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Querido hermanito,

Sé que estás un poco triste porque sientes que deseas con todas tus fuerzas ese súper héroe de juguete que le viste a un niño en un carro cuando te acercaste a ofrecerle chicles y él se volteó distraído.

Sé que piensas en él y que su imagen aparece en tus sueños como si fuera lo único que pudiera hacerte feliz en esta Navidad.

Sé que no entiendes por qué otro niño puede tenerlo y tú no. Yo a veces tampoco lo hago, pero soy un poco mayor y ya controlo más esos sentimientos.

Sé que tu corazoncito te duele cuando piensas en que jamás tendrás un juguete como ese y sé que eso amenaza un poco tus esperanzas de niño.

Pero, también, sé que eres un hombrecito inteligente y cada mañana veo una sonrisa en tu cara que me dice que, a pesar de esos dolores, tu corazón es feliz.

Quiero que sepas que, como tu hermano mayor, así yo solo tenga 10 años y no pueda ofrecerte mucho, siempre estaré aquí para cuidarte.

También te prometo que trabajaré todos los días de mi vida para alguna vez poder comprarte el juguete más lindo del universo; uno que supere todos tus sueños, que te llegue al alma, uno tan poderoso que logre borrar las lágrimas que has derramado cada Navidad al desear lo que le veías a otro niño sabiendo que jamás lo tendrías…

Quiero que sepas, además, que para esta Navidad no tienes juguetes, pero me tienes a mí; yo te presto todo lo que soy, puedes jugar conmigo.

Te quiero.

www.catalinafrancor.com/blog

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