Para ir sin rodeos, es cuando ellas consiguen al bien llamado ‘marrano’, a quien no pueden ver como algo más que un amigo, ya sea por su figura lamentable o su vida destinada al fracaso. La diferencia con un marrano de verdad es que al ‘marrano’ no se lo...
Continuar leyendoLe puede pasar a usted…
Por: AgomosoImagínate la última. Ahora el niño Andresito me vino con el cuento de que me toca que guardar las distancias con él. O sea, yo le lavo la ropa, le organizo las revistas de viejas empelotas que tiene debajo de la cama, lo veo caminar sin camisa por la casa ¿y ahora se las...
Continuar leyendoMis dientes eran individualistas y, en vez de pensar en grupo, cada uno creció ubicándose donde le venía en gana; usaba unas gafas tan gruesas como las de La Venganza de los Nerds; el corte honguito de mi pelo era vergonzoso. Todos estos ingredientes, al parecer de forma, no...
Continuar leyendoNo sé ni cómo acercarme a ellas. Siento que, siendo cachaco, tengo todas las de perder frente a esos seres humanos llenos de vitalidad y desparpajo que bailan igual o mejor que Shakira y hablan inglés como si fueran nativas de los Estados Unidos. Es que no hay manera de...
Continuar leyendoManejo un carro que no es mío, voy a donde me ordenan, escucho las emisoras que me piden y no las que me gustan. Aguanto todo el día lo que ustedes soportan sólo un par de horas: el trancón. Orino en la calle (¿dónde más?). Mira, mi nombre es Giovanni (con doble...
Continuar leyendoMe quedé tres noches seguidas donde mi novia. Cuando regresé a casa, mi mamá me saludó indignada, con ese sarcasmo que la caracteriza: «Vaya, vaya, vaya… Así que volvemos a vernos, Andrés. Mucho gusto, encantados de recibirte. Bienvenido». Se supone que cuando ella...
Continuar leyendoEn las madrugadas me despierta el secador de pelo de mi mamá y los tacones de mi hermana -correteando afanada por el apartamento-. Salen para sus respectivos trabajos y todo queda en silencio. Me asomo, temeroso, para confirmar la soledad de la casa, que ahora es también mi...
Continuar leyendoMi mamá vio con emoción el comercial por televisión, a través del LCD de 32 pulgadas que reposa en la sala de nuestra casa. Allí aparecía Carlos Calero, con su sonrisa y papada irresistibles, diciendo que «sin rifas y sin sorteos» podríamos reclamar una olla...
Continuar leyendoUn amigo y una amiga se conocieron porque yo los presenté. Empezaron a salir y un día me llamaron -por aparte- para quejarse. Me contaron, cada uno desde su punto de vista, la historia de ‘el polvo que no fue’. En el ‘post’ anterior conté lo que...
Continuar leyendoUn amigo y una amiga se conocieron porque yo los presenté. Empezaron a salir y un día me llamaron -por aparte- para quejarse. Me contaron, cada uno desde su punto de vista, la historia de ‘el polvo que no fue’. Este es el relato sin censura de lo que pasó el...
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