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Muchos expertos han dicho que ahora con la pandemia y específicamente a causa de las cuarentenas se viene un aumento de las enfermedades mentales, sobre todo depresión, ansiedad y estrés postraumático.

De hecho, un estudio realizado por al Universidad Javeriana, publicado en este diario, da cuenta de la presencia de estas enfermedades entres los jóvenes.

Uno de los problemas con las enfermedades mentales es que no todas las personas logran identificar que las padecen y muchas más no se atreven a pedir ayuda por miedo al qué dirán y al estigma social. Otras tampoco tienen la información necesaria para reconocer qué les sucede: como no se habla tan abiertamente de las enfermedades mentales, no siempre se tiene la información a la mano.

Para romper este círculo vicioso en el que no se habla del tema por miedo, entonces tampoco se reconoce el problema y no se pide ayuda, con lo cual la enfermedad aumenta y las personas se sienten peor. Es necesario que nos quitemos el miedo a hablar de las enfermedades y de la salud mental.

Si una persona siente que no está bien emocionalmente, que ha tenido reacciones exageradas en distintos momentos, si nota que su comportamiento ha cambiado, si se siente nerviosa, con miedos, con dificultades para dormir, angustiada por el futuro, más sensible e irritable que de costumbre es bueno que consulte con un psicólogo o siquiatra su situación para estudiar cómo la pueden ayudar. No por esto tendrá un problema con su personalidad ni con su manera de ser, tampoco significará que está mal de la cabeza, solo atraviesa por un momento particular en el que un apoyo externo puede ser de gran ayuda.

Lo mejor que le puede pasar es que encuentre a alguien a quien explicarle sus emociones y sus temores para encontrar una escucha honesta y abierta que seguramente la hará sentirse mejor, y tal vez también reciba una sería de consejos para mejorar ciertos hábitos de vida que la ayudarán a superar el momento.

Después de las terapias se sentirá mejor consigo misma y con la vida, tendrá más fuerzas para seguir adelante. A veces también puede ser útil el complemento de un apoyo espiritual que ayude a encontrarle un mayor sentido a la vida y un propósito definido.

Existen montones de opciones profesionales y serias para encontrar ayuda, lo más importante es buscar a alguien con experiencia, que esté entrenada en hacer terapia y que tenga estudios que respalden sus conocimientos.

Quitarnos el miedo a hablar de salud mental es abrirnos la puerta al bienestar emocional y a un encuentro profundo con uno mismo que seguramente nos ayudará a vivir mejor.

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