Colaboración de: Luis Cueva Serrano
Querido lector:
Hoy el Viejo Aviador te tiene una reflexión:
El H2O, es una fórmula abundante, necesaria e indispensable para dar en la tierra cabida a toda forma de vida.
Por este importante motivo debemos cuidar y garantizar, que el líquido no sea esquivo para el futuro de todo ser vivo.
Gusta el Viejo Aviador de la transparente democracia, aquella que con ingenio y gracia ni siquiera tiene color; pon en esto mucha atención antes de criticar, pues aquí no hay intención de justificar, vanagloriar o acusar a movimiento político alguno, pues con suerte el Aviador emplumado no pertenece a ninguno, dejando siempre de lado, aberraciones o bajas pasiones o un proceder taimado de mitin, añejos manifiestos y falsas emociones que a todos tienen inquietos ante la hemorragia de elecciones.
O tal vez sí que siempre ha militado, en el amor y sus consignas, en esa eterna batalla, por una vida linda y digna sin insultos ni metralla, disidente por concepto, de todo movimiento que satanice la diversidad que es signo de respeto y felicidad.
¿Verdad que suena diferente cuando en lugar de falsos enemigos se tiene siempre en mente y de forma permanente el hacer más amigos?
Pero que no arrastre la corriente a un descuidado y Viejo Aviador por las delicias del amor; sino por el relato pendiente de ese líquido a veces transparente, en otras azulado o blanco, pero que frío, templado o caliente siempre es un encanto, mínima y fluida composición y deleite con máxima satisfacción, es el agua bendita que calor y sed nos quita.
Una receta sencilla: dos moléculas de hidrógeno más una solitaria de oxígeno es la mayor maravilla, un milagro y portento, es tan vasto el nuevo elemento, en forma y textura diverso y por la esfera azul totalmente disperso.
Centinela polar de confines, en las cimas cónico vigía, blanco y gélido en sus límites. Última reserva de vida que contrasta su alba quietud con la velocidad y caudal; que por fuerza y juventud tiene el río en su eterna carrera hacia el mar.
Pero a este flaco torrente más lo agobia una tristeza, pues nunca para de correr, y comprimido en ese cauce estrecho, quisiera detenerse a querer y henchir de amor su pecho, como un lago en su lecho; ancho, en calma y profundo; recibe sol y luna en su espejo y miríadas de estrellas que lo adornan, permitiendo el amor fecundo que en él moran, o son reflejo de seres de este u otro mundo.
Pero no todo es felicidad:
Quisiera el lago ser mar y de este sus olas alcanzar a la nube que ingrávida flota, vuela, goza mientras el viento la asciende y sube, arriando a esa húmeda manada de vaporosas ovejas y entre rayos y centellas que su líquido condensan y caen estrepitosas o como lluvia silenciosa, para convertirse nuevamente en algo nuevo o diferente.
Así en total democracia, sin violencia y mucha gracia; pasan tres dinámicas moléculas de la suprema rigidez del témpano de hielo, a la dócil fluidez del río y su devaneo, y de esta voluble condición hacia un mayor movimiento molecular, dado por el calor que al agua convierte en vapor. Su otro estado natural, sólido, líquido o gaseoso a las moléculas les da igual.
Hoy nube y mañana mar, agua dulce o salobre, igual para ricos y pobres, es el líquido vital que a todos sirve por igual.
Sin odios ni rencores, para la siembra, pesca, vida y mil y un amores, por ello hoy te pide el Viejo Aviador, que cuides con mucho amor el agua que es pura vida y sabor.
**Gracias a un lector.
* Condolezza quiere ser tu amiga, escribe a este blog literario y cuenta tu historia a: condolezzacuenta@hotmail.com Twitter: @condolezzasol. Todas las historias serán revisadas y corregidas para ser publicadas. Se reservarán los nombres, si lo deseas.
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