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La estrategia, según la definición, clásica, de Peter Drucker, es aquello que convierte los enunciados en desempeño, en acción organizada y productiva. Pero también la estrategia prueba la sinceridad de esos mismos enunciados.

Si, por ejemplo, un gobierno se presenta como impulsor de la justicia y la prosperidad; sus principales esfuerzos de deben dirigir a crear condiciones para la creación de riqueza y su reparto equitativo. En caso contrario, podrá  afirmarse que no tiene estrategia. 
Falsas promesas
Hace ya una década que se formulo la llamada Agenda de Conectividad. En Bogotá, el acuerdo del concejo que creo  la Comisión Distrital de Sistemas cumple ya 20 años. A la luz de los resultados obtenidos por tales aparatos se puede afirmar que nunca contaron con una estrategia: su producción ha sido, hasta ahora, irrisoria y las pruebas arrojan falsas promesas.
Los avances de la Capital y del país -si es que los hay en materia de TIC- son consecuencia de la acción social espontánea. Se han dado casi siempre a pesar de la incapacidad de las instancias publicas, cuando no en su contra, venciendo las carencias de políticas estrechas.
¿Exageración? Basta observar la abundante normativa -en apariencia dirigida a impulsar las TIC- y los resultados concretos: se ha incrementado la distancia que nos separa de países y ciudades con características similares a las nuestras, por no hablar de los llamados desarrollados.
Sin consecuencias
El exceso de discursos, reglamentos y resoluciones contrasta con los magros logros conseguidos. Mientras tanto, nuestros vecinos nos aventajan. Y cuando pareciera que es el momento de hacer salgo… se emite un nuevo decreto bien intencionado, pero sin garras y, por lo tanto, sin consecuencias practicas.

Al asumir el mando, el dirigente de los Estados Unidos predijo el aumento de líneas digitales para unir la gente e impulsar los intercambio y la utilización de la tecnología para incrementar la calidad
del sistema de salud y reducir sus costos, para generar nuevas fuentes de energía y transformar el sistema educativo mediante el aprovechamiento de la ciencia y la tecnología. Pronto se verán las estrategias que harán realidad tales enunciados.

Y, aquí, mientras tanto, los tinterillos gobernantes siguen emitiendo incisos y paragrafos que no sirven para nada distinto que alimentar la burocracia.

albricias.blog@gmail.com

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