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Reflexión de una estudiante de la Javeriana en torno al asesinato del habitante de la calle Marco Tulio ‘Calidoso’ Sevillano.

Yaisa Bejarano blogPor Yaisa Lorena Bejarano Córdoba, estudiante de Relaciones Internacionales y Derecho de la Universidad Javeriana. Especial para Color de Colombia

No voy a decir que era su amiga, ni que me acompañó a tomar el bus o que lo saludaba todos los días; estaría mintiendo.

Mi relación con él se limitó tal vez a un par de monedas, pero a mí, como javeriana, como habitante de Bogotá y como ser humano me duele y me preocupa la manera en la que murió el hoy famoso habitante de la calle Marco Tulio ‘Calidoso’ Sevillano.

Y es que la muerte de ‘Calidoso’ no debe importar o doler por su condición de indigente, pobre o negro; debe doler por su condición de humano y por la manera tan cruel como acabaron su vida.

Esta muerte no es más que un caso entre varios, pero el hecho de que se ubicara cerca de una Universidad y que la gente le tuviera cariño le dio la magnitud que hoy tiene.

Lastimosamente esta muerte refleja algo: la sociedad en la que vivimos está enferma, loca tal vez.

No parece lógico que un ser humano le de muerte a otro por ninguna razón, mucho menos de manera tan vil. Las razones por las que parece se perpetró este asesinato son lo más escabroso de todo este asunto.

El hecho de que existan grupos neonazis en este país parece, además de terrorífico,realmente ridículo porque en los rostros de todos los habitantes de este país se ve el mestizaje, la mezcla, la unión.

La magnitud de las manifestaciones de cariño para ‘Calidoso’ por parte de estudiantes de la universidad, trabajadores, egresados y personas que viven en lugares aledaños fueron realmente conmovedoras.

Tanto que llamaron la atención de la policía, el alcalde e incluso el vicepresidente, teniendo en cuenta que estas personas no se suelen involucrar en este tipo de casos. Lo sucedido el miércoles fue más que un funeral simbólico, fue una protesta, fue un clamor, clamor para que se deje de acabar con vidas como si no fueran nada, vidas humanas y animales.

Hasta hoy, la salida del túnel de la Universidad Javeriana tiene muestras de cariño, en forma de flores, cera de velas, pinturas, carteleras y pensamientos, energías para que ‘Calidoso’, conocido sobre todo por siempre estar acompañado por animales, descanse en paz.

Hoy solo queda esperar que su caso no quede impune, que las voces que se alzaron para protestar su muerte sean escuchadas.

Esperar más inclusión social y cuidado para prevenir que estos casos se repitan, y, por último, que descanse en paz.

“El mundo debería ser más ‘calidoso’”

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