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Hoy, Presidente Duque, recibe usted un país que por la vía política desarmó a la guerrilla más antigua del continente.
Hoy, Presidente Duque, recibe usted un país que sometió a las Farc a dejar las armas, volver a la vida civil, incorporarse a la JEP, contar la verdad del conflicto y ayudar a reparar a las víctimas.
Hoy, Presidente Duque, recibe usted un país con los más bajos índices de violencia en la historia reciente de Colombia.
Hoy, recibe usted un país que pasó de tener 39 homicidios por cada 100.000 habitantes, a 25 por los mismos 100.000.
Hoy, recibe usted un país con aceptación y credibilidad internacional (el ingreso a la OECD es un ejemplo de esto).
Hoy, recibe usted un país que creció económicamente en promedio 3,8 porciento.
Hoy, Presidente, recibe usted un país que construyó 3.000 kilómetros de nuevas vías y puentes.
Hoy, Presidente Duque, recibe usted un país que mantuvo la tasa de desempleo en un dígito.
Hoy, Presidente Duque, recibe usted un país que redujo la pobreza monetaria del 37.2 porciento, para el 2010, al 26.9 porciento, para el 2017.
Hoy, Presidente Duque, recibe usted un país que pasó de tener atención integral para 400.000 niños, a 1 millón doscientos cuarenta mil para el cierre del mandato que lo precede.
Hoy, mi Presidente, recibe usted un país que, según el Banco Mundial, fue el que más redujo la desigualdad, entre 2010 y 2016, en América Latina.
Hoy, Presidente, recibe usted un país que, según el Ministro Gaviria, le ahorró al sistema de salud 4.5 billones de pesos entre el 2014 y el 2018, gracias a la batalla por regular los precios de los medicamentos.
Hoy, finalmente, Recibe usted un país en el que la inversión extranjera aumentó a 14 mil quinientos millones de dólares.
Sí, Presidente Duque, hoy recibe usted un país que, aunque incrédulo, está mejor.
Por supuesto, Presidente, también recibe usted a esta colérica patria con tremendos problemas de corrupción (empezando por partidos como los que apoyaron su candidatura), con una ingobernabilidad asfixiante, una población civil enfurecida, unas narcotraficantes disidencias de las Farc y, sobre todo, con más de 8 millones de personas en la oposición y otros tantos silenciosos abstencionistas que habrá que integrar a sus políticas de gobierno.
Entonces, Presidente Duque, ese es el país que usted recibe hoy.
Y solo puedo decirle que espero, con todo mi corazón, que sea usted digno de la paz que se gesta (la que le labraron y le dejaron fácil) y que pase a la historia (ya que eso tanto les preocupa sobre el gobierno anterior) como el presidente que cambió el curso de este país y que lo pacificó (aunque usted y yo sabemos que no fue el precursor).
Hoy, Presidente Duque, menos solemnidades y colonialismos de posesión, menos ruegos a lo eterno y más trabajo. Recuerde, mi Presidente, que usted nos prometió a los obstinados “construir y no destruir”.
Que la paz sea con usted.
excelente análisis ,aunque , las personas que siguen como borregos a uribe no vean esta realidad .
hoy me siento en un mejor país.
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Me alegra que una voz de mujer joven siembre futuro, y reconozca lo que el gobierno saliente logró. El discurso que escuche por parte del senador presidente del senado me pareció ruín, ignorante, desleal con la patria, y lleno de rabia y mentiras. Ojalá el nuevo presidente pueda desligarse del partido que lo puso allí!
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