Cambio de prácticas y prácticas de cambio

Hoy, para saber lo que piensa y hace la gente no se necesita más que
una cuenta en un Medio Social MS que, además de seguir los vaivenes de la
opinión, permite intercambiar información, tomar decisiones, mejorar la
eficiencia y reducir los costos y, en fin, mantener relaciones sociales
fluidas, rápidas y baratas.

Los mismos Medios Sociales resultan indispensables en los cabildos
abiertos que, de acuerdo con la intención el alcalde Petro en su discurso de
posesión, serán los escenarios para definir el plan de desarrollo, los presupuestos
participativos y el POT.

Estrategia de Medios Sociales

El que cientos de miles de ciudadanos participen en redes sociales ya
existentes facilita en vez de obstaculizar, la creación de un sistema de Medios
Sociales por parte del gobierno distrital.

En efecto, más complicado que la plataforma tecnológica (aunque debe
ser suficiente para garantizar prestaciones confiables y amplias), la
arquitectura (que debe ser versátil para atender múltiples requerimientos), es
conseguir que la gente se inscriba y participe en un nuevo Medio Social.

Lo que hace efectiva una estrategia de comunicación que convierta los
Medios Social en canales predilectos de la gente es su capacidad de compensar
satisfactoriamente las necesidades e intereses de los usuarios, que no son
simples receptores o consumidores de información y servicios sino
pro-sumidores: personas que dan sentido a los intercambios, aportan contenidos
y, en consecuencia, generan conocimiento valioso para el gobierno y para las
mismas comunidades.

Un enfoque distinto

La utilización de los Medios Sociales en los procesos ciudadanos
requiere, por tanto, un enfoque muy distinto al que ha prevalecido hasta ahora:
más allá de amontonar aparatos, por lo general obsoletos, en galpones que se
titulan «telecentros» o, con más pedantería «portales inter-activos», o de
dictar cursos paternalistas de «alfabetización digital», o de reducir los
costos de acceso a Internet es indispensable comprender las formas de
apropiación social de las TIC.

La predilección de muchos sectores bogotanos por la telefonía móvil
prepago, los cafés-Internet en las calles y barrios donde, además de acceso se
ofrecen llamadas por minutos, recargas y servicios periféricos de impresión,
fotocopias y anillado, la acogida a servicios en línea como el certificado
judicial, etc. demuestra que la ciudadanía está mucho más adelantada de lo que
piensan algunos con desacertado engreimiento.

La ciudadanía en Bogotá jalona la apropiación de TIC, tal como se
deduce de algunos estudios fragmentarios (que sería conveniente actualizar a
fin de multiplicar la participación ciudadana en la ejecución del programa
Bogotá Humana Ya!) En segundo lugar -a considerable distancia-, aparece la
administración pública distrital y en el tercero, muy retrasado el llamado
empresariado que se resiste a la modernización cuando no percibe ganancias
monetarias a la vista.

 Cambios que hace la gente en sus prácticas concretas: por su propia
iniciativa, con intuición y admirable sentido de la innovación, superando los
obstáculos que impone ese aparato burocrático y mañoso que es el Estado y las
trampas de las operadoras de acceso, los proveedores de equipos y los consorcios
financieros.

El pronunciamiento de Petro al asumir la Alcaldía indica que las
instituciones distritales deben aprender de la gente cómo transformar las
relaciones de producción, experiencia y poder y ponerse al servicio de la
ciudadanía, en vez de que ésta siga padeciendo la ineptitud, soberbia además de
corrupta, del aparato burocrático.

Con ese señalamiento es imperioso construir mecanismos que pongan las
TIC en capacidad de garantizar la participación efectiva de la ciudadanía en
procesos como los de plan de desarrollo 2012-2015, ordenamiento territorial,
desarrollo urbano y presupuestos participativos. Y entender que las prácticas
de gobierno deben cambiar para abrir espacio a la ciudadanía que en esto de las
TIC, como en la mayor parte de los temas, está mucho más adelante que los
gobiernos cuyas estupideces le toca soportar.