursos. Por ejemplo, hay varias fundaciones excelentes que tienen un impacto positivo en el territorio colombiano, así como hay algunos casos notables en la educación pública. También es cierto que aquellas personas con recursos tienen acceso a una educación y oportunidades fantásticas en las escuelas privadas de los centros urbanos. Sin embargo, Colombia parece profundamente dividida entre clases sociales y estos programas académicos raramente reúnen a jóvenes de todos los estratos socioeconómicos.

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Colombia es un país marcado por diferencias sociales y enfrenta un postconflicto ¿qué podría aportar la UWC a los estudiantes para impulsar una sociedad más incluyente?

Para salir de los patrones difíciles del pasado, y aún más, para continuar con el desarrollo económico, la próxima generación de líderes colombianos necesita conocer de forma experiencial la verdadera diversidad de su propia nación. Esta generación requiere un mayor conocimiento acerca del resto del mundo, para involucrarse efectivamente en las corrientes de la globalización. Propiciar la diversidad en las nuevas generaciones permitirá que la nación se enfrente de forma exitosa con las múltiples y complejas problemáticas que afectarán al mundo globalizado en el futuro.

Pero incluso en el presente, creo que tener un colegio UWC, donde habrá estudiantes tanto uribistas como petristas; de élites sociales, provenientes de escuelas públicas y privadas; estudiantes afro descendientes e indígenas; estudiantes víctimas del conflicto armado y estudiantes que han tenido poca experiencia con el conflicto; estudiantes homosexuales, heterosexuales, o pertenecientes a la comunidad LGBTIQ, entre otros, modelará un camino hacia el futuro, comenzando con cada uno de estos alumnos, sus familias y proyectado hacia el resto de la sociedad. Los 150 estudiantes provenientes de otras partes del mundo, también aprenderán que las historias contadas en programas de televisión como “Narcos” y en los medios internacionales sobre el conflicto son solo una pequeña parte de la inmensa belleza de este país. Estos estudiantes serán voceros de ello, motivo por el cual sus padres, sus comunidades, y el mundo podrá familiarizarse con la Colombia que nosotros conocemos.

Andrew Mahlstedt_3

¿Cuál ha sido tu mayor aprendizaje en estos años como profesor/ director de la UWC?
He asimilado mucho de mis estudiantes durante mis años en los colegios UWC. Pero lo más importante es que aprendí a ser humilde, a reconocer lo poco que sé y lo poco que puedo saber. El mundo es tan vasto, no solo geográficamente sino también experiencialmente. Nunca comprenderé, realmente, la experiencia de mis alumnos refugiados sirios o iraquíes, quienes han visto a sus amigos asesinados como resultado de la guerra; nunca comprenderé lo que significa ser un joven líder indígena del Cauca; nunca sabré lo qué es criarse en un Estado socialdemócrata, como los países escandinavos. Así que soy humilde frente a todo lo que no sé. También sé que a través del diálogo y el compromiso, podemos saber más, acercarnos a un entendimiento de las diversas experiencias de vida ajenas, al momento que fomentamos un entendimiento mutuo. Por esta razón, vale la pena invertir en los UWCs, porque tienen como objetivo la construcción de un mundo más comprensivo, interconectado, y empático.

Bosnia fue un gran semillero de reconciliación para la UWC ¿Alguna experiencia que haya marcado tu vida?
Mis tres años en el UWC de Bosnia me inspiraron de muchas maneras. Dado que parte del acuerdo de paz establecía que los diferentes grupos étnicos tendrían sus propias escuelas separadas, todavía somos el único colegio en la Bosnia de posguerra donde los bosnios, croatas y serbios viven y aprenden juntos. Muchos de nuestros estudiantes nunca habían conocido a alguien de los otros grupos étnicos presentes en Bosnia antes de llegar UWC. Lo sorprendente era que, al entrar en contacto con africanos, latinoamericanos y asiáticos nuestros alumnos de Bosnia se dieron cuenta que, a pesar de pertenecer a diferentes grupos étnicos, hablaban el mismo idioma, que sus culturas y experiencias de vida en realidad eran muy similares, y que las historias a las que habían sido expuestos en sus contextos culturales y por lo medios de comunicación no eran una representación completa y fiel de la realidad.

Esa es una de las cosas que creo entusiasma a mis amigos colombianos acerca de este proyecto: reúne no solo a toda la diversidad de la nación, sino también a jóvenes, literalmente, de todo el mundo, los colombianos se darán cuenta de sus propias semejanzas.

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Finalmente, ¿cuál ha sido tu mayor reto para vender UWC en Colombia?
Los colegios UWC tienen una mezcla divertida, legalmente son escuelas privadas, pero se comportan más como colegios públicos porque cualquiera puede acceder a ellos. A diferencia de las escuelas privadas normales, no podemos financiar gastos operacionales (pago a maestros y personal, pago de servicios, actividades académicas y extracurriculares, etc.) con la matrícula pagada por los padres, pues alrededor del 90% de nuestros estudiantes reciben becas completas o parciales. El modelo UWC establece que tan solo el 25% del presupuesto operativo puede provenir de la matrícula pagada por los padres, en su mayoría tratándose de estudiantes internacionales y un pequeño número de padres colombianos y el 10% proviene de fundaciones internacionales que apoyan a los estudiantes a ir a UWCs en todo el mundo.

Por lo tanto, el 65% restante del presupuesto dependerá de la financiación de nuestros aliados colombianos. En otros países donde se han fundado los UWC, esta financiación proviene de familias importantes como los Mahindras en India, la familia Bosch en Alemania, o los Armand Hammer en los Estados Unidos. Asimismo, en 6 países los UWC reciben diversos niveles de apoyo financiero estatal, porque sus gobiernos reconocen el valor que un UWC aporta a su región.

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En consecuencia, el mayor desafío que hemos enfrentado en Colombia ha sido el de promover y dar visibilidad a los UWC ante las principales familias, compañías y fundaciones que tienen los recursos para apoyar un proyecto como este. Ya contamos con un número de individuos y grupos interesados, y estamos cerca de lograr nuestro objetivo, pero aún necesitamos un poco más de ayuda financiera para que UWC Colombia sea posible. Si tenemos éxito, seremos el proyecto filantrópico más grande de la historia colombiana, lo cual es emocionante para mí, porque demostrará al mundo de lo que Colombia es capaz. Estaremos en el mapa, siendo el único UWC en América del Sur, reconocido junto con Alemania, EE. UU., Canadá, Noruega, China e India, como país líder en educación global.

Fotos: Andrew Mahlstedt

Agradecimientos: Benoît Charlebois

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