Las tecnologías de la información y las comunicaciones están cambiando las formas tradicionales de aprender y de compartir lo aprendido. Frente a los modelos lineales, en los que los “sabios” son los dueños de la verdad, que la imparten y la validan, las nuevas formas que Internet alienta se enfocan en la interacción. Los aportes al conocimiento y la validación del mismo pueden provenir de personas comunes y corrientes, de todas las edades.
A partir de la puesta en marcha del concepto Web 2.0 quienes tienen acceso a la red pueden aportar y modificar todo tipo de contenidos. La creación de comunidades virtuales se ha disparado y ya pueden influir en quién podría ser el próximo presidente de los Estados Unidos o arruinar marcas comerciales de algún aparato porque no satisfizo la oferta que la propaganda hacía.
La incidencia positiva en la calidad y cobertura de la educación, en la competitividad de las empresas y la forma de gobernar es inmensa. No obstante, hay peligros que sólo pueden superarse a través de un cambio cultural. La forma en que de manera anónima algunas personas insultan a través de Internet en los foros virtuales, es uno de ellos. La reducción de la lecturabilidad es otro. Al que hay que tratar con prioridad es al plagio de textos por Internet.
En una sociedad como la colombiana, en la que la conectividad a Internet ha aumentado, aunque la tasa de penetración es aún insuficiente, hay brechas evidentes. No es lo mismo Bogotá, plaza en la que concurren varios operadores que ofrecen el servicio de acceso a Internet, que ciudades intermedias y municipios, con muy bajas tasas de penetración. Los más pobres acceden menos a la red. Además de éstas brechas, está también la generacional, íntimamente relacionada con el cuento del “copy-paste”.
Mientras que los adolescentes de hoy pudieran clasificarse prácticamente como “digitales”, sus maestros, profesores y padres, están una generación atrás en materia de información y comunicaciones. Si el señor McCain, candidato a presidente de los EEUU reconoce que jamás ha utilizado un computador, ni enviado un correo electrónico, imaginemos qué puede pasar en estas latitudes con no pocos mayores con responsabilidades públicas. Mientras las herramientas modernas informáticas alientan nuevos modelos pedagógicos, los métodos de enseñanza vigentes siguen anclados en el pasado. Con frecuencia, la salida fácil frente a la tarea que pone el profesor es acudir a Wikipedia o al “rincón del vago.com” y proceder a “copiar y pegar” párrafos enteros.
Obviamente, el profesor, ajeno a las lides de las nuevas tecnologías, no se da cuenta. El lío es que la cultura del “copy-paste” se ha venido trasladando a universidades. ¿Cuántas tesis de grado, cuántos semestres aprobados de cuántos alumnos podrían estar vinculados con tales prácticas? El cuento trasciende los colegios y las universidades. Las páginas web de muchas empresas están llenas de plagios que los gerentes y administradores no captan.
Aunque difícil de llevar a cabo, la solución es cultural. Por un lado, convencerse de que “loro viejo sí aprende”. Maestros y profesores anclados en el pasado: si quieren tener alguna vigencia, deben aprender a manejar las nuevas tecnologías. Pero la clave está en quiénes plagian: si no lo saben, se trata de un hurto. Por otra parte, los primeros perjudicados son los mismos que plagian: pierden la inmensa posibilidad de aprender.
Rafael Orduz
Imágen tomada de: www.irreverendos.com/?p=681
Yo soy educador. Me duele que se expresen asi de los educadores. Antes, nosotros somos quienes estamos impartiendo la tecnología en las aulas. ¡Que dolor, ni tan siquiera eso nos quieren reconocer! Claro que también debo reconocer que si existen algunos (pero muy escasos educadores) quienes tienen poco contacto con la nueva tecnología).
Debemos reconocer que nuestros edolescentes están en una era diferente a la época en al que fuimos formados nosotros. Yo veo el «Copy – Paste» como una ventaja que ellos tienen, la cual nosotros nunca tuvimos; no lo veo como algo negativo, más bien para mi es algo positivo, pues a la hora de evaluar hoy dia solo se debe partir de un aprendizaje, de unos logros, de unas competencias, de unos estándares. Creo que también los tiempos han cambiado, lo mismo que las metodologías, las estrategias, los sistemas, las leyes. No podemos dar una mirada a la educación actual vista desde una perspectiva desde nuestro punto de vista, sin tener en cuenta que estamos en otra época.
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Primero, los jóvenes acuden a copiar y pegar (la mayoria ni siquiera sabe que es copy and paste) por errores de los educadores, ya que no se preocupan por la metodología y les exigen trabajos que califican con balanza (bascula romana, pesa), más no les piden sintesis o análisis.
Segundo, el señor Orduz indica que en Bogotá existen varios proveedores de Internet, lo que el como muchos no sabe es que en sectores de la localidad de Kennedy (Los Almendros, Villa Alexandra, Las Acacias y demás) el único proveedor es Petar-Fonica Telecom, la cual ni siquiera ofrece banda ancha, tan solo porque el estrato del sector no genera ganancias.
Por ser de estrato bajo nos condenan al abandono y nos dejan en un atraso total, con esto lo único que están haciendo es cerrandole las puertas a nuestros hijos quienes conocen de adelantos tecnológicos gracias a la sección de farandula de los noticieros.
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El plagio siempre ha existido y existirá; profesores mediocres siempre han existido y existirán. Echarle la culpa a la tecnología es simplemente «vender el sofá».
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Está totalmente equivocado el artículo. Los computadores personales existen desde hace 28 años, mucho antes de que nacieran los adolescentes y muchos de los que escriben aquí. En su ignorancia creen que los computadores son una cosa muy «nueva». Internet se popularizó en 1996, hace 12 años, pero yo ya usaba correo electrónico en 1984 (hace 24 años). La barrera es económica: yo vivo en estados unidos y aquí todo el mundo tiene un computador en su escritorio. La gente con la que yo me trato (amigos, colegas, clientes, etc) tiene un promedio de edad de 45 años y todos saben usar Internet y muchas otras herramientas tecnológicas. La diferencia es que la tecnología está al alcance de todos, mientras que en Colombia, los que no saben usar computadores (jóvenes y viejos) es porque simplemente no tienen los recursos para acceder a ellos. Obviamente, las personas mayores de 70 años (como McCain) no tuvieron tanta tecnología a su alcance y por eso, en general, les cuesta mas trabajo adaptarse.
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Es una total realidad… a muchos no les importa el tiempo que otro se toma pensando y plasmando sus ideas, lo realmente importante es quedar bien y que piensen que eso que se escribe es de autoría propia… en verdad el problema de fondo no es si se violan lo derechos de autor o no.. es sencillamente que las personas que hacen esto no saben de lo que se pierden… no desarrollan su potencial, si es que lo tienen… porque nunca se enterarán que son capaces de hacerlo, si no se dan la oportunidad y siguen copiando y pegando todo lo que leen, sin reflexión alguna.
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Muy acertado texto, hoy día. Pero es cuestión de querer aprender, así lo hicieron mís padres que en su vida se había sentado al frente de un pc para trabajar en él.
http://www.sergioacevedovalencia.com
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