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Este municipio de Antioquia lleva seis alcaldes en dos años y medio. Editorial del periódico El Pregonero del Darién clamando por un voto concienzudo de sus habitantes.

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El loro viejo no aprende hablar ni dándole garrote, reza el  adagio, el cual les queda a muchos dirigentes  de Carepa  como anillo al dedo. No aprenden de las experiencias y cuando el debate político aún no despega, ya comienzan a trabajar los profesionales  de la cizaña.

Uno quisiera y hasta  sueña  con que las dolorosas experiencias  vividas  por el pueblo  de Carepa, su incertidumbre, su ingobernabilidad, su desesperanza, pero  sobre todo, el atraso en su desarrollo; las incontables necesidades básicas insatisfechas, serían el punto  de  partida, el aliciente  para  adelantar  un proceso  político civilizado, conciliador, responsable, que  fuera ejemplo para  toda la sociedad, pero  todo indica  que  no será así.

Hoy,  para  aumentar la tragedia, ya anuncian ríos de plata, sabrá  diablo  de  donde provendrá, ya anuncian campañas  sucias  de calumnia, difamación y falsas  denuncias, ya advierten  de descalificaciones y otro  tipo  de artimañas propias  de los autodenominados líderes, pobres  de ideas, pobres de pensamiento y hasta  de espíritu.

Cuando Carepa  reclama el cambio, de inmediato  saltan los auto candidatos, no en busca de llegar a la alcaldía sino en busca de un puesto, abren las microempresas  personales y  familiares para «negociar  sobre la marcha», como dicen desvergonzadamente y de cara al pueblo. Las ideas  y los principios no se negocian, no se venden al mejor  postor, estos  individuos  no tienen el menor  respeto  por  Carepa, su progreso y desarrollo no les importa. Les interesa su beneficio personal.

Da grima  ver a estos auto candidatos  de corrillo, actuando más  como comadres, llevando chismes de directorio en directorio, sembrando la temible cizaña, cuando Carepa  busca son ideas  nuevas, renovación y renovación  en su accionar político.

Carepa  reclama más  y mejores líderes, hombres y mujeres comprometidos  con este noble  pueblo, busca líderes verdaderos  para que ocupen las curules en el Concejo Municipal, requiere de unos cuadros diáfanos y reales para ocupar las posiciones  de vanguardia.

Es mucho el daño  que la política del chisme y de la calumnia le  hacen a un pueblo, alimentan el clientelismo, la corrupción y promueven la violencia, la venganza y las retaliaciones. No ayuda  en la construcción  de  un proyecto  de gobierno serio, creíble y realizable.

Solamente  de una cosa deben estar seguros  los carepenses, que de su acto concienzudo, a la hora de sufragar, al momento de depositar  su voto  en las urnas, depende el cambio  que todos anhelamos. Únicamente  rechazando  y denunciado la compra y venta de votos  y conciencias, solo así guiaremos  a este municipio por senderos  de cambio, progreso, desarrollo. Por el fortalecimiento  de la paz, la convivencia y la institucionalidad.

De lo contrario, no pasaremos  de seguir  echando sal en  la herida,  de apagar  el fuego  con gasolina, de echarle  leña  al fuego,  como decían nuestros abuelos. En una palabra,  todos somos  responsables  de una u otra  manera de la tragedia  que hoy  vive  Carepa,  y solamente unidos  con sensatez, podremos ver la luz  al final  del túnel.

Digamos  no al chisme, al comentario dañino, a la calumnia, a la infamia, alejémonos discretamente  pero  con firmeza de los profesionales sembradores  de cizaña, de los constructores  de odios y comencemos a trazar el verdadero camino  que Carepa, necesita y busca a gritos. Carepa  busca a sus mejores líderes, los requiere, pero no necesita para nada a los manipuladores  de la opinión pública a los falsos  denunciantes.

Editorial periódico  EL PREGONERO  DEL  DARIÉN, octubre  de 2010, http://www.elpregonerodeldarien.com/

 

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