Cuando uno se toma un café desde la comodidad de Bogotá, Cancún o New York pocas veces se pregunta cuál es el origen o qué historia hay detrás de su producción. La verdad es que Colombia ha comenzado a construir el camino de la esperanza y de la paz a través de este producto legendario que en el mundo ha tenido como embajador visible a Juan Valdez pero que hoy tiene una gran cadena productiva con un fuerte trabajo en el departamento del Huila, una región colmada de riqueza natural, gente amable, una increíble autenticidad y, sobre todo, una profunda pasión por el cultivo de cafés especiales y orgánicos.
Gobernador del Huila, Carlos Julio Gonzalez Villa; Guenter Rauer, ministro Consejero Embajada de Alemania; Luis Alberto Tamayo, director regional del Sena y Pontus Rosenberg, Jefe de Misión Adjunto de la Embajada de Suecia.
Esta semana, la empresa productora y comercializadora de cafés especiales Mild Coffee Company (ganadora de un Premio Emprender Paz por su enfoque productivo hacia el postconflicto), organizó una visita a la sede del centro de estudios productivos del Sena en la zona de Yamboró -en el corazón de los cultivos cafeteros-, localizada en la ciudad de Pitalito, en el Huila, de la mano de una misión diplomática conformada por el representante de la Oficina de las Naciones Unidas para las Drógas y el Delito, UNODC, Bo Mathiasen; el Ministro Consejero de la Embajada de Alemania, Guenter Rauer; el delegado de la Embajada de Países Bajos y director ejecutivo de la Cámara Colombo Holandesa, Jan Willem Van Bokhoven; el Jefe de Misión Adjunto de la Embajada de Suecia, Pontus Rosenberg y la Oficial Nacional de Programas de Cooperación Internacional de la Embajada de Suecia, Catalina Hoyos.
El recorrido permitió conocer de cerca el papel que juegan los productores y el trabajo cada vez más unificado que realizan de la mano de organizaciones comercializadoras que vinculan los esfuerzos públicos y privados. Ya se habla de calidad como una condición inamovible y de orgánicos entre quienes van más allá. Toda una cultura del café. El empaque, la marca, la ficha técnica que indica la clase de producto, la finca donde fue cultivada e incluso el nombre del productor. Gracias a eso, uno en Berlín puede tomarse un café colombiano sembrado por el productor Juan Pérez de la finca El Rodeo. Toda una historia detrás de este legendario producto en una región donde nació la violencia de Colombia y que hoy es uno de los mejores ejemplos de paz.
Entre otros, Javier Murgueitio, Bo Mathiasen, Guenter Rauer, Jan Willem Van Bokhoven, Pontus Rosenberg y Catalina Hoyos.
En esa región del país encontraron una oportunidad de negocio en los mercados internacionales al generar valor agregado al café a través de componentes que brindan calidad al producto como la trazabilidad, el detalle sobre el origen -incluso de la finca donde se cultivó-, el nivel de tostión (que genera diferencias en aroma y sabor) o acidez y, por supuesto, su transformación productiva en derivados.
«Estamos hablando de una economía en la cual 85.000 familias dependen del café, un sector que aporta más del 60 por ciento de la economía de este departamento», afirmó el gobernador del Huila, Carlos Julio Gonzalez Villa, uno de los abanderados de la promoción del café como cultivo para la paz.
Javier Murgueitio, Carlos Julio Gonzalez Villa y director regional del Sena.
Ha sido el Sena el encargado de albergar a jóvenes estudiantes de las áreas rurales para formarlos en la «ciencia del café especial», capacitándolos en aspectos técnicos del proceso productivo que van desde la clasificación hasta el empaque (inspirándolos a utilizar la imagen, la marca y el marketing). Por eso es normal encontrar expertos «catadores» de café en estas instalaciones educativas que con todo el conocimiento explican los pormenores del café especial y el orgánico. En este escenario, se conformó la Escuela Nacional del Café que les permite certificar sus competencias laborales e inspirar a otras regiones del país a tecnificar los procesos cafeteros.
Y es que cuando se habla de cafés especiales en el Huila se puede decir que ha habido toda una cruzada de la cooperación internacional en materia de compromiso por sacar adelanta el sector. De acuerdo con el gerente de Mild Coffee Company, Javier Murgueitio y quien junto a la Policía Nacional en cabeza del general Gabriel Parada, lideró esta experiencia, la articulación entre el Estado, el gobierno regional y la cooperación internacional ha sido fundamental para posicionar el café especial de esta zona del país a nivel mundial. «No hemos estado sólos, contamos con apoyos puntuales del Gobierno Nacional, la Gobernación del Huila, los entes descentralizados de formación para el trabajo como el Sena y la cooperación internacional», afirmó.
