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Una cosa es vivir un sueño y otra muy distinta es vivir con sueño ¿cuál es tu caso?

Si vives con sueño es porque aún nos has despertado de la inconsciencia y te sientes muy cómodo con las cortinas cerradas. Te sugiero, en ese caso, encender la luz de tu ser, abrir las cortinas y las ventanas y despertar hacia un estado elevado de conciencia donde brillará la inteligencia, el intelecto, la creatividad, los pensamientos constructivos, las acciones edificantes y las buenas ideas.

Con el bombillo encendido crearás tu sueño, lo visualizarás y lo sentirás real. Ahora; procura no confundir tu sueño con la lámpara de ‘Aladdín’ a la que seguramente le pedirías riquezas y soluciones materiales. Eso no son sueños; eso son deseos de la mente.

Los sueños son ilusiones creadas en el corazón por los anhelos de un individuo para lograr su satisfacción personal. Los sueños son expectativas sanas de realización de objetivos trazados en el camino de la vida.

Soñar es ponerle alas a la imaginación y transformar la fantasía de lo inalcanzable en una realidad que nos trae felicidad y alegría

Trazar un sueño es sembrar una semilla y verla germinar hasta dar su fruto, presenciando su crecimiento para disfrutar el proceso completo.

Para que un sueño se cumpla, es necesario diseñarlo con etapas y ejecutar con disciplina cada movimiento con constancia, perseverando cada día, generando pensamientos positivos y acciones reales que muevan la energía y enciendan la sinergia necesaria para poner a andar la máquina que lo construye.

Cuando los sueños se trazan buscando un beneficio colectivo y humanitario, el universo confabula para que todo fluya. Esto ocurre por que hay un propósito bondadoso de servicio común. Cuando el sueño es personal, también los astros se alinean en la medida que esa persona se prepare para conseguirlo; y trabaje con dedicación, confrontando las adversidades y llenándose de fe y actitud.

En un sueño están las ilusiones de un proyecto personal o profesional y con aquello, la esperanza de su realización.

La vida en sus diferentes etapas se conforma de sueños. El deseo del estudiante que sueña con un título profesional. El anhelo del profesional que sueña con su propia empresa. La mujer que sueña con casarse, tener hijos y construir un hogar en familia. El hombre que sueña con ser el jefe de ese hogar y brindarle su protección. El deportista que sueña con triunfar a nivel mundial o el artista que cierra sus ojos e imagina la ovación del publico en un escenario y su imagen en las portadas de los más importantes diarios del planeta. Como el escritor que cumple su sueño cuando contempla su libro en las vitrinas de las librerías. El obrero que quiere ser ingeniero, el mecánico que desea su propio auto o el campesino que sueña con hectáreas propias de siembra.

Detrás de un sueño, está la motivación y las ganas de llevarlo a cabo. Para lograrlo, debemos mover las fichas, diseñar estrategias, planificar cronogramas de tiempos, estar activos y dinámicos, presenciar lugares, visitar personas, investigar, estudiar y leer sobre el tema. Pero, sobre todo, atreverse.

Allí esta la magia de la realización de un sueño que Dios quiere que se cumpla, si este hace parte de su plan para nosotros.

Los sueños no deben ser obstinaciones ni deseos con fines oscuros de empoderamiento para la satisfacción del ego. Quien sueña con un enriquecimiento espiritual recibirá por añadidura sorpresas materiales en su vida.

Un sueño, es como el guion de una obra teatral que se prepara con tiempo y se realiza cuando se abre el telón.

Ahora que leíste esto, enciende la luz y despierta del sueño mundano que satisface al ego y crea tu sueño real que alimentara tu espíritu.

Además, revisa si por lo que estás trabajando es tu sueño; no vaya a ser que sea el de otro; y estás dejando de perseguir el tuyo.

¡ Hakuna Matata !

JMC

@juanpapuchis

www.papuchis.com

https://youtu.be/dNMJKCUUNS4

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