Estuve viendo una película que me planteó una gran duda. Trataba sobre la vida de tres personajes: el bueno, el malo y la víctima. En la historia, un paciente terminal recibía el corazón de un donante, quien había sido atropellado por un sujeto que resultaba ser el malo de la película. Más allá del argumento y de la historia, me ha despertado un interrogante: ¿Qué pasará con mis órganos cuando muera, qué suerte tendrá la persona ahora viviendo con mis órganos?
Imaginen que finalmente desaparezco de este mundo -espero que esto no sea dentro de muchos años- ¿Qué suerte tendrán mis órganos? o más bien ¿Con qué suerte correrá la persona que los reciba? Porque recibirá unos ojos cansados de llorar tantas penas que he pasado, recibirá unos ojos viciados de leer y ver todo lo que pasa en este país, rojos por el smog de las ciudades y el deterioro del campo.
Pero es todavía peor si pensamos lo que sufrirá quien reciba este corazón remendado a más no poder. Debo dejar claro que lo he cuidado con algo de ejercicio y comiendo sanamente. Sin embargo, si hablamos de las emociones y decepciones no le ha ido muy bien a mi corazón, sufriendo siempre por los acontecimientos de la vida misma, afligido de ver como nos matamos unos a otros, golpeado cada vez que veo cuando familias enteras deben salir de sus tierras perdiéndolo todo, y si a esto además se le suman todos los hombres carentes de sinceridad que lo maltratan. El malaventurado nuevo dueño de mi corazón, como órgano, tendrá una pieza completamente desgastada que quizá cumpla su función vital, pero bajo un inmenso dolor.
Si nos vamos a otros órganos como el hígado, el panorama es todavía menos alentador, porque mi pobre hígado ha sido víctima de todo el sufrimiento de su mal amigo el corazón. Castigado con hectolitros de alcohol, de aguardiente. En ese orden de ideas mi riñón corre prácticamente con la misma mala suerte. Maltratado por el pésimo estado de nuestras vías, los extensos viajes en carretera en los que no podíamos parar a causa de la inseguridad -como argumentaba mi papá en cada viaje- y obviamente por todas esas noches en las que he estado ingiriendo alcohol como si no hubiera un mañana y a la hora de ir al baño he preferido seguir con mi actividad, que detenerme un segundo y desocupar la carga.
Mis pulmones han sido exigidos al máximo cada vez que tomo aire profundamente y lo retengo para contenerme cuando estoy a punto de estallar. Tampoco debo pasar por alto esa las chimeneas andantes que tenemos rodando en nuestras ciudades, que cada vez que pasan deben dejar mis pulmones tan negros como el corazón de los delincuentes que vemos a diario en el periódico.
El indefenso ser humano que adopte estos órganos, realmente no estará recibiendo una oportunidad en la vida, recibirá una carga emocional. Sin embargo, espero que estos órganos casi en ruinas sean vitalmente útiles para alguien más y que esta persona los disfrute tanto como yo. Ojalá después de disfrutarlos done algo de su razón para tratar de mejorar nuestra historia.
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Y lo escribo así los números en letras, porque tarda un poco más. Estamos inmersos en cantidad de información, actualizaciones y notificaciones, por este ritmo desenfrenado en el que vivimos decimos que no nos queda tiempo. Tiempo que empleamos en las banalidades de las redes sociales, la comida rápida y la vida pop. Las canciones […]
Estuve viendo una película que me planteó una gran duda. Trataba sobre la vida de tres personajes: el bueno, el malo y la víctima. En la historia, un paciente terminal recibía el corazón de un donante, quien había sido atropellado por un sujeto que resultaba ser el malo de la película. Más allá del argumento […]
Estuve viendo una película que me planteó una gran duda. Trataba sobre la vida de tres personajes: el bueno, el malo y la víctima. En la historia, un paciente terminal recibía el corazón de un donante, quien había sido atropellado por un sujeto que resultaba ser el malo de la película. Más allá del argumento […]
Estuve viendo una película que me planteó una gran duda. Trataba sobre la vida de tres personajes: el bueno, el malo y la víctima. En la historia, un paciente terminal recibía el corazón de un donante, quien había sido atropellado por un sujeto que resultaba ser el malo de la película. Más allá del argumento […]
En mi licensia de conducción señalé que donaría mis órganos en caso de accidente fatal. Quien reciba mi córnea percibirá muy negativamente su alrededor, verá la realidad sombría, oscura, gris, lúgubre. – Aquel individuo con graves quemaduras de la cara podría recibir la mía, llena de arrugas, pecas y barros, cuyos gestos develarán el asco y odio que siento por tanta violencia que corroe estas tierras, y si una sonrisa asoma por aquellos labios, será la sonrisa hipócrita de la desesperanza, aquella que indica que todo puede ser peor. – Aquel infortunado que por su colitis ulcerativa reciba mi recto, tendrá que lavar con paciencia miles de calzoncillos untados de hece5 malolientes que escurrirán a diario por mi incontinente an0 porque aunque hice lo mejor por pagar la deuda externa colombiana, ni hasta el último de mis días los desvergonzados no dejaron de darme p’el cu1o.
En mi licensia de conducción señalé que donaría mis órganos en caso de accidente fatal. Quien reciba mi córnea percibirá muy negativamente su alrededor, verá la realidad sombría, oscura, gris, lúgubre. – Aquel individuo con graves quemaduras de la cara podría recibir la mía, llena de arrugas, pecas y barros, cuyos gestos develarán el asco y odio que siento por tanta violencia que corroe estas tierras, y si una sonrisa asoma por aquellos labios, será la sonrisa hipócrita de la desesperanza, aquella que indica que todo puede ser peor. – Aquel infortunado que por su colitis ulcerativa reciba mi recto, tendrá que lavar con paciencia miles de calzoncillos untados de hece5 malolientes que escurrirán a diario por mi incontinente an0 porque aunque hice lo mejor por pagar la deuda externa colombiana, ni hasta el último de mis días los desvergonzados dejaron de darme p’el cu1o.
Estuvo bueno el blog, aunque pues si no vas a firmar para donar tus órganos nadie los va a tener, y materialista en que aspecto, porque no vi nada de materialismo en tu blog, pues elitista en el aspecto de que nadie tendrá tus órganos por el simple hecho de que no pensaras en el prójimo el elitista y capitalista solo piensa en el bien personal y no en el general. Pero en fin…Chica capitalista, para mi esta prima el Bien genera que el particular.
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Desempleada, tienes razón.
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Si quieres saber más de mí visita http://elmacombiano.com
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