Los demonios le dañaron la vida y ahora los enfrentará en ‘Outcast’

Si le interesa el tema de las posesiones demoniacas, llegó la serie ideal para usted: ‘Outcast’, del creador de ‘The Walking Dead’, Robert Kirkman.

Captura de tráiler.

El programa, basado en el cómic homónimo de Kirkman y del artista Paul Azaceta y producido por Fox, cuenta la historia de Kyle Barnes (Patrick Fugit), un hombre que perdió a su familia luego de que su madre y su esposa fueran poseídas por un demonio. Barnes, que es visto con recelo en su pueblo, Rome, West Virginia (EE.UU.), regresa a su hogar para encontrar respuestas a los inexplicables hechos, y lo que descubre “puede significar el fin de la vida en la Tierra”, se explica en la sinopsis de la serie.

El primer episodio, que se estrenó este viernes a las 9 de la noche en Fox1, me gustó mucho, ya que muestra la transición de un personaje: un hombre asocial y trastornado por su oscuro pasado que se vuelve un héroe y una persona valiente luego de combatir una nueva posesión, la de un niño llamado Joshua, con un reverendo que lo ayudó en su niñez (Philip Glenister).

Estéticamente me llamaron la atención los planos detalle, que brindan misterio a los acontecimientos, y los movimientos lentos en la posesión, pues permiten que se vea más escalofriante.

La escenografía es muy buena: los lugares oscuros y desordenados- la casa y la habitación- se relacionan con el difícil momento que están pasando el protagonista y la nueva víctima. Además, los colores opacos en los recuerdos advierten al espectador que algo malo va a pasar, y, efectivamente, la premonición se cumple. Los efectos especiales también sobresalen, ya que uno cree que el niño puede golpear bruscamente a las personas porque está poseído, y que el demonio salió de él y se esfumó.

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La mejor escena fue la del principio, debido a que mostró un suceso muy inesperado e impactante: el menor, sin control de sí mismo, aplastó con su frente a un insecto contra una pared, y luego se lo comió, sin asco, y lamió la sangre que perdió. También, me gustó una de las finales, en la que el mismo personaje se tuerce, como si fuera a convulsionar, y se eleva con el protagonista encima, una fuerza brutal que solo podría tener un demonio.

Los diálogos del espíritu son excelentes, pues buscan atemorizar a Barnes y le crean dudas al espectador. “La gran ascensión no se puede detener”, dice el ente antes de dejar el cuerpo del niño, y uno queda con un interrogante que seguramente será resuelto en los próximos episodios.

El cine nos ha traído películas muy buenas que tocan el tema de las posesiones, como la famosa ‘El exorcista’ (1973). En la televisión no conozco series que aborden el tema, así que ‘Outcast’, con su gran comienzo, promete perturbar a los espectadores y entretenerlos con una historia original, que podría ser la de un hombre que intenta salvar al mundo de una invasión demoniaca.