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¿Alguna vez te has sorprendido al encontrar en Facebook una propaganda del producto que justamente estabas pensando en comprar?

Muy poco nos detenemos a pensar en cómo la recolección y análisis de datos se ha venido utilizando para moldear nuestra conducta como seres humanos. Toneladas de información sobre nuestras decisiones, gustos y preferencias son almacenadas en aquello que llaman la nube. De este misterioso espacio, miles de analistas extraen los rastros de nuestro comportamiento que vamos dejando reflejados cada vez que hacemos una transacción. Esta información es analizada y procesada a través de algoritmos con el fin de predecir nuestras futuras decisiones.

Por eso es que en esta era digital, quien más te conoce ya no es tu mejor amigo. Es mas probable que Deezer sepa mejor que nadie cual es la música que te gusta escuchar, Amazon los tipos de libros que te dejan enganchado y Netflix las películas que necesitas para sobrellevar tu existencia.

Millones de datos recogidos en tiempo real en diversos lugares del mundo también han logrado perfeccionar las predicciones meteorológicas. Es así como aplicaciones como AccuWeather, son capaces de atinar con precisión los minutos que faltan por ejemplo para que comience a llover.

Igualmente, el análisis de Big Data ha sido de gran utilidad para otros campos de mayor relevancia como la ciencia, la salud y la educación. Por ejemplo, hoy es posible predecir el brote de una enfermedad con técnicas como el análisis y medición de contenidos de Twitter alusivos a los síntomas del virus. En educación los alcances de estas herramientas son incalculables. Basta imaginarnos un sistema educativo que se acomode a cada estudiante (como lo hace Amazon con cada cliente) para potenciar de la mejor manera las habilidades y competencias de cada uno.

Como herramienta de gobierno, el análisis de datos también está jugando un papel fundamental para combatir la inseguridad y organizar los sistemas de transporte. De la misma manera, gracias a estos métodos cuantitativos, la academia y los organismos multilaterales han podido desentrañar mejor las causas de los grandes problemas que aquejan a la humanidad. Por el lado del sector privado, la información estadística está siendo utilizada para mejorar los sistemas de servicio al cliente e informar a las empresas sobre sus decisiones de negocios.

En el campo del deporte, el análisis estadístico del rendimiento deportivo de los deportistas se está llevando a otro nivel. La revolución del Big Data está llegando a disciplinas que históricamente habían huido del rigor de los números. Cada vez hay más equipos de fútbol que cuentan con un departamento de análisis estadístico de planta como se puede ver en este video del Manchester City:

Estudios como estos, están sustentando las decisiones que los planteles y directivos están tomando a diario en sus clubes. No en vano el técnico del Arsenal reconoció recientemente que las estadísticas jugaron un papel clave en la contratación del defensa Gabriel Paulista.

Gracias a esta creciente influencia en tan diversos campos,  muchos aseguran que ser Analista de Datos es la profesión más sexy de nuestros tiempos. De acuerdo a los resultados de enganche laboral en el mundo, la habilidad más recomendada por LinkedIn para conseguir trabajo el año pasado fue la de análisis estadístico y procesamiento de datos.

A la postre, el análisis y procesamiento de datos puede traer muchos beneficios pero hay que tener cuidado con el uso que se les dé. Uno de los principales desafíos está en establecer los límites y la autorización para el manejo de la información cuando es reservada y personal. Igualmente estos sistemas jamás se podrán librar del margen de error  y con el auge del «Internet de las cosas» tendrán bastante tela para cortar.

Recientemente me inscribí en un curso y a pesar de que ya estoy matriculado me lo siguen vendiendo en cualquier página o sitio de Internet que me meto. Y cada vez que inicio el computador me toca padecer la tragedia de la era digital de no encontrar a nadie de carne y hueso para decirle: ¡Ya pagué! ¡No me lo vendan más!

Twitter: @alfrecarbonell

Foto: Tomada de google

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