¿El primer buque que navega con energía eólica?

Para nadie es un secreto que los diferentes tipos de barcos que existen en el mundo contaminan de alguna otra manera nuestros océanos, pero también el aire que respiramos.

De hecho, se dice que este medio de transporte contribuye al 3 % de las emisiones de C02 a nivel global (Merino, 2021).

Y lo peor de todo es que no hay una gran cantidad de regulaciones que propendan por controlar en gran medida estos niveles de contaminación para las embarcaciones en los principales tratados a nivel internacional lamentablemente.

Seguramente muchos pensarán que ese 3 % es no es significativo, que es “poquito” a comparación con otras fuentes. No obstante, esto implica aproximadamente 10 millones de toneladas de carga que se transportan por vía marítima y que están precisamente contribuyendo a estas emisiones .

En orden de mayor a menor contaminación, se encuentran: Los portacontenedores, los graneleros, y los petroleros para el año 2019, pero incluyendo a los cruceros con una de las cifras más altas de emisiones medias por embarcación.

Sí, eso que nos llega cuando pedimos por infinidad de páginas en internet, que mágicamente llega desde otros países a nuestra puerta, se transporte muchas veces en embarcaciones de carga que han navegado cientos de kilómetros. O por ejemplo los cruceros, esos tan ostentosos y lindos que vemos en redes sociales, dejan su «regalito» en cada ruta que recorren.

La famosa huella de carbono señoras y señores y de ahí que, hay que tener mayor conciencia en comprar más local.

Pero continuemos porque la historia no se centra en estas cifras, sino en hablar de una innovación reciente, que, se devolvió en el tiempo paradójicamente para traernos con las nuevas tecnologías, un barco donde sus velas son propulsadas por el viento.

Sí, se devolvió en el tiempo porque claramente, la navegación inició sus orígenes con propulsión mediante el viento. La pregunta es retórica mis queridos lectores. 

Les estaba contando, las compañías Carguill y Mitsubishi están probando la navegación del barco en mención desde Brasil hasta China con estas velas fabricadas a partir de los mismos materiales que los de las astas eólicas con miras a que tengan la misma durabilidad. Esto, como un paso más hacia lograr la descarbonización de este medio de transporte marino en algún momento.

Incluso, se afirma que cuatro velas por barco representan una reducción de aproximadamente 20 toneladas de C02 por barco al día (BBC, 2023); ahora, multipliquemos eso por los cientos de embarcaciones que navegan en todos los océanos y mares del Planeta.

Es bastante, ¿verdad?

Me parece muy interesante esta medida que retorna hacia los orígenes de la navegación y que seguramente, con la financiación debida y el desarrollo necesario que garantice la efectividad del transporte, será un éxito para el medio ambiente en un mediano y largo plazo.

Ahora, lograr que las embarcaciones ya existentes migren hacia este mecanismo, va a tomar bastante tiempo.

Quisiera conocer la opinión de los expertos en la materia sobre esta iniciativa, y que ojalá los contra – argumentos no se basen solamente en asuntos de “greenwashing” que considero no ha lugar, sino en cómo ven esta vuelta al pasado, pero con ojos hacia el futuro de la sostenibilidad.

¿Lo merecen nuestras aguas y especies que allí habitan?

En lo que a mi respecta, chapeau a este proyecto.

Los leo.

Imagen tomada de: Environment Energy Leader