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El pasado 12 de noviembre, el New York Times publicó una carta dirigida a sus lectores en las que les decía que el diario seguiría cubriendo la información relacionada con el nuevo presidente de Estados Unidos con la misma responsabilidad que lo ha caracterizado por años.

En la carta, además, las directivas del diario se preguntaban si tal vez ellos y otros medios, por considerar inconveniente una presidencia de Donald Trump, habían subestimado el apoyo que él recibe de los votantes de Estados Unidos, pues claramente el triunfo del multimillonario los había tomado por sorpresa.

Infortunadamente, el tuit de Donald Trump en respuesta a esta carta se convirtió en una noticia más importante que la propia misiva y una vez más los medios nos equivocaciones en lo fundamental. Porque creo que el interrogante del New York Times debería ser un motivo de reflexión sobre lo que estamos haciendo los periodistas. Deberíamos preguntarnos por qué los triunfos del No, del Brexit y de Donald Trump han resultado ser noticias tan inesperadas, cuando se suponía que nuestra labor debería ser medirle el aceite a la realidad y estar lo suficientemente conectados con la gente para entender qué sucede en las sociedades de las que informamos, pero no, es claro que no lo estamos haciendo. Ni en Estados Unidos ni en Colombia ni el Reino Unido.

Creo que si los grandes medios de comunicación se hubieran sumergido a fondo en las razones de los votantes que apoyaron a Trump, al No y a la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, seguramente habrían cumplido con la labor de informar en vez de creer que con condenar los movimientos sociales y atacarlos lo estaban eliminando. Creo que es el momento para que estos medios entiendan que no manejan la opinión pública como creían, que la realidad es más grande y que esa actitud de creerse superiores intelectual y moralmente frente a los hechos que los rodean lo único que va a seguir trayendo son un montón de noticias sorprendentes, no porque los hechos sean inesperados en sí mismos, sino porque nadie ha querido percatarse de que están pasando y cómo se están cocinando.

En su momento, escribí en este blog que no se debía subestimar el “no” de Uribe y también dije que las palabras de Trump sobre las mujeres no le iba a quitar los votos que se esperaban (muchos me regañaron), y lo dije a pesar de estar a favor del «sí» y no gustarme Donald Trump, porque creo que a nosotros los periodistas nos toca hacer de tripas corazón nuestros deseos y nuestras ideas para poder palpar la realidad y hacer lo posible por entenderla así nos duela el alma. La única alternativa que nos queda es volver a la gente, alejarnos del poder e investigar; dejar de ir detrás de todos estos hombres públicos a quienes seguimos como bobos con micrófonos para registrar sus palabras y en vez de eso buscar los hechos de verdad.

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