La toma de la BASTILLA, o cuando la Política se volvió Religión
En nombre del pueblo se masacra. El 14 de julio de 1789 ese pueblo, o unos revolucionarios enarbolando las banderas del pueblo, invadieron la
Bastilla y trocaron para siempre el orden del mundo. Adiós a la
monarquía. La razón ha demostrado que el rey es el pueblo. «Libertad, Igualdad, Fraternidad o la muerte». Y
en adelante a esa muerte llamamos política moderna. O democracia. O
república. O te sometes, o te sometemos. Y garante de la democracia consideramos al ejército constitucionalmente constituido, cuyos
miembros no pueden ejercer el derecho constitucional al voto y cuyo
jefe máximo es un presidente vestido de civil. Los políticos no han hecho otra cosa que disimular sus
pretensiones de monarcas. Se inventaron el voto democrático, notas
diplomáticas, alocuciones y discursos. Embustes. La guerra y las armas
son sus formas de expresarse, de hablar y de escribir. Si se descuidan,
llegan otra vez los revolucionarios y los despojan. Para hacer lo mismo
o algo peor como Castro en Cuba o Chávez al lado.
Quienes sueñan con que la razón gobernerá a los hombres. Se equivocan.
A la política hay que analizarla con la frialdad de una guillotina bien
afilada como la que rebanó el cuello blanquecino de Maria Antonieta,
pobre, que no tenía sangre azul ni era inmortal. El muñón de su cuello, que antes sus amantes poblaban de besos en los salones de Versalles, quedó sin cabeza.
Si el catolicismo defendía la monarquía, entonces Robespierre propuso
la Religión de la Razón. Nadié podía oponerse a la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad. Era ilógico. Como ilógico era o sigue siendo que alguien niegue a Cristo. La lógica cerrada o la razón ciega producen monstruos. Lo
son los asesinos revolucionarios que viven repitiendo «patria,
socialismo o muerte». El 14 de julio de 1789 la política le robó a la religión su liturgia. La
pasión y el terror religioso pasaron al orden político, y el Estado
reemplazó a Dios. La posesión de un presidente se convirtió en una
eucaristía.
Los ingleses, después de la carnicería en que se convirtió la toma de
la Bastilla, se dieron cuenta de cómo las dádivas a los viejos
aristocrátas y el disfraz de mantener una reina resultaban mucho más
efectivas que la guillotina. El pueblo ama a sus reyes. A sus
tiranos. Y los supuestos defensores del pueblo se equivocan si intentan
convencer a la gente con ideologías. Al común de los mortales lo que
nos interesa es el estómago. No hay corazón ni cerebro sin eso. Ni sexo. La toma de la Bastilla, por lo demás, terminó por
engendrar a un chiquitín resentido convertido en emperador, Napoleón
(después también a Bolívar), cuya invasión a España provocó por acá el griterío de la Independencia que también estamos por
celebrar ahora, es decir, 200 años de gritería, de república,
de patria, de…
Fuentes:
Delacroix: «La libertad guiando al pueblo».
G. Gusdorf, «Las sciences humaines et le pensée occidentale. La conscience revolotionaire, les ideologies». París, 1978.
Gabriel Albiac, «Diccionario de adioses». Madrid, 2005.
Me merece un comentario este artículo(ya sea leido o no): «libertad, igualdad fraternidad» son sueños muy bonitos pero jamás han sido realizados-… ¿que porque? Fácil: se llama selección natural(que el hombre podrá ser todo lo avanzado que quiera pero no escapa a esa ley natural)……. Somos individuos y somos egoistas por naturaleza(y al que quiera afirmar lo contrario, pues que muestre pruebas con aceptación científica en contra de la teoría de la evolución)…….. Las leyes entonces deberían hacerse para tratar de ir en contra de ese egoismo natural de nosotros: pero eso no es así, las hace gente egoísta para favorecerse ellos mismos(que eso termine favoreciendo a otros no implica que su objetivo fuera ese)……. La «religión de la razón» jajajaja si eso era lo que había antes de 1781 en donde se usaban a pelo los silogismos aristotélicos para justificar cualquier adefesio(inquisición, torturas como las que narra Victor Hugo en los miserables o es que castigos)…. De ahí un libro precioso de Kant de esa época: «Critica de la razón pura»
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En todos los frontispicios de los edificios públicos de Francia, están grabados los tres valores que surgieron de la Revolución Francesa: «Libertad, Igualdad, Fraternidad». Tanta vigencia conservaron y conservan estos principios que cuando Paris fue ocupada por las tropas nazis, durante la segunda guerra mundial, las autoridades alemanas mandaron a borrar esas inscripciones. Los ataques a esos ideales no han cesado en los tiempos neoliberales del capitalismo salvaje. La «libertad» se restringe a la libertad de los mercados, la «igualdad», parece una broma de mal gusto, pues sólo es igualdad legal y jurídica pero, para nada una igualdad real, social y económica; y en cuanto a la «fraternidad» se la ha sustituido por la más bestial competencia entre individuos y nacionales, cuando no por la guerra inmisericorde contra las naciones más pobres…
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albatros08. ¿Cuál censura? Deje de dárselas de víctima que acá yo no soy ninguna monarca ni usted ningún revolucionario. Acusa a mi artículo de «amasijo ideológico». Eso es lo que quería. Sí, estoy de acuerdo con usted en los inmensos alcances de la Rev. Francesa en muchos aspectos del estado moderno, pero en esencia el gobernante no dista mucho de los métodos de represión del monarca para asegurar su poder. Napoleón fue epíteteto de esa paradoja. ¿O no ha leído ud la gran novelística del siglo XIX? Lo decía Borges. La batalla y la gloria son facilidades; más ardua que la empresa de Napoleón fue la de Raskólnikov.
