Ciudadanía digital: correctivos al poder (II)

Con
movilizaciones de Avaaz se ha impulsado la democracia real. En la caída del régimen de Mubarak contaron también, además de las
movilizaciones del pueblo egipcio, la solidaridad mundial y 600 mil mensajes de Avaaz retransmitidos
por la cadena Al Jazeera a los manifestantes congregados en la Plaza Tahrir,
del Cairo.

Igualmente,
Avaaz coordinó con sindicatos portuarios de Sudáfrica y una coalición anti-armamento
para evitar el desembarco de armamento
chino con destino al gobierno de Mugabe en Zimbabwe.

La
red no sólo obligó a devolver el barco al puerto de origen sino que impulsó el
rechazo internacional a la violación de derechos
humanos en ese país e instó a los países de la Unión Africana a no dar
reconocimiento formal al régimen de Mugabe, tras las elecciones fraudulentas de
2008.

Mensaje claro contra la corrupción

La
lucha contra la corrupción es un tema que ha impulsado a manifestarse a
millones de miembros de Avaaz en todo el mundo. En España se recaudaron más de
100 mil firmas que se entregaron en eventos organizados para pedir la exclusión
de las listas electorales de políticos comprometidos en graves casos de corrupción.

En
día y medio 500 mil ciudadanos hindúes se vincularon a la campaña de Avaaz para
acompañar al activista de 73 años Anna Hazare, en su huelga de hambre contra la
corrupción. Cuatro días después, la
protesta obligó al gobierno a aceptar todas las peticiones de Hazare y a
retirar un proyecto de ley favorable a los corruptos.

Algo
similar sucedió en Brasil con la campaña Ficha
Limpa para prohibir a cualquier político condenado por delitos graves
presentarse como candidato a cargos públicos: más de 2 millones de firmas, 500
mil acciones online y miles de llamadas telefónicas permitieron que el proyecto
fuese finalmente aprobado, pese a la oposición de casi el 25 por ciento de los congresistas sospechosos de corrupción
política y otros delitos.

La masa critica: participación en red

Está
visto que la democracia se concreta cuando hay mecanismos eficaces para que la
gente participe, con independencia y libertad, en los procesos que le son
propios. Pero, ante a la ausencia de esos mecanismos y frente a las iniquidades
del poder, la población busca, crea, combina y sostiene sus propias formas de
lucha.

Los
altos riesgos y costos de convocar reuniones masivas para repudiar la
injusticia se reducen mediante la
utilización de las redes de Internet. Con la Web la represión se dificulta
y el rechazo a las persecuciones se hace mundial, lo cual reduce la eficacia y los
espacios político-mediáticos del poder.

Históricamente, el dominio del poder se ejerce mediante la violencia pero en la modernidad prefiere
lo ideológico: las
industrias mediáticas y
el marketing constituyen así una
arquitectura simbólica y discursiva que busca confinar la libertad, la creación,
el pensamiento y la acción de la gente.

Libertad en el entorno digital

Pero, mientras el poder procura el control
de la población a través de manipulaciones mediáticas, símbolos y rituales, la
gente elabora, reproduce y difunde sus propias
alternativas y adelanta acciones de resistencia y construcción altamente
eficaces.

La Web, por su misma esencia, es un
territorio de libertad[1] donde infinidad de
expresiones tienen cabida, aunque muchas no alcancen la fuerza necesaria para
ganar la adhesión de sectores que les interesan.

Muchos
aparentes demócratas, incluidos varios gobernantes y líderes políticos, sueñan
con acallar las voces que circulan por Internet y quisieran imponer límites a la
libertad: emplean argumentos basados en
el miedo (que proviene, por lo general, de su ignorancia acerca de las
tecnologías digitales), para reducir la participación a torpes simulacros.

Un
buen ejemplo de participación con las TIC lo da Avaaz: sentido de la
oportunidad, análisis cuidadoso y rápido
de la situación: «el trabajo de nuestro equipo se centra en encontrar el modo
de que pocos minutos, multiplicados por un gran número de personas, puedan
marcar una verdadera diferencia en algo que nos importa…»

Diversos
equipos y especialistas colaboran en el planeamiento
y ejecución de estrategias que se concretan en mensajes comprensibles para
los miembros quienes, con total independencia, decidirán apoyar o no.

Obviamente,
se requiere una gran capacidad para elegir temas, definir prioridades y
comunicar al mundo con los pocos recursos que aportan los voluntario pues «ningún donante
corporativo ni patrocinador gubernamental puede persuadir a Avaaz para que
cambie para adaptarse a ninguna agenda
externa. Simplemente no aceptamos fondos de gobiernos o corporaciones…»