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Sergio Massa llegó al gabinete del presidente Alberto Fernández como ministro de economía con dos tareas; frenar la inflación y enviar un mensaje de tranquilidad y renovación al pueblo argentino. Tareas que muy seguramente no va a poder cumplir.

“Precios justos” es la estrategia presentada por Massa hace un par de semanas como maniobra para contener la inflación. La iniciativa no es otra cosa que un acuerdo entre el gobierno y un poco más de 100 empresas que representan un poco menos del 90% del consumo masivo en Argentina.

¿En qué consiste el acuerdo? Las empresas se comprometen a congelar los precios de sus productos durante 120 días continuos. Con esto, los argentinos podrán adquirir cerca de 1.500 productos de la canasta familiar; lácteos, alimentos de despensa, bebidas, productos de aseo del hogar y de higiene personal sin que estos suban de precio cada día. El acuerdo también les permite a los empresarios, tan solo hacer un incremento del 4% mensual a un grupo de productos acordados con el gobierno. Los ciudadanos podrán denunciar a las empresas que incumplan este acuerdo por medio de una aplicación móvil.

¿Qué es lo malo? Regular los precios no soluciona el problema, al contrario, tan solo lo contiene por un tiempo gestando un incremento gigante cuando la olla a presión no soporte más y, mientras se gestan otros problemas. Los precios de los productos suben porque los insumos suben, porque el dólar sube, porque la cadena de producción y logística incrementa sus costos. Todo esto hace que, en un punto, cuando el costo supere el precio, y como el acuerdo les impide subir los precios, los supermercados deberán escoger entre retirar de las estanterías esos productos provocando escasez como ya lo vimos en Venezuela, o bajar la calidad. Las dos, con consecuencias desfavorables siempre para el pueblo.

¿Pero por qué los empresarios aceptan este acuerdo? Aquí, es cuando se entiende el chantaje con el que el gobierno logró que las empresas aceptaran ser parte de este circo.

Durante el 2022, el peso argentino se ha devaluado frente al dólar un 40%. El Banco Central estima que la inflación acumulada será del 96% para finales de diciembre. Estos dos ingredientes crean un coctel bomba para la economía. Por un lado, las empresas argentinas pierden capacidad de compra de insumos en dólares, y por el otro, los argentinos cada vez se ven obligados a comprar menos. Por estas razones, el chantaje del gobierno a los empresarios tiene sentido cuando el principal estímulo para ser parte de la estrategia “Precios Justos” consiste en que estas empresas podrán adquirir dólares con mayor facilidad para comprar insumos en el exterior. Las empresas que no hagan parte, deberán someterse al control férreo del (SIRA) Sistema de Importaciones de la República Argentina.

Se viene un 2023 difícil, con elecciones de Congreso y nuevo Gobierno. Ninguna estrategia para estabilizar el peso argentino y frenar la inflación va a tener resultados exitosos mientras el gobierno argentino no reduzca el gasto de funcionamiento y deje de emitir billetes.

 

Giovanni Acevedo

Twitter: @gioacevedo_

Instagram: @gioacevedo_

 

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