Existen tantos paradigmas desenfocados en el mundo del autocuidado que fácilmente caemos presa de alguna moda o gastamos nuestra energía en estrategias que apenas tocan la superficie de un problema más profundo. Cuando oigo a la gente hablar de sus luchas con la comida, el problema es real. Es común para aquellos que batallan diariamente con su peso, que sientan un dolor profundo que inclusive pueda paralizar otros aspectos de su vida. Cuando nuestra relación con la comida no esta en balance, las consecuencias pueden tener un impacto profundo. No hablo de un ideal de perfección a la hora de comer; nadie come exactamente lo correcto todo el tiempo. Sería poco natural. Hablo de una percepción sana y realista de nuestra relación con el alimento y con el cuerpo. Estos dos conceptos están íntimamente ligados, y considero necio tratar uno sin considerar el otro. Uno está en el plano físico y el otro en el mental, y juntos generan nuestra percepción de la realidad.
Sin embargo, miremos algunos de los paradigmas que hacen que la batalla sea más difícil. Cuando una persona que no tiene una relación sana con el alimento se le suma una buena dosis de culpa y vergüenza proveniente de conceptos como que la obesidad es de gente perezosa, es más difícil llegar al corazón del problema. El tema de la obesidad tiene muchas raíces en su origen real, pero ninguna de ellas es que dicha persona sea incapaz o tenga alguna falla fundamental de carácter. Como lo expresa el documental Fed Up, no vamos a salir de la epidemia de la obesidad apunta de ejercicio. Verlo de esta manera solo añade mas confusión a una realidad que es muy dolorosa para los adultos y niños que la padecen. Como este mismo documental afirma, probablemente los que llevan la bandera de este tipo de discurso son las compañías fabricantes de alimentos procesados, que no tienen interés en iniciar una discusión real sobre nutrición y autocuidado.
Existen otros mitos alrededor de la nutrición, como la falsa creencia de que una caloría es una caloría, es decir, si proviene de una gaseosa o de una verdura, es lo mismo. Esto es falso. La primera desata una tormenta de procesos bioquímicos que comienzan con un pico de insulina y terminan con la acumulación de grasa, y la otra, juega magistralmente con nuestra biología y fortalece todo nuestro sistema.
A la obesidad debemos tomárnosla en serio, nos roba vida, nos afecta a todos aún cuando no la padezcamos. Como todos los retos profundos de la vida, la obesidad es compleja y requiere que seamos capaces de mirarnos de frente. Existen factores externos que la hacen mas difícil, como la falta de protección del Gobierno al consumidor, el engañoso mercadeo o los desequilibrados subsidios, pero la obesidad también es parte de nuestro actuar diario, de nuestra intimidad, de cómo manejamos nuestras creencias. Esa parte si la controlamos y podemos modificarla con nuestro deseo de vivir plenamente.
Coach de Nutrición
Integrative Nutrition, NYC
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