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Sebastián Pineda, agradece los comentarios pero luego impide que los comentaristas refuten algunas sandeces que él expone en los propios. Censura a sus contradictores.
Sostener que María Antonieta era «bella», sí que es idolatría… A la «austríaca» no se la tragaba nadie en la Francia de la época. Esa idealización sobre la monarquía absoluta es totalmente anti-histórica. Matiz, Albert «La révolution française» (1922) continúa siendo la principal referencia sobre el tema, a no ser que prefieran leer los 9 tomos de Maceron, Claude «Les hommes de la liberté» (a partir de 1981). Es triste ver que se publica en un periódico semejante amasijo ideológico. La «guillotina» no parece ser un método de ejecución peor o más aterrador que la silla eléctrica, por ejemplo, la cámara de gas o la injección letal, como utilizan – y a troche y moche – alguna de las «democracias» modernas. Sin lugar a dudas, era mucho más humanitaria, que los métodos empleados por los monarcas absolutos antes de la revolución (la «bella» María Antoniera incluida). Estos métodos incluían la tortura previa del sentenciado y la muerte lenta. La «roue», por ejemplo, en donde se despedazaba, en vida, al condenado, de a poquitos. O la quema, como se empleó también también en España, bajo los monarcas absolutos, como los dulces y tiernos, Reyes Católicos, Carlos V y sus asistentes, como Torquemada y el duque de Alba… Si el autor pretendía mostrar los fanatismos a los que conduce la religión, no debería haberse centrado en los héroes de la Gran Revolución de Francia, pues hoy se conmemoró, 14 de julio, la más importante epopeya contra ese fanatismo y esa opresión.
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}fortimbras, tal es exactamente el propósito de este artículo: mirar la política con frialdad, sin pasiones religiosas. Gracias por el dato del grandilocuente Delacroix
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Las revoluciones surgen de una conjunción de circuntancias y hechos, las secuelas y las implicaciones de estos movimientos de reivindicación en cada caso se convierten en violentas, en un mayor ó menor grado, pero siempre existira la violencia. Concluyendo no considero que exista bien o mal en una hecho de esta naturaleza, es tan solo la inapelable fuerza de los acontecimientos, que los que despues estudian la historia daran su veredicto. Finalmente el cuadro de la Delacroix, cuyo original es inmenso, que reposa en el Louvre, representa una escena del 28 de julio de 1830 en la que el pueblo de París levantó barricadas. El rey Carlos X de Francia había suprimido el parlamento por decreto y tenía la intención de restringir la libertad de prensa. casì unos 40 años despues del asunto de la Bastilla
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fortimbras. Gracias por su comentario, del cual concluyo que cualquier mal, a la postre, se vuelve necesario.
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albatros08. NINGUNA IDEOLOGÍA MERECE UN MUERTO. Felicito y agradezco su aporte a esta fecha. Algo bueno, como la separación de Poderes, sin duda surgió de la Revolución Francesa. Nadie lo niega. Lo que yo critico son a los idólatras como usted que ven en la política otra suerte de religión y admiten el exterminio y la guillotina de la bella Maria Antonieta. Yo no trato de ignorante a nadie. O sí: a mí mismo, que prefiere llenar el estómogo a cualquier ideología.
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¡Qué mediocridad de artículo! El 14 de julio de festeja el día de la revolución francesa, la toma y destrucción de la Bastilla, que era una prisión del régimen siniestro de la monarquía absoluta, por el pueblo de la París y la Guardia Nacional. A partir de allí, se establecerá una «monarquía constitucional», primero, y sólo más tarde, cuando se descubre que el rey Luis XVI (que no tenía nada de «represetante del pueblo») y María Antonieta, complotaban con sus familias en toda Europa para acabar con la nación e intentan fugarse, cuando se conforma la República y se guillotina a los monarcas como «traidores a la Patria». Francia debió sostener 4 guerras simultáneas (en todas sus fronteras) y una guerra interior (los «Chouans») en las provincias, organizada por la iglesia católica y fomentada por la influencia de los sacerdotes sobre la masa de campesionos ignorantes y analfabetas (un poco como nos trata el autor de este artículo). Por eso se tuvo que crear una «religión» para contrarrestar esa influencia. De la Revolución francesa surgen los principios de Separación de Poderes, de representación popular en el gobierno, y la Declaración universal de los derechos humanos… ¡Pensar que en Colombia hay trogloditas como este autor!
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Gracias FAMM, voy a uscar el libro. Hey, juank2006, por lo menos es «mental» ¿sí o no?
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Sólo encuentro un nombre para este artículo: diarrea mental
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Muy interesante su reflexion. Solo me queda recordar un librito cuyo autor no me acuerdo pero cuyo titulo es Si la razon fuera Gobierno.
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