No se puede menospreciar el potencial gastronómico de una ciudad turística como Santa Marta; pero si bien se le apunta al foráneo cuando se abre un restaurante, también se debe pensar en el residente permanente, el que busca opciones para alguna ocasión especial o simplemente quiere cambiar e innovar cuando le hace una invitación a un ser querido. Y en esa permanente búsqueda que hago, tal vez rechazando a los que dicen que aquí no hay nada, me encontré al restaurante Marmi en pleno corazón de la samaria. Bastó con abrir la puerta del sitio para sentirme cómodo con su ambiente romántico, fino, lleno de detalles y de buen gusto. Sus trabajadores están bien entrenados para hacer sentir al comensal de una manera confiada y agradable. Anclado dentro de un pequeño centro comercial (Prado Plaza, carrera 4 No 26-40), Marmi me reconfirmó que sí se pueden hacer las cosas bien gastronómicamente hablando, en una ciudad pequeña. Al mirar hacia las otras mesas pude ver una familia costeña que estaba celebrando un bautizo, que estaban con sus mejores galas y que tal vez habían hecho un esfuerzo para que todo saliera bien, porque se les veía departiendo muy contentos. Al otro lado del salón, una pareja de “tortolitos” tomando una copa de vino y comprometiéndose en matrimonio, y por último un grupo de empresarios, tal vez cerrando algún negocio importante.
Cuando me percataba del entorno, me interrumpió el mesero sacándome de mi letargo y ofreciéndome la carta para que pidiera algo; había llegado la hora de comprobar si el agradable restaurante, también era fuerte en lo más importante, la cocina. Me incliné por una entrada que llaman Arancini, unas croquetas de arroz arborio y queso parmesano, rellenas de queso mozzarella acompañadas de salsa pomodoro picante. Tal vez una mezcla de algo samario pero con estilo italiano; satisfacción, diez puntos. Ya para ese momento me estaba enterando que son los mismos de Oliva (ver Oliva, sinónimo de buen gusto a la hora de desayunar), que queda justamente en el local de al lado, los de la panadería maravillosa que se inventaron la milhoja de zapote costeño y que ostentan positivas referencias en Santa Marta por tener muy buenos pudines (torta o ponqué para nosotros los cachacos). Ahí ya todo tomó sentido, pues la calidad estaba garantizada, inclusive me informaron que si quería pedir algún producto de la panadería estando en Marmi lo podía hacer, igualmente si te encuentras en Oliva, te llevan platos de la carta del restaurante, que se concibió como italiano en su menú, por el gusto de los dueños por este tipo de comidas.
Yo soy de los que corcho mucho a los meseros de los restaurantes porque siempre pregunto muchas cosas fuera de lo común, sobre todo de los inicios, del porqué del concepto, de la antigüedad del restaurante, de en qué se inspiraron y cómo escogieron el mobiliario, por nombrar algunos aspectos. Pues en Marmi fueron bastante diligentes sus meseros para lograr despejar todas y cada una de mis dudas. Ya teniendo esa confianza le pedí a la persona que me atendía que me recomendara algo, y no dudo en ofrecerme la pizza trufada (pate de truffe, queso fontina, champiñones, trompetas de la muerte y aceite de trufa blanca) ¡Que cosa tan deliciosa! de verdad que es una de las mejores pizzas que he probado en el país y no exagero. Aunque tienen otras opciones de pizza, esa es la que hay que pedir si se va a Marmi.
Carnes, pollo, frutos de mar aprovechando lo que da el inmenso mar atlántico, pero manejado con mucho juicio a la hora de presentarlo al comensal. Claramente en pastas también son fuertes, los raviolis en salsa de queso azul (raviolis rellenos de ricota y espinaca, en salsa de queso azul, crocante de nuez pecan y tocineta) también pasaron la prueba. También probé “La Burrata de Oliva”, una burrata con pesto, jamón serrano, tomates cherrys y sourdough. La plata no alcanzó pa más, y no les quiero contar qué más vi en la carta para que se animen a visitar el restaurante, pero muy seguramente yo volveré pronto a Marmi para seguir mirando opciones de platos cuando tenga algún invitado especial que me venga a visitar.
¡Les dejo las redes sociales y el menú para que chismoseen!
Instagram: @marmiristorante
Menú: Marmi carta
Such a luxurious restaurant, I love it, the unique decoration emphasizes the high end of this restaurant. And most importantly, their food is delicious and good looking, whether you’re hitting up or tasting, granny sexdoll you’ll be satisfied!
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El restaurante Marmi es destacado por su ambiente romántico, fino y lleno de detalles de buen gusto. Los empleados del lugar son elogiados Slope por su capacitación y habilidad para hacer sentir a los comensales cómodos y bien atendidos.
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These are delicious, they look very attractive diggy I want to taste them too.
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