De hecho, aclaró Murgueitio, del 2008 al 2010, se contó con el apoyo de la Embajada de Holanda para llevar a cabo el proyecto denominado “Desarrollo Integral Sostenible de Pequeños Caficultores del Huila” y mejor conocido como el «Proyecto Holanda», donde se realizaron acciones para el mejoramiento de la calidad del café y de la calidad de vida de las 1.000 familias que hicieron parte de esta iniciativa que posteriormente les permitió obtener el premio Emprender Paz.
Escuela Nacional de Café, en Pitalito, Huila.
Posteriormente, a partir del Fondo de Innovaciones para la Paz, que contó con el respaldo de la Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo, ASDI; la Agencia Alemana de Cooperación Internacional, GIZ; la Fundación Konrad Adenauer y la Fundación Social se ejecutó en 2015 el proyecto “Café Fino Sur colombiano» con el propósito de conquistar el mercado japonés y, de hecho, permitió beneficiar a 300 familias de pequeños caficultores que colocaron sus productos en ese nicho. Actualmente, de la mano de la Oficina de la ONU para las Drógas y el Delito se promueve el café como el producto más apropiado en términos de rentabilidad y eficiencia para la sustitución de cultivos ilícitos. Aunque el Huila ya no sufre de este fenómeno, otras regiones del país sí por lo cual resulta una oportunidad latente. «Tenemos que trabajar en ese propósito, es un hecho que el café es una alternativa demostrada de sustitución», afirmó Bo Mathiasen, representante de la UNODC en Colombia.
UN CULTIVO PARA LA PAZ
La gran apuesta de los productores, las autoridades y buena parte de la sociedad civil es convertir al café en el cultivo que generará empleo, inclusión y oportunidades de reconciliación en medio del postconflicto. «En términos de rentabilidad, estabilidad y buenas expectativas para quienes siembren café se puede decir que es un cultivo para la paz, una gran oportunidad con miras a los mercados internacionales», afirmó el delegado de la Embajada de Países Bajos y director ejecutivo de la Cámara Colombo Holandesa, Jan Willem Van Bokhoven. En ese sentido, el Jefe de Misión Adjunto de la Embajada de Suecia, Pontus Rosenberg, recordó que una vez se firme el proceso de paz comenzarán grandes desafíos para el país y «el café especial» representa una oportunidad.
General Gabriel Parada hace entrega del símbolo de los jóvenes «carabineritos», en el fuerte de San Agustín. (D) alcalde de Neiva, Rodrigo Lara.
Por su parte, el Ministro Consejero de la Embajada de Alemania, Guenter Rauer, reconoció que la Escuela Nacional de Café en el Huila es un ejemplo inspirador para el resto del país. «Colombia tuvo un despertar un poco abrupto frente a la globalización, pero proyectos como este que podemos ver son ejemplo de que se está preparando para entrar en el proceso y acceder a mercados globales», afirmó. El alcalde de Neiva, Rodrigo Lara, también presente en el encuentro, reiteró que el compromiso con la paz debe ser de todos los sectores y, en esa medida, hay que apuntar al mejoramiento del nivel de vida de la población rural. «Nuestra prioridad debe apuntar a sacarlos de la pobreza», afirmó.
EL PAPEL DE LA POLICÍA NACIONAL
Como un hecho interesante se destaca que la Policía Nacional haya sido como institución parte de la organizadora de esta visita. «Queremos tener una institución más cercana a la gente, que cada campesino pueda decir que lo hemos acompañado a mejorar su calidad de vida y hemos contribuido de alguna manera con su crecimiento», afirmó el general Gabriel Parada, comandante de la Policía de los departamentos Huila, Tolima, Caquetá y Putumayo, y uno de los anfitriones del certamen. En su opinión, en el marco del postconflicto la Policía Nacional tiene una gran responsabilidad en la medida que puede facilitar el apoyo al desarrollo de proyectos productivos en el campo y fortalecer la articulación entre los sectores público y privado», concluyó.
Como no sorprenderse entonces de que hoy en la zona donde nació el conflicto armado de Colombia, con cero cultivos ilícitos, se siembre café. Tal vez el mejor del país. Bien lo dijo un productor y lo reiteró el general, el café es el único producto -como la religión- que se siembra de rodillas y se recoge mirando al cielo. Majestuoso.
Juan Manuel Ramírez Montero / Invitación especial
Lo que quiere decir entones es que, ese va a ser el negocio a que se va a dedicar las FARC, pues si, verdad que ellos son campesinos y siempre se an dedicado a cultivar la tierra. Que chiste!
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