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Sus 32 años de docente y su personalidad lo convirtieron en una institución para los chocoanos. En esta entrevista habló de cómo era la educación cuando el docente y el padre de familia tenían mayor relación.
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Por Klarem Valoyes, estudiante de grado 11 de la Escuela Normal Superior de Quibdó, ENSQ. Especial  para Color de Colombia y territoriochocoano.com
Esta entrevista no la hice yo. La hizo el profesor Gumersindo Córdoba Murillo, quien recientemente falleció, para la revista «Memorias» de los 70 años de la ENSQ.
Yo hablé con familiares del profesor Conrado para incluir sus datos biográficos y  reorganicé un poco el texto original.
Don Conrado Moreno Mena nació en 1922 en Condoto y murió el 11 de noviembre de 2010. «Padeció una artritis aguda que le causaba muchos dolores en los huesos», comenta su esposa, Nubia Córdoba, respetada en la comunidad por sus propios méritos.
Tuvo 4 hermanos y 9 hijos. Quienes lo conocieron lo describen como una excelente persona, sencilla, respetuosa y muy solidaria.  Por esa manera de ser le cogieron mucho aprecio.
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Inició sus estudios en la Normal en 1940, que funcionaba al costado de la Catedral y al lado del antiguo Banco de la República. El uniforme era blanco: pantalón, camisas, medias, saco blanco; correas, zapatos y corbata negras. Estudiaban todo el día.
En 1960, ingresó como profesor de pedagogías a la ENSQ y terminó en el mismo cargo, en 1992. 
Cuéntenos sobre el profesorado, alumnos, el plan de estudio. ¿Cómo era el estudio en ese entonces?
En esa época, se hacía énfasis en formar nuestros educadores. Los alumnos eran seleccionados; para eso, antes de matricularse se tenían que presentar al examen de admisión; quienes ganaban el examen, eran matriculados.
Pero a quienes no lo ganaban y si los padres querían, los matriculaban en un curso complementario. Si lo ganaban, no tenían que presentar el examen de admisión para el año siguiente.
En cuanto al currículo,  qué materias se veían, ¿Qué tendencia llevaban en sentido general? 
Se veía en primero: historia y geografía de Colombia; se seguía la metodología de ir de lo cercano a lo lejano.
En esa forma, la preparación era sumamente buena: además, uno sabía, se hacía el primer examen en abril, en junio el segundo.
A quienes llevaban más de 3 materias perdidas se le llamaba la atención, para que retiraran su matrícula, a fin de que pudieran entrar el año próximo.
Esto debido a que no existía curso para repitente, pero si se retiraba a tiempo, ganaba el derecho a ser aceptado el año siguiente.
¿Usted puede decirnos qué rectores regentaban a la Normal, durante su estadía como estudiante?
En 1940, vino como rector el licenciado Ramiro Álvarez y de los viejos maestros hacia como vicerrector, Germán  Arango Gaviria. Antioqueño, muy bueno en su materia (matemáticas), un hombre muy rígido en la disciplina.
¿Cuándo se trasladó la Normal a sus propias instalaciones?
La Normal se trasladó a su actual sede, en 1942. En ese entonces, la vieja pedagogía rezaba que los centros educativos debieran estar en parte alejados del ruido de los vehículos y aglomeraciones.
Para la Normal ese sitio fue excelente, puesto que quedaba en medio de palmeras y palmas de milpesos y cerca al río Cabí.
¿Cómo era el profesorado en el tiempo de su estancia como profesor?
Cuando llegué a la Normal como profesor ya se empezaba a vislumbrar la influencia de la política en la educación y en el quehacer de la misma.
Tanto así, que el mismo rector y algunos profesores fueron trasladados a otra parte. Fue ahí cuando nos nombraron como rector a un señor del viejo Caldas: Gambal Grajales Ríos.
Este vino con unas llaves dadas por el MEN, para que ajustara todos los tornillos flojos en el profesorado, que nos pusiéramos a marchar.
¿Qué diferencia encuentra usted entre la educación antigua y la actual?
Yo creo que desde que le metieron palanca e influencia política a la educación se empezó a ver el bajón. En la educación se requieren resultados; no es el querer hacer lo que le dé la gana en ella.
Yo veo unas fallas en la educación actual, que tienen que ver con el quehacer del docente; por ejemplo: en el caso de la lectura, debe ser una lectura comprensiva. Que el niño entienda lo que lee y pueda expresarlo con sus propias palabras.
Por otra parte, se ha perdido la autoridad, la responsabilidad, seriedad, y todo esto ha incidido negativamente en la educación.
Anteriormente jugó un papel muy importante la relación docente-padre de familia; que permitió que el alumno no dijera mentiras cuando iba a su casa a informar algo, ya el padre estaba informado por el docente.
Anécdota: una vez un supervisor fue a visitar una escuela rural y entró preguntándoles a los muchachos quién había escrito el Quijote. El alumno se asustó y se puso a llorar y decía: yo no fui.
Se fue donde el maestro y le dijo: ¿Por qué llora el hombre? Y le dijo el maestro; señor supervisor, lo que pasa es que este muchacho es hijo de uno de los tipos más encopetados de aquí y como mi alumno, yo le digo a  usted que el muchacho no escribió el Quijote, él no fue.
Se fue el supervisor donde el cura y le dijo lo sucedido, y el cura también le dijo que él conocía a sus feligreses y no creía que entre ese alumnado estuviera quién había cometido semejante cosa.
Eso aburrió al supervisor. La escuela quedaba en una emplanada  y al subir una lomita, (el subió a caballo) miró al pueblo y el supervisor, aburrido, dijo: no darse cuenta quién escribió el Quijote.
Garcilaso de la Vega, cómo te desconoce el mundo.              

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