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Hoy tenemos como invitada a esta columna a una valiente mujer, la señora Esperanza Bustamante Gonzales, directora de la Corporación Corazón Humano, quien hace unas delicadas denuncias de lo que acontece en la cárcel de alta y mediana seguridad de mujeres, el Buen Pastor de Bogotá.
Nos cuenta, entre muchas otras cosas, cómo a las internas se les da un tratamiento como si fueran hombres y no se tiene en cuenta su género.
No se les está cumpliendo con su beneficio de las 72 horas en libertad, con sus permisos, con sus visitas, no se les dota de lo mínimo para el aseo, no se les da una alimentación digna y tampoco se respeta las dietas de las personas enfermas. No se cumple con la rehabilitación que ordena la ley para las personas privadas de la libertad.
Las requisas para las reclusas son inhumanas, les destruyen las cosas que sus familias les han llevado con mucho esfuerzo.
Según doña Esperanza, el USPEC (Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios) hace contrataciones anómalas y no en beneficio de la población carcelaria. No hay un surtido eficiente que pueda abastecer las necesidades de las reclusas. El minuto a celular para las internas cuesta 350 pesos.
Hizo énfasis en cómo la defensa de las reclusas, en su gran mayoría, las convence de declararse culpables, así no lo sean, para que supuestamente reciban rebajas y beneficios. También habló de la poca o nula capacitación que reciben las privadas de la libertad y de la educación impartida por las mismas compañeras de reclusión porque de ninguna institución van a impartir conocimientos.
No se genera estudio ni empleo eficiente para que ellas tengan reducción de penas y se reintegren de la mejor forma a la sociedad cuando recuperen su libertad.
Irónicamente, Defensoría, Procuraduría, Personería, aunque en teoría están presentes, brillan por su asusencia.
Hay hacinamiento, violación de los derechos humanos e incumplimiento a sus derechos adquiridos.
Fueron muchos los temas que tocó doña Esperanza que obligan a una reflexión a las autoridades y a la sociedad en general.
Doña Esperanza durante años ha luchado por el bienestar integral de las reclusas y conoce a fondo su problemática pues en algún momento por cuestiones de la vida estuvo recluida allí.
Intentamos contactar algún funcionario del INPEC para que respondiera a las denuncias hechas por la señora Esperanza pero nadie quiso dar la cara.
La nota fue realizada para La Sal en la Herida de ELTIEMPO.COM, el portal gamaNoticias, el portal PLUMA INDEPENDIENTE y el canal de Youtube giovanniagudelotvnet
En el siguiente link podrán ver toda la entrevista:
Periodista
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