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Foto: IPS

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La aplicación de Botox es una gran opción para aquell@s que desean minimizar las arrugas de su rostro y conseguir una apariencia más renovada. Pero la clave está en acudir a un experto que logre efectos naturales para evitar errores que terminen amargando la vida y la mirada del paciente.

Una excelente aplicación de Botox es cuando esta se realiza de una forma cien por ciento personalizada, es decir, cuando se mantiene con cuidado el equilibrio de los músculos faciales de lado a lado, sin alterar las asimetrías naturales que existen en el rostro del paciente.

Una fórmula esencial para el cirujano, a la hora de aplicar botox, es tener claro cuál es la mirada que el paciente desea proyectar ante los demás, así pues, este procedimiento debe ser realizado por un experto, con mano firme, perfeccionista y con un ojo de artista con el fin de generar reacciones muy positivas con los resultados.

Cuando el Botox no se aplica correctamente…

Desafortunadamente, muchos pacientes se someten a aplicaciones inapropiadas y como consecuencia, obtienen resultados como una mirada congelada y antinatural o peor aún, hay quienes  después de este procedimiento pareciera que hubiesen sufrido algún tipo de accidente cerebrovascular, debido a que algún lado de su rostro puede quedar inmóvil o con un aspecto totalmente diferente a su opuesto.

Lo que debes saber

La aplicación de Botox no es un procedimiento que se pueda realizar en serie o a partir de un mismo molde facial, todo lo contrario, es una técnica completamente personalizada que debe realizarse de forma distinta y cuidadosa en cada paciente. Recuerda que en las manos de un excelente cirujano plástico los resultados deben reflejar una apariencia completamente natural que proyecte frescura y un rostro relajado.

Rasgos antinaturales producidos por una mala aplicación de Botox

Ceja demasiado arqueada

Algunas personas pueden llegar a resultar con unas cejas demasiado arqueadas hacia arriba, haciendo que su mirada refleje rigidez, enojo e incluso maldad.

Esto ocurre cuando se inyecta una gran cantidad de Botox en el centro de la frente, haciendo que el área de las cejas o frente medial se vaya hacia abajo y por defecto, haciendo que las cejas se vean más altas.


Párpados inferiores inflados

Cuando se realizan inyecciones de Botox en las áreas muy bajas de las patas de gallo, puede haber una migración de esta sustancia hacia el párpado inferior, produciendo un efecto de hinchazón en esta zona facial. La clave para que esto no ocurra es acudir a un cirujano experto que sepa cuáles son los puntos en los que se puede llevar a cabo la aplicación con precisión.

Frente de hierro

Otro de los errores más comunes, con respecto a la mala aplicación de Botox, es cuando resulta una frente aplanada e inmóvil. Esto sucede cuando se inyecta demasiada sustancia en el músculo frontal, que recorre la longitud de la frente y se conecta con el movimiento de las cejas.

En el caso de las personas que tienen un exceso de piel en sus párpados o los tienen caídos, estos pueden llegar a sentirse mucho más pesados.

Sonrisa fingida

Algunas personas que dicen ser expertas en la aplicación de esta sustancia, algunas por desconocimiento, aplican inyecciones en áreas como las arrugas verticales que están sobre el labio superior. En este punto del rostro hay que tener mucho cuidado debido a que la sonrisa puede terminar viéndose ligeramente aplanada o asimétrica.

Párpados caídos

Que uno de los párpados de un paciente resulte caído, puede ser un error frecuente de una inadecuada aplicación de toxina boutílica. Esto puede pasar cuando se inyecta la sustancia en un nervio que puede resultar con daños permanentes, aunque puede tener cura con el tiempo.

¿Cómo evitar estos errores?

Por fortuna, casi todos estos errores pueden remediarse con el tiempo, pues la duración de los efectos del Botox por lo general es de 3 a 5 meses y después de 6 semanas las imperfecciones se ablandan. Sin embargo, es mejor evitar situaciones amargas, más aún cuando estas se reflejan en el rostro. Por eso es mejor acudir a un experto y a un cirujano plástico certificado, por lo menos con 3 o 5 años de experiencia en este tipo de procedimientos.

¡Recuerda que el talento, la calidad y la buena mano son claves para obtener unos resultados exitosos!

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