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Twitter: @jeronimorivera
Cuando se habla de comedia usualmente se espera algo divertido y que acuda a la visceralidad de las emociones y a uno de los actos más placenteros que podemos sentir como seres humanos: reir a carcajadas. Es por eso que ofrezco disculpas a mis lectores por intentar armar un catálogo sobre la comedia que no haga reir. Es un cliché, pero no por eso falso, que la buena comedia es uno de los asuntos más serios y complejos de la dramaturgia y, aferrado a esta idea, me propongo hoy compartir con ustedes un decálogo para intentar comprender algunos asuntos básicos sobre este género canónico. Invito a mis lectores (especialmente actores, guionistas y directores) para que me compartan sus apreciaciones y comentarios sobre esta lista arbitrariamente realizada que intenta rendir también un homenaje a esos personajes a quienes tanto le debemos: Los comediantes.
Hacer reir, de hecho, es tan complejo que la buena comedia escasea y asistimos a una cartelera en donde encontrar una historia sólida que haga reir es realmente difícil (aquí puedes leer mi lista de buenos directores de comedia contemporáneos).
Estas son, en mis conceptos, diez características de la buena comedia:
1- El ser humano es un animal que ríe. A pesar del rictus risueño de la hiena, el ser humano es el único ser que realmente ríe, pues la risa es un proceso complejo que implica asociaciones, connotaciones y claves culturales. Reir demuestra inteligencia y genera conexión emocional.
2- La buena comedia tiene muchos ingredientes. Hacer reir va más allá de hacer cosquillas. Es fácil llenar una historia de “gags” divertidos y sacar risas efectivas, pero la buena comedia debe ser inteligente, rápida, impredecible, espontánea y repentina.
3- La buena comedia no buscar ser chistosa. Uno de los grandes retos de los comediantes es hacer reir y que parezca fácil hacerlo. Quien pretende ser gracioso fracasa.
4- Hay que tomar en serio a la comedia. La comedia parte de la verdad, es honesta y requiere conexión emocional de parte de público y comediante. Hacer reir es realmente difícil cuando se hace con profesionalismo.
5- La risa es una necesidad. En un país lleno de pequeñas tragedias, reir es una necesidad. El público necesita hacer catarsis de sus preocupaciones y reir con la tranquilidad de que los problemas de la pantalla o de la sala no son los suyos.
6- La comedia es un género canónico, pero no es respetada. A pesar de que drama y comedia son los padres de todos los géneros, la comedia y los comediantes no suelen ser respetados y a menudo son vistos con condescendencia. Para que un actor de comedia brille y sea reconocido debe acudir a papeles dramáticos que demuestren que “sí sabe actuar”. La experiencia ha demostrado, no obstante, que un buen actor cómico puede lucirse fácilmente en el drama, pero no siempre un buen actor dramático luce cómodo en la comedia.
7-La comedia cambia con los valores de la cultura y de los tiempos. Uno de los grandes retos de los comediantes es renovar su repertorio y enfrentar la censura o el repudio por los temas que trata y la forma como lo hace. Lo que hace veinte años era muy divertido hoy puede ser considerado ofensivo y lo que mata de risa a los paisas puede no gustar a los bogotanos. El mayor reto, sin embargo, es encontrar la delgada línea entre lo divertido y lo ofensivo sin caer en el irrespeto ni en la autocensura.
8- La comedia incomoda. Si la tragedia era el género de la reverencia (la certeza de que nuestro destino está escrito), la comedia es el terreno de la irreverencia y, por eso mismo, suele ser una molestia para el poder, los poderosos y sus abusos. En el mundo actual se presenta lo políticamente correcto como una amenaza para los actores cómicos (basta ver la sensibilidad extrema y la intolerancia de las redes sociales): a menudo la gente se ofende más con el humor que con la realidad.
9- El cómico se burla de sí mismo. En la fila de las personas objeto de burla, el cómico debe ser el primero. La comedia exige al comediante desnudarse y verse en el espejo para reirse de sus imperfecciones. Un gran ejemplo es este buen momento que nos regaló Robin Williams en el que podría haber sido el momento más incómodo de su vida.
10- Quien te hace reir merece todo tu respeto y cariño. A esto se suma el hecho de que la vida de un cómico no suele ser una comedia. Basta leer la autobiografía o ver los documentales sobre algunos de los más grandes: De Chaplin a Pryor; de Williams a Carrey quienes nos han hecho reir se han tenido que sobreponer a vidas infelices que los llevaron a buscar la risa y aprobación del público con desesperación. No es gratuito que se hable en muchos casos del “síndrome del triste clown”, hacer feliz la vida de los demás muchas veces esconde la propia infelicidad.
Aprovecho para recordar hoy a un par de personajes colombianos que fallecieron recientemente y a quienes debemos muchas risas y buenos momentos: Enrique Colavizza y Héctor Ulloa (Don Chinche). Además de ellos, es importante reconocer a otros compatriotas que también nos hicieron la vida alegre en medio de las tragedias del día a día en nuestro país. Algunos de ellos son: Guillermo Zuluaga (Montecristo), Humberto Martínez Salcedo, Rosa Elena “La nena” Jiménez, Jaime “El flaco” Agudelo, Carlos “El mocho” Sánchez, Óscar Meléndez, Hernando Casanova, Jairo Florián y, de manera especial, Jaime Garzón.
Muchas gracias a Daniel Galeano, Hugo Archila, Nicolás Casanova y Andrea Quejuan; amigos actores y directores que me compartieron sus apreciaciones sobre la comedia y mis respetos para todos los que se dedican con seriedad al sutil arte de hacer reir.
Para ver más textos sobre cine y cultura, visita Jerónimo Rivera Presenta
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Aquí está nuestro más reciente video sobre los cameos:
