Acertó con los partidos amistosos, pues encontró en ellos varias respuestas que la eliminatoria no le dio.
Aunque el viaje fue largo y las horas no ayudaron en temas de audiencia televisiva, las citas contra Corea del Sur y China no fueron en vano. La Selección Colombia, al igual que sus semejantes suramericanas, jugó este último año con el objetivo principal de clasificar, de puntuar, de ser efectiva. Por esta razón, por la urgencia de cumplir con el objetivo, el combinado nacional dejó de lado aspectos que no son de asistencia inmediata, pero sí de suma importancia. No hubo posibilidad de probar jugadores nuevos ni de afianzar un estilo de juego. Afortunadamente, con el tiquete a Rusia en el bolsillo, José Pékerman puede enfocarse en afinar estos puntos.
Comenzó bien su tarea. Puso en su calendario a rivales que, si bien eran exigentes, le permitían arriesgar más y probar tácticas nuevas. Contra Corea del Sur no acertó, pues quiso jugar al toque, retrasó demasiado a Giovanni Moreno y planteó una defensa demasiado lenta para enfrentar un rival ordenado y de buen contraataque. Corea le cobró su error con el primer gol. En el segundo tiempo, Pékerman cambió las fichas y mejoró el esquema, pero una desatención del arquero le pasó factura a Colombia, que encajó el segundo. Sin embargo, cuando el equipo cafetero decidió ser más vertical, quebró con mayor facilidad las murallas coreanas y jugó mejor. Contra China fue diferente. Colombia salió con el 4-4-2 de siempre y atacó por las bandas. Gio estuvo más cerca del área y se sintió cómodo. La tricolor tuvo más el balón, pero no por eso dejó de ser vertical. Se fue ganando 1-0 al descanso y, cuando los chinos atacaron y robaron la posesión, la Selección nacional fue mucho más contundente y anotó tres más. Primera lección de la gira: Colombia se siente más cómoda si es vertical en el ataque y no se entretiene tanto con el balón.
La segunda lección es más una problemática. Ante Corea del Sur, fue evidente que la Selección necesita adaptarse mejor a la estrategia rival. Aunque aprendió y corrigió en el segundo partido, es necesario que la dirección técnica afine al observar los adversarios pues, en el Mundial, errores como los que cometió Colombia contra los coreanos pueden traer terribles consecuencias. Hoy fue un equipo asiático, en Rusia puede ser uno africano. En la primera fase, la Selección enfrentará todo menos un fútbol suramericano y debe estar capacitada para plantear estrategias que compliquen cualquier tipo de estrategia. Eso sí, dicha debilidad le dio la razón a Pékerman, que escogió equipos asiáticos con el objetivo de mejorar en esto.
Ahora, la mejor noticia es que, en casi todas las posiciones, hay por lo menos dos candidatos. Con la buena actuación de José Cuadrado en el arco, de Jefferson Lerma en el lateral derecho (superando a Stefan Medina y mostrando versatilidad en su juego) y de varios medios y atacantes, solo queda encontrar el suplente de Frank Fabra. Ni William Tesillo ni Eder Álvarez Balanta son los indicados (lo que no los descarta, pues son excelentes candidatos a ir como centrales), y tanto Pablo Armero como Farid Díaz están lejos de su nivel. La mejor opción, para mí, es Deiver Machado, que está jugando en el KAA Gent belga. Es necesario ver cómo termina de adaptarse en su equipo, pero, tras una buena participación en la selección olímpica del año pasado, es la opción más lógica para suplir a Fabra. También está Johan Mojica, que viene haciendo una gran temporada con el humilde Girona CF.
Ahora se viene el descanso navideño, pero la Selección se dará cita en marzo. Lo ideal sería conseguir rivales de nivel élite, que también propongan retos tácticos a Colombia. Sin embargo, ese ya no será el momento de probar jugadores, sino de armar un estilo de juego con una plantilla casi definitiva y ponerlo a prueba con lo mejor de lo mejor. Pékerman va por buen camino y, de seguir así, puede que vuelva a hacer un buen Mundial. Lo importante en los amistosos es acomodar toda la antesala para que, durante la cita en Rusia, no sea necesario improvisar más de lo normal. Bueno, eso y que no se lesione Radamel Falcao.
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Lo primero en Corea no hay murallas; segundo el que jugo retrasado fue James; tercero no son comparables los Chinos para nada con el magnifico equipo Coreano. Lo ùnico serìa en los rasgos que no le gustaron a Edwin Cardona y que expreso a la colombiana: con ordinaries.
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Primero, sí hay muralla y rodea a Seul. Segundo, James apenas la tocó, Gio influyó en el circulo del centro. Tercero, cierto, es más Corea, pero los partidos se ganan en la cancha y Colombia hizo su tarea contra China. Cuarto, el gesto de Cardona cabe en otra columna o espacio.
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